CAPÍTULO 11

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"¡Bájame ahora!" Grite lo mas que pude. Mi garganta estaba ardiendo, por tratar de gritar y no poder. Me quedaría afónica pero importaba. "¡Mierda que me bajes!" Comencé a golpearle la espalada, pero solo recibí una nalgada y esta vez fue fuerte que la anterior. Myles carcajeo y siguió caminando sin importarle el silencio y las miradas que se producían en la cafetería.

Al llegar al estacionamiento, el cual estaba solo. Myles me bajo y lo primero que hice fue darle una cachetada, dejándole mi mano marcada en su mejilla.

"¡Uy! Que gatita" Dijo tocando su mejilla.

"Te mereces eso y mucho mas. ¿Qué piensas? No tienes derecho sobre mi Myles, no puedes hacer algo que yo no quiero. No eres nada mío".

"Pero bien que me compraste "Sexo Secreto" conmigo".

"¡Cállate! ¿Lo recordaras todos los días de mi vida?".

"No me digas que te arrepientes".

"Pues si. ¡Si me arrepiento!" Myles levanto una ceja sínicamente y me tomo por la cintura pegándome a el.

"Pues eso no lo decías cuando estabas gimiendo de placer. Y aceptémoslo Bri". Se acerco a mi oído y con voz ronca dijo "Te mueres por que entre en ti una vez mas" Lo mire sorprendida. ¿Dónde estaba el Myles del fin de semana? Patán, como los demás "Pues no, fíjate que no".

Me pego hacia el y pude sentir su gran erección. Gemí al instante y me aventure a mirarlo a los ojos. Azules de pasión. Sus labios estaban tan cerca de los míos, solo con acercarme un poco y podía sentirlos. Pero no, yo no daría el primer paso.

"Te mueres por que en este mismo momento te bese" Murmuro diciendo toda la verdad.

"Si" Murmure. Myles sonrío. "No cantes victoria, es solo que Joaquín me a dejado un mal sabor de boca" Levante mi ceja y Myles me soltó bruscamente. Casi tirándome. Lo mire sorprendida, el estaba furioso. Llevo sus manos a su cabeza y despeino su cabello, como si estuviese frustrado. Luego se acerco a su coche y golpeo el vidrio. El sonido del vidrio quebrado me hizo tapar mis oídos estremecer. Lo mire confundida. ¿Qué mierda le estaba pasando? Luego mire su mano, estaba ensangrentada. Mi corazón mas de lo normal.

"¡Dios mío Myles!" Corrí hasta el, tome su mano. La respiración de Myles estaba agitada, pero seguro que no era de dolor.

"Déjalo así".

"¿Qué? No me pidas eso. Vamos inmediatamente a la enfermería".

"No" Murmuro seco. "No queremos que las porristas ni mucho menos Joaquín nos vean juntos. ¿Oh si?" Mi estomago se retorció al escuchar eso. Había estado mal lo que dije.

"Mierda, no seas infantil ¿Quieres?, vamos" Trate de moverlo pero fue imposible. Seguía con su actitud. Bufe estresada, lo mire fijamente. "Por favor Myles" Le suplique y dicho esto, con delicadeza junte nuestros labios. Era un cálido beso, mis manos se enredaron atrás de la nuca de Myles, dio una leve mordida en mis labios. "Por...favor" Susurre sin dejar de besarlo. Esos labios eran perfectos. Suaves y tan deliciosos. "Bien" Susurro. Me separe de el lentamente para verlo a los ojos. La furia se había ido, y un lindo brillo había aparecido en estos. Le sonreí y me devolvió la sonrisa.

***

"Bien, hemos llegado" Dije mientras me estacionaba frente a la casa de Myles. Lo había ido a dejar a su casa, ya que su mano derecha estaba fracturada y su auto sin vidrio. "Quiero que te cambies las vendas de acuerdo a como te dijo la enfermera".

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