Marzo del 2022

4 0 0
                                    

El primero en llegar a clases. Solo asistieron 3 alumnos ese día. Una estudiosa y la otra normal. Ambas amables. El segundo día, otra. El tercer día, otra.
Solo hay 5 personas que me conocen desde que tengo memoria, los demás son nuevos.

En la siguiente semana vino un chico llamado Louis (de quién les hablaré más adelante) y como 6 más. 2 semanas después vino otro llamado Santi (de quién también les hablaré más adelante). Y casi al último día de marzo vino mi actual mejor amiga, Ale. Después de ella no vino nadie más.

Somos 20 en nuestro salón.

La profesora de Química es buena pero demasiado exigente y estricta.
La de Biología es muy amable y buena.
La de Historia, muy confusa pero amable.
El de Matemáticas (en general) solo es amable con los estudiosos (como yo).
El de Geometría es chévere (es el director).
El de Educación Física demasiado exigente (rezo para que no me repruebe el curso).
La de Inglés es amable.
Los demás son normales, pero no importan demasiado en esta historia.

Hay 2 instructores en mi colegio, ambos demasiado molestos con lo mínimo que sea desperfecto. Lo irónico es que a ambos se les cae el pelo y tienen sobrepeso.

En la primera semana de clases, casi nadie se conocía y en la primera semana de abril ya el salón era autosustentable (todos somos pinkis). La primera salida del año fue para ir hasta los juegos mecánicos donde nos subimos a un tagadá y una ruleta. Fue muy divertido.

Me he dado cuenta que todos los hombres molestan al más cabecilla (Esteban) siempre bromeándole con cosas homofóbicas y la verdad no me afecta porque todos saben que es sarcasmo.

mi diaro: historias que no debería contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora