Alfa defectuoso; YM Omegaverse

El alfa perfecto

¿A que se le podía llamar un Alfa perfecto?, ¿Que era lo que definía a un Alfa aparte de sus órganos sexuales?, ¿Era necesario encajar con las normas de la sociedad para poder ser llama do "Un alfa perfecto"?.

Todas estas preguntas siempre se las formulaba Min Yoongi, hijo mayor de la familia Min, él era un Alfa según los estudios que le hicieron cuando se presentó, también lo era según su aroma y sus celos... Pero ante los ojos de los demás solo era un Alfa defectuoso.

Cuando nació, los doctores le informaron a sus padres que su hijo iba a tener algún tipo de problema en su desarrollo, puesto que había presentado una deficiencia en exámenes médicos. Para sorpresa de sus padres, Yoongi presentó problemas para hablar, pero el mayor problema surgió cuando a sus 16 años se presentó como Alfa.

Toda su vida lo habían criado como un Omega, le habían enseñado todo lo que la sociedad esperaba de un Omega, le habían enseñado a cocinar, cocer, limpiar el hogar y a ser un "Omega perfecto". Lo habían criado como Omega porque no era normal que los Alfas presentaran ese tipo de problemas, tampoco era normal que los Alfas sean pequeños de estatura, claro, todo esto según la sociedad.

Yoongi se había reservado el derecho de ir a la universidad por unos cuantos años puesto que no se sentía listo para ir, sabía que todos se iban a burlar de él si resultaba pasar ese examen de admisión. Tal vez debió esperar un poco mas, o tal vez ni siquiera debió presentar el examen para una de las mas reconocidas escuelas en Seúl.

Siempre había sido su sueño estudiar medicina, específicamente neurología, quería entender mas a fondo que era lo que le sucedía, quería comprenderse mejor y entender porque él siendo un Alfa había presentado tal problema cuando se supone que los Alfas eran "Perfectos".

Hoy era el día, era el gran día, era un 50/50, podía pasar a la universidad de sus sueños o podía deshacerse de su absurda idea de ser médico.

Ya tenía aquel sobre en sus manos y su hermano menor también tenía el suyo en sus manos, ambos estaban en el comedor bastante ansiosos. Los hermanos Min habían presentado para la misma universidad y ambos esperaban pasar, había mucha presión por parte de sus padres, pero mas sobre Yoongi, él quería demostrarle a sus padres que era igual de capaz que todos los demás.

El momento había llegado, ambos Min habían abierto los sobres y... Se pudieron escuchar los gritos de ambos jóvenes por toda la casa. Ambos habían pasado a la universidad, Yoongi había conseguido una de calificación bastante buena dentro de todos los que habían presentado aquel examen, considerando que muy pocas personas que habían logrado ingresar.

Había quedado en casi los últimos de la lista, pero eso no le importaba, él había pasado y eso lo hacía sentir muy orgulloso de si mismo.

Una mano arrebató el papel que estaba en sus manos y luego escuchó una risa sarcástica detrás de él, era su madre.

—¿Que es esta puntuación?, Estás ocupando de los últimos lugares de la lista de admitidos, dijiste que serías el mejor no un estúpido mediocre, deberías aprender de tu hermano, él quedó en primer lugar y es menor que tú, deberías sentirte avergonzado— Dijo su madre sin una pizca de remordimiento por sus palabras, poco le importaba lastimar los sentimientos de su hijo

—P-P-Pero, lo-logré entrar- Contestó Yoongi en su defensa intentando estar lo mas calmado posible para poder hablar bien, pero como consecuencia recibió un tirón de cabello por su madre y una risa mas fuerte —Cuando puedas hablar bien tendrás derecho a responderme-

Aquello hizo que Yoongi callara y se retiró reteniendo todas esas lagrimas que amenazaban con salir, porque según la sociedad, un alfa era fuerte y no lloraba, un alfa "carecía" de sentimientos que eran "propios de los omegas".

—¿Ahora vas a llorar?, huye como el omega que debiste ser, llora, ¡Llora alfa de quinta!-

Yoongi amaba mucho a su madre, incluso si ella no lo quería por ser defectuoso. Su madre siempre había sido su ejemplo a seguir, él quería ser igual que ella, quería llegar a ser un alfa ejemplar como lo era su madre, no quería ser torpe al hablar, quería tener esa elegancia con las palabras como su madre.

Él solo quería ser el alfa perfecto.

Yoongi estaba escondido bajo las sábanas de su cama, llorando en silencio, sabía que si lo escuchaban llorar le iba a ir mal.

Al escuchar la puerta de su habitación se estremeció un poco y su respiración amenazaba con acelerar al igual que su corazón.

—Hola, cariño, me enteré que aprobaste tu examen de admisión— Y ahí fue cuando Yoongi pudo respirar con calma, era su padre, su amoroso y comprensivo padre.

El mencionado salió de su escondite y le sonrió al mayor.

—S-Si, qu-que-quede en...— Yoongi hizo una pequeña pausa para poner en orden sus ideas y para poder calmarse —E-En la uni-universi...dad—

Su padre le sonrió y acaricio su cabello —Estoy tan orgulloso de ti, se que lograrás todo lo que deseas—

Unos gritos de celebración de escucharon en la planta baja de la casa, más específico en el gran comedor de la familia Min. Al parecer toda su familia había ido a felicitar a Jungkook por haber pasado a la universidad dejando en segundo plano a Yoongi.

Yoongi miro al Omega y este le sonrió de lado, sabía que su hijo se había desanimado al escuchar los gritos de celebración.

—Ignoralos, están cegados al intentar encajar con un estigma de la sociedad que no pueden ver la hermosa persona que eres— El menor sonrió y sintió tranquilidad en su corazón

—G-Graci-cias- Yoongi recibió un dulce beso en su mejilla y se pudo percatar del ligero olor a alcohol.

También amaba a su padre, su amoroso y comprensivo padre... Claro, siempre y cuando estuviera bajo los efectos del alcohol, porque a veces podía ser incluso más hiriente que su madre.

En su interior, Yoongi sabía que su padre lo amaba, cuando era más pequeño le demostraba mucho amor, pero todo eso paró cuando se dió a conocer que era un alfa y no un Omega como siempre había imaginado.

No existía tal cosa como "El alfa perfecto" o "El omega perfecto", solo existían personas fingiendo ser algo agradable ante los estándares de la sociedad.