Capítulo 5

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          No sé qué me pasa con este tío. Aunque no tenga nada que ver con la investigación, algo me dice que sí y mi instinto no suele fallar. Pero al tenerle enfrente me enciende solo con una mirada y el sexo es tan increíble que temo que perderé el control. Aunque la verdad, ahora mismo necesito perder el control, dejarme llevar y ver qué ocurre.


          Nada más llegar a la comisaría el ambiente me deja claro que hay novedades. La prensa está cubriendo por completo la entrada, por lo que me toca sortear micrófonos, cámaras y preguntas que empiezan a joderme el día.

          — ¿Qué habéis hecho que tenéis a los buitres como locos?—Pregunto a mi equipo nada más entrar en la sala de reuniones.

          — Buenos días, Álzaga. Tenemos un posible sospechoso, está en la sala de interrogatorios esperando a que llegues.

          — ¿Un posible sospechoso?

          — Si. Un "hater" habitual de las cuentas de las víctimas. Tiene varias órdenes de alejamiento por parte de varios famosos. Además, se le vio merodear por la casa de las víctimas en las noches anteriores a sus muertes.

          — ¿Tiene cargos por agresión anteriores?

          — Si. Algún lanzamiento de objetos, bromas pesadas y allanamientos.

          No me encaja mucho con el perfil, pero puede ser una posibilidad. Puede ser que sea su primer asesinato y casualmente le haya quedado bien, aunque no suele ocurrir algo así. Al menos no con escenarios sin pruebas físicas.


          Entro a la sala de interrogatorio tras leerme su informe. Parece más un gamberro con ganas de fama que un asesino capaz de montar una escena como aquella, aunque estos tipos de casos siempre deben ser resueltos con rapidez y este chaval tiene muchas papeletas de ser una buena cabeza de turco.

          — Buenos días, Iván. ¿Qué tal estás? ¿Quieres un café o agua?—Pregunto antes de sentarme.

          — ¿Este es el momento en el que eres buena para que me confíe y hable sin abogado?

          — No, este es el momento en el que te ofrezco un café o agua. ¿Quieres un abogado antes de que te explique por qué estás aquí?

          — Supongo que estoy aquí por la muerte del imbécil y la muñeca hinchable.

          — Exacto. Eres un posible sospechoso de su asesinato, lo único que quiero saber es si pasas a ser sospechoso, momento en el que yo misma te recomendaré llamar a un abogado, o simplemente un idiota que quiere llamar la atención de gente que nunca serán sus amigos.

          — ¡Yo no quiero ser amigo de esa gentuza!

          — ¿Por qué les acosas entonces?

          — Ya estamos con el acoso... Son personas públicas que venden toda su vida, yo solo soy la consecuencia del contenido que dan al mundo.

          — Crees que tienes que mostrar al mundo su verdadera cara, que es un compromiso con la sociedad.

          — Exacto. Ellos venden una mentira, nada de lo que muestran es real. La vida no es así. Yo solo sólo quiero que la gente veo lo que son, que son tan cutres como los demás.

          — Sé te ha visto merodear por la vivienda de Aaron Brans y Raquel Polus, ¿también estuviste por la zona la noche de sus asesinatos?

          — Si. Estuve allí.

La mirada en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora