3. Pánico.

1.5K 212 41
                                    

El día de hoy, Chifuyu ha estado muy sensible; pateó un auto solo porque sí y volvió a amenazar a los chicos de un grado menor. ¿La razón?
Su mejor amigo lo había ignorado desde la reunión en la ToMan la noche anterior.
No, todo comenzó desde el día que salió huyendo.

Tal parecía que de nada había servido lograr salvar a su primero al mando aquel Halloween sangriento, porque el pelinegro seguía manteniéndolo lejos de él.


A Chifuyu no le gusta que lo ignoren, pero a Baji parece no importarle.









































— Si no lo resuelvo pronto, esto desatará sin duda la disputa interna en la ToMan. — Sollozó Takemichi, dando círculos frente al templo.

— Para ti todo es detonante a una disputa interna.

— ¡Es que ustedes no lo entienden, Draken! Si Baji no resuelve esto, será un caos y ese futuro catastrófico de nuevo... so-solo... — El llanto se desató, solamente un día normal con el rubio extraño.

— Y ahí vamos de nuevo... — Suspiró Mikey.

— Cállate, nadie nunca sabe de lo que hablas, Hanagaki. — Se acercó al nuevo integrante, jalando de su copete teñido para que lo mirara. — Esto es mi asunto, mete la nariz en otro lado.


Y Hanagaki no dijo mas, porque realmente temía ganarse un golpe de Baji en la cara.


— ¿Irás a verlo? — La voz de Takemichi se había calmado.

— No.

— Entonces jamás vas a resolver nada. ¡Todo está perdido! — Y volvió a llorar.


Aveces ese chico era tan extraño como insoportable.
















































— Entonces, ¿me estás diciendo que viniste luego de dejar que me entregara solo para preguntarme cómo declararte? Eres increíble. — Se cruzó de piernas mientras se recargaba en el respaldo de la silla de metal, fingiendo estar ofendido.

— Vamos, Kazutora. — Insistió Baji. — Además, tú lo hiciste por voluntad propia.

El chico con arete de cascabel se encogió un poco en su asiento y luego volvió a sonreír.


— El rubio, ¿no?

— ¿Cómo...–

— Vi como te miraba y como lo mirabas mientras fingías morir. — Inclinó su cabeza con una sonrisa divertida, como suele hacerlo. — Fuiste bastante dramático.

— Sí alguien no me hubiera apuñalado...

— Okay, okay ¡pasado pisado!


Los dos amigos rieron.
Aunque fuese nuevamente en la correccional, se sentía bien tener a Kazutora de vuelta en sí.


— Escríbele una nota corta y sencilla. Le vas a poner...





























Y así fue como decidió obedecer a su amigo y por fin hacer algo respecto a sus sentimientos.

Tomó papel, una pluma y se puso manos a la obra. Iba a escribirle una nota justo como lo acordó con Kazutora. El nunca fallaba.







"Lárgate de mi edificio y de mi pandilla."

Love Theory Donde viven las historias. Descúbrelo ahora