CAPITULO 7
LA MARCA TENEBROSA
—¿Qué...? —exclamó Ron, poniéndose en pie de un salto y mirando hacia arriba.
Se trataba de una calavera de tamaño colosal, compuesta de lo que parecían estrellas de color esmeralda y con una lengua en forma de serpiente que le salía de la boca. Mientras miraban, la imagen se alzaba más y más, resplandeciendo en una bruma de humo verdoso, estampada en el cielo negro como si se tratara de una nueva constelación. De pronto, el bosque se llenó de gritos.
Cami ahogó un grito.
—¡Hay que irnos! —exclamó desesperadamente tirando de Harry.
—¿Qué pasa? —preguntó Harry, sobresaltándose al ver la cara de ella tan pálida y aterrorizada.
—¡Es la Marca Tenebrosa, Harry! —gimió Hermione, tirando de él con toda su fuerza—. ¡El signo de Quien-tú-sabes!
—¿El de Voldemort?
—¡Vamos, Harry!
—Harry, por favor —gimió Cami envuelta en pánico y en malos recuerdos. El azabache se desesperó al ver la expresión de Cami.
Harry se volvió, mientras Ron recogía a toda prisa su miniatura de Krum, y los tres se dispusieron a cruzar el claro. Pero tan solo habían dado unos pocos pasos, cuando una serie de ruiditos anunció la repentina aparición, de la nada, de una veintena de magos que los rodearon.
Todos habían sacado las varitas y estaban apuntándolos.
—¡AGÁCHENSE! —gritó Cami tirando de Ron hasta el suelo, mientras Harry hacía lo mismo con Hermione y Cami.
—¡Desmaius! —gritaron las veinte voces. Hubo una serie de destellos cegadores, y Cami sintió que el pelo se le agitaba como si un viento formidable acabara de barrer el claro.
Al levantar la cabeza un centímetro, vio unos chorros de luz roja que salían de las varitas de los magos, pasaban por encima de ellos, cruzándose, rebotaban en los troncos de los árboles y se perdían luego en la oscuridad.
—¡Alto! —gritó una voz familiar—. ¡ALTO! ¡Es mi hijo!
Cami levantó la vista para ver al señor Weasley caminar hasta ellos, horrorizado.
—Ron... Harry... —Su voz sonaba temblorosa—. Hermione... Cami... ¿Están bien?
—Apártate, Arthur —dijo una voz fría y cortante. Era el señor Crouch. Él y los otros magos del Ministerio estaban acercándose. Cami se puso de pie agarrando firmemente su varita.
Crouch tenía el rostro crispado de rabia.
—¿Quién de ustedes lo ha hecho? —dijo bruscamente, fulminándolos con la mirada—. ¿Quién de ustedes ha invocado la Marca Tenebrosa?
—¡Nosotros no hemos invocado eso! —exclamó Harry, señalando la calavera.
—¡No hemos hecho nada! —añadió Ron, frotándose el codo y mirando a su padre con expresión indignada—. ¿Por qué nos atacan?
—¡No mienta, señor Potter! —gritó el señor Crouch. Seguía apuntando a Ron con la varita, y los ojos casi se le salían de las órbitas: parecía enloquecido—. ¡Lo hemos descubierto en el lugar del crimen!
—¡Nosotros no hemos hecho nada! —exclamó Cami, molesta.
—Barty... —susurró una bruja vestida con una bata larga de lana—. Son niños, Barty. Nunca podrían haberlo hecho...
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𝐂𝐀𝐌𝐈𝐋𝐋𝐄 𝐘 𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐋𝐈𝐙 𝐃𝐄 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎
RandomEl cuarto año inicia y Hogwarts se prepara para el Torneo de los Tres Magos, en el que competirán tres escuelas de hechicería. Después de una temporada de misterios descubiertos y una tensión que la hace dudar de su existencia, Camille Diggory deber...