10.

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Estaba más que preparado para todo lo que le esperaba esa noche, había pasado tanto tiempo para que ese momento llegara.

Incluso hace unos meses atrás ni siquiera tenía novio y ahora estaba como bobo esperando que este llegara para desearle buena suerte en su carrera.

—Jay, ¿le falta mucho para llegar? —el mencionado negó ante la pregunta, su chico le había hablado hace unos minutos diciéndole que estaba por bajarse del taxi, así que ahora debería estar caminando.

Estaba agradecido de que sus amigos lo querían casi tanto como él y se habían ofrecido a acompañarle, le daba miedo que caminara solo por esas calles.

—Adivina quién soy. —unas manos suaves taparon sus ojos desde su espalda dejando que sus sentidos se centrarán en la voz que tanto le gustaba colándose por sus oídos.

—Hm... el chico más precioso en este mundo, ¿tal vez? —las mejillas ajenas se tornaron de un rosado que no se alcanzaba a divisar del todo por la escasa luz de la noche.

Quitó las manos de los ojitos de su novio, permitiéndole voltearse para quedar frente a él.

—Lo siento por tardar, el taxi se encontró con mucho tráfico. —habló Riki que había saludado a todos mientras los novios se envolvían en su burbuja.

—No te preocupes, aun queda un rato para que sea mi turno. —entrelazó sus dedos con los pequeños de su novio y se dedicó a observarlo mientras este conversaba con sus amigos, riendo y frunciendo el ceño por las cosas que decían.

—Te lo juro, Jungwonie. —habló Sunoo entre risas, recordando lo diferente que era Jay hace unos meses. —Tu novio era un bad boy de primera clase, usando chaquetas de cuero que ocultan los tatuajes de sus brazos y con mucha joyería en su rostro.

—Bueno no es como que haya cambiado mucho si lo dices así... —susurró Sunghoon que abrazaba por la espalda al pelirosado, pero todos alcanzaron a escucharle.

—Yo creo que Sunoo se refiere a que Jay ahora anda de buen humor y es amable con cualquiera mientras no nos moleste, en especial a Jungwon. —Jake agregó sintiéndose orgulloso del avance que había tenido su mejor amigo.

—Es verdad, ahora es como un pancito, hasta que te metes con alguien que quiere, antes era un pesado todo el tiempo. —agregó Heeseung riendo mientras Jungwon se avergonzaba.

Todos ahí estaban seguros de que Jay había mejorado por él.

—Dejen de hablar como si no estuviera aquí, idiotas. —su voz sonaba molesta e intimidante, pero sus facciones decían lo contrario.

Estaba realmente feliz de que sus amigos hayan aceptado a Jungwon como su novio y lo tratarán como si fuera uno de ellos desde el inicio.

—Mira que tenemos aquí... —una voz desagradable para los oídos de cualquiera se escuchó por sobre los gritos de las personas que alentaban la carrera actual.

— ¿Qué quieres, Yeonjun? —Jay habló con indiferencia, sin soltar la mano de su novio y notando cómo sus amigos se acercaban para escuchar lo que el mayor quería decirles.

—Nada, solo estaba pasando para reírme por los ositos que cuelgan de tu moto. —lo dicho por Yeonjun no logró molestarle, por el contrario, sonrió de lado dejando salir una risa plagada de sarcasmo.

Lamentablemente, temía que el comentario hiciera sentir mal a su pequeño.

—Mi novio los puso, ¿estás celoso de que nadie sea capaz de amarte de esa forma? —aquello hizo a Jungwon esconderse detrás de la espalda de Jongseong levemente, no por miedo, pero sí porque él aún no era capaz de decirle te amo al mayor; sí lo sentía, solo que era muy tímido y aún no reúne el valor suficiente.

Aunque estaba orgulloso de que Jay supiera que lo amaba de todas formas.

—¿Celoso de unos peluches? Cariño, mi novio no tiene 5 años por lo menos. —su voz sonó tan molesta, que Jay de verdad hubiera golpeado su rostro para callarlo, pero una mano más pequeña que la de él lo detuvieron, mientras el dueño se acercaba a su oído.

—Si le pegas te pueden descalificar. —suspiró ante las palabras de su chico, tiene razón.

—Por lo menos mi novio es real. —musitó dejando al sarcasmo reemplazar a la molestia. —Que yo sepa, Soobin te terminó hace bastante.

Con lo dicho por Jongseong, Yeonjun frunció el ceño deseándole suerte en la carrera y luego se marchó por donde vino, dejando que las risas de sus amigos se escucharan.

Jungwon tomó la mano de su novio alejandolo un poco del resto, algo le molestaba y Jay podía sentirlo.

— ¿Pasa algo, bonito? —llevó las manos hasta su rostro para acunarlo y mirarlo con tanto cariño que brotaba por sus poros.

—Sí te trae problemas, puedes sacar los ositos de la moto... —su voz sonaba insegura mientras restregar su mejilla contra la mano contraria y sus puñitos se cerraban apretando la camiseta de Jay.

—Me encanta tener esos ositos ahí... No los sacaría por nada del mundo. —hizo que los brazos de Jungwon le rodearan por el cuello para poder abrazarlo con fuerza con más comodidad.

Amaba abrazar a Jungwon por la cintura, amaba apretarlo contra su cuerpo protegiéndolo de todo, amaba sentirlo así de cerca que podría quedarse años en esa posición.

—Pero no quiero que te molesten por eso... —aunque no pudiera verlo, Jay sabía que su novio había posado un puchero en sus labios.

—Los ositos me recuerdan a ti, si los dejo en la moto, estarás conmigo incluso cuando compito. —el corazón del menor se aceleró ante esas palabras, todo había iniciado como un capricho, pero Jay le había dado un significado muy especial.

Se habían conocido de una forma un tanto extraña, Jay estaba compitiendo en una carrera cuando Jungwon sin saberlo estaba pasando por una calle supuestamente segura después de un día largo de universidad. El contrincante de Jay pasó tan cerca del menor que logró hacerle caer del susto, el pelinegro pudo haberlo ignorado, pero por el contrario, dejó tirada la carrera para ayudar al chico que ahora tenía unos raspones en sus piernas.

Jay mandó un mensaje a sus amigos diciendo que daba por perdida la carrera y que volvía en un rato, acompañó a un desconfiado Jungwon hasta su casa explicándole por qué ahora las carreras clandestinas eran en esa calle.

Jungwon tuvo un crush en Jay desde el primer momento que lo vio.

El resto es historia, después de unas semanas en las que tuvieron citas, salidas y muchos coquetos, Jay le preguntó le permitía el honor de ser su novio.

Jungwon claramente aceptó. No esperaba que debajo de toda esa tinta y perforaciones estaría la persona que considera su destinado, no su otra mitad porque él estaba completo por si solo.

Pero sí estaba seguro de que Jay era su complemento perfecto, con carreras clandestinas incluidas.

Jay hyung ✧ JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora