Destino

¿Madoka?

Kirishima no estaba de acuerdo, no quería permanecer tan cerca de Yokozawa, su sola presencia le hacía molestarse, pero él no era así, eso no pasaba con la demás gente, solo con el peli azul, pero tenía que hacerlo, estar cerca de él, vivir con él... Puesto que su hija así lo deseaba, los siguientes días habían empacado todas sus cosas para al fin mudarse a aquella grande casa.

Por lo que él sabía, Yokozawa volvería tarde, así que él y su hija se habían dedicado a limpiar y a acomodar los muebles en lo que sería su nuevo hogar.
Hiyori bajó los escalones, observó a sorata sentado en el sofá, el gato dormía, era un gato hermoso pero ya era demasiado viejo, lo pasaba durmiendo la mayoría del tiempo ahora, acarició un poco su cabecita antes de seguir su camino... Pero una puerta detuvo su andar, ella sabía muy bien cual era la habitación de Yuudai y la de Yokozawa, pero hasta ese momento no había ingresado por aquella puerta, la curiosidad la mataba, quería saber qué era lo que aquella habitación escondía, se acercó más y tomó la perilla, pero antes de poder siquiera girarla, Yuudai llegó corriendo evitando que abriera.

---¡NO!--- levantó la voz, asustando a Hiyori, Kirishima había decidido bajar también por lo que, había presenciado aquella escena, no sabía cómo debía sentirse, molesto o sorprendido por la actitud del chico. Terminó de bajar las escaleras acercándose así hasta donde se encontraba su hija, haciendo frente al chico, quien seguía sin permitir que la puerta fuera abierta.--- ésta es la habitación de Madoka, no pueden entrar, se enojará mucho si lo hacen...

No comprendiendo del todo la razón lo dejaron pasar, alejándose del lugar, sin embargo Yuudai permaneció siempre cerca para evitar las miradas curiosas de ambos castaños, así que, sin más que hacer en ese momento se dispuso a hacer la cena de aquel día, ya era tarde y Yokozawa no tardaría en volver.

Durante la cena, todos parecían guardar silencio, dejando escuchar solo el ruido de los cubiertos al chocar con la vajilla, hasta que una pregunta se hizo escuchar, dejando todo en un absoluto silencio.

---¿quién es Madoka?--- preguntó la castaña, Yokozawa miró duramente a Yuudai, quién sólo pudo encogerse de hombros.

---Hiyo estaba a punto de entrar en su habitación... No podía dejar que eso pasara--- se explicó el chico.
Un 'ah' salió del los labios de Yokozawa permaneciendo ahora más tranquilo.

---ya le conocerás después, no te preocupes--- pretendiendo que la platica terminaría allí continuó con su cena de manera tranquila, sin embargo la castaña no parecía satisfecha y Kirishima estaba ahora molesto por la nula explicación recibida.

---si voy a vivir aquí, me gustaría saber con quiénes, no me gustaría llevarme ninguna sorpresa desagradable después, tú sabías que yo venía aquí con mi hija, lo menos que puedes dar a cambio es decirnos con quién más tendremos que vivir.--- sentenció molesto cruzándose de brazos.

Yokozawa lo miró, claramente ofendido.

---disculpa pero, no tengo porqué darte explicaciones de, con quién vivo en mi propia casa.--- se defendió. Kirishima estaba más molesto ahora, pues si bien es cierto que rentaba el piso de arriba no tenía derecho a reclamar nada al verdadero propietario de la casa.
Por lo que terminó su cena y se fue molesto lo más pronto que pudo.
No soportaría mucho en esa casa, lo sabía, solo esperaba que su hija saciara su curiosidad pronto para poder irse  a otro lugar.
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Aquel fin de semana Kirishima no planeaba estar cerca de los Yokozawa, necesitaba estar tranquilo al menos un día, por lo que decidió llevar a Hiyo a ver a sus abuelos, compraron una tarta y al llegar a la casa tocaron el timbre, ambos se sorprendieron de ser recibidos por una niña pequeña... Aquella niña que una vez se encontraron en el parque, a los dos se les hizo extraño ser recibidos por ella, y ella solo les sonrió, pues les reconocía.