Capítulo 3

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          Cuando salgo de la casa del chico me siento más tranquila. Nunca había sentido una atracción tan fuerte con nadie y encontrarme su cartera en el suelo del bar me había llevado a hacer algo que no había hecho nunca antes, pero la verdad, había sido muy divertido.

          Al llegar a la calle la lluvia me golpea en la cara, es una sensación agradable sentir el frio contrastando con el calor que tengo en el cuerpo. ¡Qué bien folla este tío! Casi a la altura, sí señor. El móvil del trabajo suena, sacándome de los recuerdos y cortando el escalofrío que empezaba a recorrer de nuevo mi cuerpo.

          — Inspectora Álzaga al habla. Sí, señor. Mándeme la ubicación y me pongo en camino.

          Que mi jefe lo llame un "asesinato horrible" se sale de toda normalidad y me pone la piel de gallina. Hacía años que no veíamos nada extraño más allá de tiroteos o ajustes de cuentas. Además, creo que no he estado en esa zona de la ciudad por trabajo. Al menos no tardaré mucho en llegar desde aquí.



          Ya he llegado, o al menos eso creo viendo los coches de mis compañeros aparcados frente a una impresionante mansión. Según voy hacía allí veo que la zona ya está acordonada y los primeros periodistas empiezan a llegar, no hay nada como que maten a alguien famoso para que los buitres corran a por la carroña.

          — Buenos días, jefe. ¿Qué es eso tan "horrible" que me quería enseñar?

          — Buenos días, Álzaga. No vas a hacer tantas bromas cuando veas esto. Él es un famosos influencer, ella su última novia de exposición. Han sido hallados está mañana por una de sus trabajadoras domésticas. Ella nos ha avisado, pero no hemos podido hablar con ella, sigue en shock tras ver la escena.

          »Sube a la habitación del fondo, tus compañeros están sacando fotos y recogiendo pruebas, pero quiero que lo veas en directo, tú siempre consigues ver cosas que a los demás se nos pasan.

          Tras asentir con la cabeza comienzo a subir por la enorme escalera de la casa. Sí que da dinero hacer el gilipollas en las redes sociales... Según me acerco a la puerto empiezo a notal el olor a sangre y comienzo a sospechar que lo que voy a ver si que puede que sea más horrible de lo que me había imaginado.

          Lo primero que veo son los dos cuerpos en la cama: Ella maniatada y degollada, sin mucha violencia. Fue bastante rápido, tuvo suerte. Él en cambio está atado de pies y manos, pero con cosas diferentes, seguramente no calculo bien la fuerza de su víctima y tuvo que atarle después los pies para controlarlo. Seguramente por eso también los moratones de la cara, le dejaría inconsciente a ostias, así que debe de tener fuerza en las manos.

          Me acerco a él ya que, seguramente, pueda saber más del asesino en ese cuerpo debido a que a simple vista, parece que pasó más tiempo matándole. Tiene los pezones rajados ¿Tortura sexual? El asesino estaba excitado o buscaba estarlo, pero no consiguió lo que buscaba... ¿Sus ojos? No. No es algo físico, es algo emocional. La mirada de miedo, eso es. Por eso con ella fue más rápido, seguramente se asustó, consiguió de ella esa excitación. En cambio él se puso violento, no le miraba con pánico, lo hacía con rabia y eso le enfureció. Pero ¿hasta qué punto controla esa rabia? ¿Comete errores?

          — ¿Habéis encontrado alguna huella? ¿Fibra o algo que pueda decirnos algo del persona que lo hizo?— Pregunto a mis compañeros de la científica.

          — Nada. Dentro del aparente caos y de que es más que visible que fueron asesinados por alguien, parece que nadie estuvo aquí. No sabemos cómo entró o salió, no sabemos nada más allá de lo que nos ha querido dejar ver.

La mirada en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora