5.

403 29 3
                                    

—Hyuuuuungie. —el castaño alargaba la "u" tanto como podía para generar el efecto buscado en el mayor.

—Wonie no voy a dejar que estés conmigo en el camarín, los chicos son estúpidos, se ponen a jugar dentro y no quiero que te lastimen por accidente. —el menor abultó sus labios cruzando sus brazos para demostrar la molestia que sentía, quería estar con Jay en todo momento, pero él no parecía entender.

—Pero estaré sentando hecho bolita mientras te cambias, nada me pasará. —el rubio moría por comérselo a besos y hacerle entender con palabras bonitas que sus compañeros de equipo eran unos simios que no tendrían cuidado por él estando ahí.

—No es no, bebé, quédate con Sunoo, pueden usar mi balón si quierer estar en la cancha antes de que comience el partido. —dejó un leve beso en su cabeza antes de jalar del brazo a su mejor amigo, que no dejaba en paz al pelirosado, para llevarselo a los camarines y darle un zape. —Te he dicho que dejes de molestar a Sunoo, él no quiere tu atención, Hoon.

—Jay, a él le encanta tener mi atención. —el ceño del rubio se frunció mientras abría la puerta para ingresar al camarín. Saludó a todos con la mano y dejó el bolso sobre la banca antes de mirar a Hoon de brazos cruzados.

—Sunoo te mira con odio cada vez que estás cerca.

—Quiere confundirme, me encanta, cuando estamos solos es una bolita de ternura que sonríe cada vez que le digo algo, pero ustedes cerca y se pone como un gato arisco que me quiere arañar.  —el rubio rió sacando el uniforme de su bolso antes de comenzar a cambiarse. —Ustedes son el problema, no yo.

No contestó luego de eso, se concentró en cambiarse rápido para salir pronto a calentar el cuerpo, el partido estaría reñido y no tiene ganas de fallar.

El sonido de un "hyung" en voz baja seguido de la puerta abriéndose lo alertó, poniéndose de pie rápidamente para tapar a Jungwon del resto de chicos vistiéndose y tirándose cosas.

Las mejillas del menor se comenzaron a tornar rojas intensamente antes de que lograra desviar la mirada hacia arriba, Jay confundido logró captar lo que sucedía después de unos segundos.

Su rostro comenzó a ponerse el mismo color que el contrario antes de que tomara la camiseta del uniforme para tapar su descubierto abdomen.

Antes de decir alguna palabra, una lata de desodorante llegó a su espalda golpeándolo bastante fuerte. Se volteó mordiendo su labio inferior, sabiendo perfectamente quién había sido.

—Tienes veinte segundos para terminar de cambiarte y tres minutos para dar ocho vueltas a la cancha si no quieres estar en la banca todo el partido. —El chico levemente asustado hizo caso y salió corriendo del camarín empujando levemente a Jungwon que aun seguía mirando el techo.

—Hyung, uhm... —Jay rió suavecito antes de tomar su mentón y bajarlo para que lo pudiera mirar a los ojos. —Oh, ya puedo ver, el entrenador me pidió que les dijera que el partido está por comenzar, que se apresuren.

—Gracias, Wonie, saldremos en un minuto. —el pequeño asintió antes de dejar un beso en su mejilla e irse a sentar con Sunoo en las gradas.

—Ese niño te tiene muy mal, Seongie. —no fue capaz de negar las palabras de Sunghoon, había estado planeando hace un mes el cómo pedirle a Jungwon que saliera con él, que fuera su novio, pero nunca encontraba las palabras adecuadas. —Deberías pedirle que sea tu novio, estoy seguro de que él está de la misma forma por ti.

—No lo sé, Hoon, siempre que intento decirle que me gusta, algo nos interrumpe o sale mal, tal vez es el destino diciéndome que no lo arruine con él. —terminó de anudar sus zapatillas y comenzó a guardar el resto de cosas en el bolso, escuchando como algunos comenzaban a salir.

—Yo digo que es el destino diciéndote que no te rindas, que Jungwon vale la pena la espera. —Dejó un golpesito en su hombro antes de salir, el rubio siguiéndolo y apagando la luz del lugar.

Ahora tenía que concentrarse en ganar.

—Te reto a esto, si ganamos el partido, le dices que te gusta exactamente hoy. —musitó Hoon antes de dirigirse a buscar un balón para comenzar a trotar.

—Está bien, lo haré. —Jay lo siguió sin la necesidad de un balon, tenían quince minutos para calentar y él tenía que liderarlo, así que debía concentrarse.

Desde afuera Jungwon y Sunoo estaban emocionados, nerviosos, el menor no podía contestar lo que le había preguntado el contrario hace unos segundos.

—Wonie, no es tan difícil saberlo, estoy seguro de que te gusta. —el menor también estaba seguro de sus sentimientos, pero no de los del rubio y eso le tenía con miedo desde hace semanas. —Si ganan el partido, le tienes que decir.

—Pero, Sunoo yo... —el contrario negó con una sonrisa, tapándose los oídos. No aceptaría peros como respuesta. —Esta bien...

Jungwon estaba más nervioso que antes, sobre todo porque el equipo de su hyung no habia perdido ningún partido en lo que llevaba de campeonato.

Tal vez el destino quiere que estén juntos de una vez.

Jay hyung ✧ JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora