7 (pt. 1)

341 17 0
                                    

—Debes estar cansado de venir por aquí todos los días. —el menor negó con una sonrisa, llevando sus manos sobre el mesón para poder alcanzar la especie de menú de malteadas.

—En realidad me encanta venir porque uno, me gustan las malteadas y dos, —Jungwon miró fijamente al mayor quitando la vista de las bebidas en la hoja. —me gustas tú.

El carmín decoró levemente las mejillas de Jongseong haciéndole rodar los ojos mientras observaba al menor volver a concentrarse en escoger su malteada de ese día.

—Jungwonie ya te dije que por mucho que quisiera, no puedo darme el placer de salir contigo. —el castaño bufó ante la frase escuchada y cerró el menú con fuerza. —Sigues teniendo diecisiete, por tanto eres ilegal.

—Cumplo dieciocho en un mes, ¿cuál es la diferencia? —el menor en serio se molestaba cada vez que Jay renunciaba a su posible relación por algo tan banal como su edad.

—Teniendo diecisiete, tu hermana tiene todo el derecho de golpearme, en un mes más, puedo defenderme por salir con su hermanito. —se encongió de hombros, en realidad no era que le tuviera miedo al hermana del chico que le gustaba, en realidad era algo más por respeto.

Jay había sido mejor amigo de Ryujin desde que tiene uso de memoria, la conoció cuando estaban en el jardín de niños y la chica le había tirado su cochecito de juguete a la cara cuando no quiso compartirlo con ella.

Irónicamente, después de eso, gracias al castigo que les dieron y cómo buenos niños berrinchudos, no se les hizo difícil convertirse en mejores amigos del alma que se cuentan todo.

Entre esas cosas estaba que Jay había desarrollado, con el tiempo y cuando notó que su hermanito no era un niño, sentimientos románticos hacia el menor.

La chica no tenía gran problema con eso, porque sabía que Jungwon era muy maduro para su edad, sin embargo, sí le preocupaba. Aunque no les molestara, a sus ojos Jungwon seguía siendo un niño pequeño que debía proteger y cuidar.

Por ello, con Jay prometieron que, sin importar cuánto insistiera Jungwon, esperarían a que este cumpla los dieciocho para que hiciera lo que quisiera, como salir con Jay.

—Merezco mejor trato que este, Park Jongseong. —el rubio se volteó dándole la espalda para comenzar a preparar la malteada que el menor le había señalado. —Cuando seamos novios vas a lamentar haberme tratado así.

— ¿Y por qué estás tan seguro de que seremos novios? —Jungwon sonrió de lado, observando cómo músculos de la espalda,da ajena se contraen en cada movimiento.

—Porque te gusto tanto como tú a mi, solo eres un miedoso.

—Touché, bonito. —Jay le guiñó un ojo al dejar la malteada en frente de él antes de observar como el menor se iba a sentar a una mesa cercana sonriendo como un bobo.

Jungwon amaba ese momento de su día, fuera de que le gustaba esperar a que Jay terminará su turno, la tranquilidad que había en ese lugar era su favorita.

Era una zona rodeada de árboles, en una especie de parque que tenía un lago cerca, silencioso, tranquilo, aunque bastante concurrido.

Estaba observando videos en su celular cuando sintió la presencia de alguien desconocido a su lado, provocando que quitara la vista de la pantalla para observarle con cuidado.

— ¿Está ocupado este lugar? —el castaño lo pensó levemente, el chico frente a él parecía ser uno o dos años mayor, bastante guapo y alto, sus facciones eran elegantes.

Negó levemente dándole el permiso al contrario para poder mover la silla en frente y tomar asiento en ella.

—Soy Sunghoon, mucho gusto. —se presentó con una sonrisa.

—Jungwon. —el castaño no era alguien que podía hablar fácilmente con desconocidos, prefería estar solo a obligarse a pasar situaciones incómodas dónde no habría tema de conversación.

—Eres alguien de pocas palabras, ¿verdad? —el menor asintió sin darle mucha importancia ya que sus ojos se habían posado en la chica que actualmente intentaba coquetear con  vendedor de malteadas que tanto le gustaba.

Sunghoon sonrió al notar la molestia en el ceño del chico que acababa de conocer, así que jugando con la pajilla de su malteada siguió observando en silencio.

— ¿Por qué sonríes? ¿Tengo un payaso en la cara? —sin desviar la vista de la chica jugando con su cabello, Jungwon tomó una servilleta para arrugarla y lanzarla al rostro contrario.

—Wow, tomas confianza rápido...

—No te creas, estoy molesto y cuando lo estoy no suelo tener mucha verguenza.

— ¿Qué te tiene tan molesto si hace dos segundos sonreían viendo videos de gatitos?

—Es algo complicado... —el azabache lo miró indicando que en realidad, no le importaba y que tenía tiempo. —En resumen, el chico que te dio esa malteada me gusta, mucho, pero es mejor amigo de mi hermana y tienen un trato de que no puede ser mi novio hasta que yo sea legal, lo que pasará en un mes.

—Es un trato estúpido.

— ¡Lo mismo dije yo! —Jungwon sonrió por primera vez desde que la chica había llegado al lado de Jongseong. —El problema es que ahora esa chica le está coqueteando y no puedo reclamar ni hacer nada porque no somos nada y...

—Te molesta. —finalizó Sunghoon llevando una mano hasta la contraria para acariciarla. —No puedes hacer algo directamente, pero sí  indirectamente.

Jungwon no entendió al principio, pero cuando vio a Sunghoon acercarse a él moviendo su silla hasta su lado, comprendió.

Podía darle celos a Jay.

Siguiendo el juego de Sunghoon, el castaño comenzó a sonreír inconscientemente ante la anécdota que le estaba contando el contrario. Era una persona muy agradable.

Bufó cuando el azabache le revolvió el cabello diciendo que era como un gatito bebé porque escuchó a Jungwon estornudar.

Jongseong observaba todo desde su puesto de trabajo con una mueca para nada feliz, la chica que le estaba coqueteando hace aproximadamente media hora aún no se iba y, por contrato, no podía pedirle que se fuera a menos que interrumpiera su trabajo.

Para la mala suerte de Jay, a esa hora, cerca del cierre, pocas personas podrían salvarle, era su destino afrontar las consecuencias de ser guapo.

Sin embargo, una cabellera rosa apareció de la nada, haciendo sonreír a Jay y logrando que saliera de su lugar para ir a abrazarle.

Sunoo había vuelto de sus vacaciones.

En ese mismo momento, Sunghoon dejó de contar la historia que Jungwon escuchaba atentamente, observando a su ex novio abrazar a la víctima de su actuación.

—Dime que ese chico no es algo de tu futuro novio y solo se abrazan por casualidad del destino. —Jungwon se volteó para ver el objetivo de la mirada de Sunghoon y se le revolvió el estómago.

—No tengo idea...

Notita:

Me gusta mucho hacer one shots de esta pareja, así que posiblemente actualice seguido este fic.

Besitos, 
Zum.

Jay hyung ✧ JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora