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[Pov Seungri]

Si pudiera nombrar los mejores días de mi vida hasta ahora, creo que sin duda serían estos; solo un fin de semana, parecerá corto pero fue lo más lindo para mi.
Desde la noche que llegamos tuvimos sexo y aún después de despertar parecía que no se había cansado en lo absoluto. Después de esa pequeña sesión de sexo matutino preparó el desayuno para ambos, tomamos un baño casi hasta medio día y salimos a la playa, no había mucha gente ya que no era época de vacaciones aún; así que pudimos pasear tomados de las manos...caminar por la arena hasta la orilla del mar.

No dejo que quitara mi camisa excusándose con que podría quemarme por el sol, cuando realmente no quería que los demás me vieran; a veces era realmente obvio cuando estaba celoso.

Regresamos algo noche al hotel después de cenar en un elegante restaurante y pasar por algunos postres. Tomamos una ducha, porque solamente iba a bañarme yo pero el entro al baño y claramente terminamos entre las sábanas después de tener sexo hasta que amaneció...realmente aún no entendía como es que podía aguantar tanto, sentía mis piernas temblar y el aún estaba duro; aunque era cuidadoso así jugáramos un poco, nunca llegaba a doler de verdad.

Era lunes por la mañana, desperté con algo de dolor en las piernas y claramente con hambre luego de oír a mi estomago hacer ruido. Trate de levantarme sin despertarlo pero sus manos me rodearon enseguida.

—A dónde vas?

—A preparar algo para desayunar, tengo hambre ya.

—Yo también pero no me quiero levantar. Tengo sueño aún, vamos a dormir otro rato.

—Como no va a estar cansado si todavía era la una de la madrugada cuando pidió que lo hiciéramos otra vez.— volví a acomodarme en la cama dejando que se acurrucara más.

—No te enojes...si no te hubiera gustado me hubiera detenido. O me vas a decir que no te gustó?

—No quise decir eso, me refería a que...ya era noche.

—Mmm...hagámoslo otra vez.— lo golpeé muy ligeramente su hombro y el solo se rió.— Ya esta bien, te duele algo? Como te sientes?— dijo mientras dejaba pequeños besos por mi pecho.

—Estoy bien, solo me duelen un poco las piernas.— sentí su mano bajar hasta mi muslo y luego subir lentamente casi hasta mi entrepierna, lo cual me alarmo y me moví un poco.— Ya vamos a levantarnos, se supone nos iríamos hoy en cuanto amaneciera.

—No quiero regresar. Quedémonos aquí, compremos una casa y vivamos aquí hasta que envejezcamos.— solo me abrazo con más fuerza.— Te sientes feliz? Porque yo lo estoy, me siento tan feliz de estar contigo no solo de esta manera, si no por el simple echo de estar contigo, junto a ti. Desde que entraste a mi oficina ese día mi corazón latió fuerte sabes...

—Pero usted dijo que no me quería como su asistente.

—No podía parecer débil frente a nadie, de todas formas mi padre te quería como mi asistente aceptara yo o no.

—Así que fue a la fuerza que fuera su asistente?

—En parte si bebé, pero no pude evitarlo; no es mi culpa que seas tan lindo. Que te veas tan bien en traje, y que hayas aceptado regresar a mi departamento esa noche.— Su mano pasó por mi muslo de arriba a bajo muy despacio.— Porque aceptaste regresar?

—Porque...no lo sé, cuando vi ya estaba frente a su puerta. Realmente no estaba seguro...

—Si no hubieras regresado supongo que todo hubiera sido raro para ambos y tal vez te hubieras ido.