Tanto Kirishima como Hiyori siguieron su camino, dejando el parque atrás, no volvieron la vista ni una sola vez, pensaron en detenerse en la pequeña tienda que quedaba de camino a la casa de los abuelos pero desistieron de la idea poco después, no sabían que comprar de todas maneras, lo único que pretendían era mantener distancias un tiempo, y esa distancia la conseguirían en la casa de los abuelos, pero mientras tanto el silencio entre ambos era muy incómodo. Siempre habían sido muy unidos y muy habladores, Hiyori lo había heredado de su padre, pero desde que habían despertado en aquel hospital el silencio aparecía con bastante frecuencia.
Tras un par de horas en casa de sus padres, Kirishima dejó a Hiyori para dirigirse a la editorial y recuperar su trabajo, y aunque tal vez el puesto de jefe ya no estaría disponible, seguro que había algo que pudiera hacer, si no, lo pasaría muy mal, pues tenía una hija que mantener y no podía simplemente dejarla morir de hambre, además tenía que inscribirla de nuevo en la escuela y muy probablemente contratar a un tutor para que ella se pusiera al corriente con las clases.
Para su fortuna, el actual jefe de Japun era muy malo en su trabajo, y aunque la presencia del castaño sorprendió al presidente Isaka, al final pareció comprender la situación y lo readmitió en su puesto anterior con la esperanza de volver a elevar el nivel de productividad del departamento y obvio, de las ventas.Con una mejor sensación por haber recuperado su empleo, se dispuso a recolectar información acerca de los colegios donde podría inscribir a Hiyo, obvio tenía que consultarlo primero con ella antes de tomar una decisión equivocada y de paso, también buscó información de casas y departamentos ya que el suyo... Se incendio años atrás dejándolo inhabitable, al igual que los departamentos aledaños.
El fin de semana se pasó las horas buscando un lugar adecuado para vivir tomando en cuenta la opinión de su hija, aunque ella parecía estar de acuerdo con cualquiera de las opciones, y a pesar de que Kirishima parecía haber encontrado el lugar ideal no se lo mostraba aún a Hiyori, pues pretendía que esa búsqueda por un nuevo hogar los acercara de nuevo pero... Solo... no... Funcionaba.La distancia, la incomodidad e incluso la desconfianza se cernía sobre ellos como una noche oscura y fría. Necesitaban un sol para hacer desaparecer la noche y poder mantenerse unidos, solo no sabían dónde encontrarlo.
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Había estado muy ocupado, y aunque era fin de semana no había podido descansar como era debido, pues se había dedicado a limpiar con más ahínco esos días, arrastrando con ello a Yuudai, movieron varios muebles, sacudieron, lavaron y acomodaron de nuevo las cosas, fueron días muy ocupados hasta que por fin terminó.
El fin de semana llegó a su fin, Yokozawa se presentó en su trabajo como de costumbre, sin saber que aquel día se encontraría de nuevo con el amor de su vida.
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La mañana iba tranquila, tanto Yokozawa como Kirishima se habían presentado en varias juntas pero... No se encontraron en ninguna de ellas, sin embargo Yokozawa se percató de que muchos empleados parecían esparcir rumores por toda la empresa, no prestó atención a las habladurías y siguió enfocado en su trabajo, sin saber que era del regreso de Kirishima de lo que hablaban.La última junta de aquel día fue cerca de las cuatro de la tarde, la mayoría de los involucrados ya estaban ahí, cuando los últimos en llegar fueron las personas del equipo de Japun. Ambos representantes de aquel departamento tomaron asiento y cuando Yokozawa despegó la vista de los documentos frente a él y levantó la vista... El mundo entero desapareció de su alrededor, felicidad, emoción, miedo, intriga, nerviosismo, nostalgia y más emociones se hicieron presentes dentro de él, si alguien le preguntaba no sabría describir cómo se sentía en ese momento, sentía su corazón palpitar con demasiada fuerza, Kirishima estaba ahí mismo, en la misma habitación que él, frente suyo, sintió como su cuerpo se calentaba de a poco y sintió enormes ganas de llorar al darse cuenta de que estaba bien, estaba vivo, su cuerpo comenzó a sentir de pronto algo de inquietud, pues sus miradas se encontraron, supo entonces que tal vez un ligero sonrojo se apoderaba de sus mejillas, sintió sus manos tan inquietas que las llevó hasta debajo de la mesa ocultando así su nerviosismo, se sentía como... Un adolescente mirando a su primer amor, y aunque no era de hecho un adolescente, aquel hombre sí que era su primer y único amor, sus manos además de inquietas comenzaron a sudar, moría de ganas de terminar con aquella junta, quería estar a solas con él, saber que le había pasado y asegurarse de que... Aún era amado.
Pero la junta se hacía más larga cada vez y mientras más duraba más se daba cuenta... Aquel hombre castaño frente a él... No parecía amarlo más...Intentó convencerse a sí mismo de que no era así, intentó convencerse de que aquel hombre estaba concentrado solo en el trabajo frente a él y que había madurado un poco al no molestarlo en horas laborales... Intentó convencerse de que al final de la junta tendrían un momento para hablar... Lo intentó con todas sus fuerzas.
Se obligó a prestar atención, y cuando la junta llegó a su fin después de lo que le pareció una eternidad, no parecía tener las intenciones de levantarse de su lugar, indicando a su subordinado que se adelantara al departamento de ventas, que él iría más tarde. Solo quedaban Kirishima y él, a pesar de todo el castaño no parecía hacerlo a propósito, ni tampoco pretendía hablar con él, aquello le dejó un nudo en la garganta pero había esperado años, y no se acobardaría en ese momento, lo mejor era enfrentarlo.Se aseguró de cerrar la puerta y se colocó entre ésta y el castaño antes de llamarlo.
--- Kirishima-san...
---¿si?--- el aludido levantó el rostro para mirar a Yokozawa, no esperaba que el chico le hablara, en sus memorias no existía ningún tipo de relación más allá de lo laboral, ni siquiera recordaba sentir ningún tipo de atracción hacia él, en ese momento Yokozawa era prácticamente un desconocido para él
---yo... --- las palabras parecían atorarsele y no estaban dispuestas a salir, pero Yokozawa era necio y las obligaría a pronunciarse--- te he... Extrañado mucho y... No sé... ¿qué ha pasado contigo todos estos años?--- preguntó, con un ligero rubor--- estuve... Muy preocupado... También... quería decirte que...---
---¿perdón?--- estaba confuso, ¿quién se creía que era él para exigirle una explicación? ¡Ni siquiera eran amigos! Se sintió un poco molesto--- lamento que mi ausencia te haya provocado problemas pero lo que me haya sucedido no es de tu incumbencia.
---¡! --- la respuesta fría e indiferente le quitó todo el rubor del rostro, solo podía estar sorprendido--- ¿qué dices? ¿Que no es de mi incumbencia? Tienes idea de...
---lo siento, pero así son las cosas, no te debo explicaciones ni a ti ni a nadie, ¿entiendes?--- ¿porqué se molestaba tanto? Quizá Yokozawa solo había estado preocupado, tal vez se habían vuelto cercanos y quizás fueran amigos, pero él no lo sabía y no podía recordar nada, sólo estaba seguro de una cosa, ver a aquél hombre le molestaba y no sabía porque, se sentía inquieto, debía alejarse de ahí lo más pronto posible.
---¡! --- Su cuerpo se paralizó, no entendía porque el castaño había cambiado tanto, o porque había dejado de amarlo, si así serían las cosas le hubiera gustado que se lo dijera de frente y no que se hubiera alejado sin más, sin despedirse, había pensado en decirle lo de los niños y fue interrumpido, aunque decírselo apenas volver no era buena idea, tal vez fue mejor que le interrumpieran... Aún así no quería rendirse, si Kirishima encontró a alguien mejor que él quería saberlo, no quería vivir en la incertidumbre y no haría nada que lo lastimara, solo quería saber...
Sin ser consciente de sus acciones acortó la distancia que lo separaba del mayor, unió sus labios en un beso y rodeó el cuello del mayor con ambos brazos, deseando fervientemente ser correspondido por esos labios delgados que tanto le gustaban, deseaba ser rodeado fuertemente por los brazos del mayor como hacia tiempo y esperaba con ansias que aquel hombre devolviera el beso como solo él sabía hacerlo, lo deseaba.
Los brazos de Kirishima se posaron a la altura de su pecho y lo alejaron de un brusco empujón haciéndolo retroceder hasta chocar con la pared, una mirada fría le fue dedicada... No era correspondido.---¿qué demonios crees que estás haciendo? ¿Estás loco?--- se limpió todo rastro de aquel beso de sus labios y para Yokozawa ver aquella acción le hizo sentir como algo dentro de él crujía al quebrarse--- escúchame bien, no vuelvas a hacer esto ¿me oyes? no quiero problemas, así que no te me acerques a menos que sea por cuestiones laborales, si haces esto otra vez te reportaré con recursos humanos.
Salió de la sala de juntas molesto dejando a Yokozawa sin la menor idea de cómo debería sentirse, sin embargo su cuerpo reaccionó al instante, llevando ambas manos hasta su rostro donde varias lagrimas se deslizaban por sus mejillas.
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Destino
FanfictionY pasó, Yokozawa estaba solo... Sin Hiyo, sin Kirishima... P.D. la imagen no es mía.😊