Arienay II

5 1 0
                                    

Entre tanto, todo este tiempo transcurrido ella aprendió una cosa: jamás volverse a enamorar!
Se cerrar tanto, que no ha podido encontrar amor aún quiera y anhele hacerlo. Sus días se volvieron grises, solo piensa y piensa que hubiera sido de ella si no hubiera conocido a la persona que le hizo tanto daño??

Por otro lado, las cosas con Alberto empeoraron cuando un día, el le hace una pregunta incómoda. A pesar de que se contaban todo, nunca le daba nombres de sus ligues, era como algo increíble como podían hablar de todo, absolutamente todo y aún así verse de la manera en que ellos se veían y actuar como lo hacían. Alberto y ella compartían de todo, eran muy afines, sus llamadas de sex, sus textos calientes eran de otro mundo... Era alucinante cómo flipaban el uno con el otro en esos momentos, y aunque nunca hubo sexo en persona en ese lapso de tiempo las cosas que hacían eran de otro planeta.

Se la pasaban muy bien por teléfono y cuando coincidían en lugares públicos era como que nunca ha pasado nada. Se entendían al 100 solo que como se dijo al principio: en tiempos distintos.
De todas esas noches de sextexts se sacaban más ganas para hacer realidad lo que tanto anhelaban, poder salir y estar juntos por primera vez.

Aunque marcaron fechas para ese romance no se concretó hasta tiempo después. Haciendo un flash back, un día Alberto estaba en una reunión de amigos y escucho algo que le inquietó y que se pensó para preguntarle a ella. Después de darles larga al asunto, el le escribió y le dijo:
— - Hola! Puedo hacerte una pregunta?
— - Si! - Ella ya sabía que era sobre Thomas porque ya se había enterado. Comenzó a suda frío las manos le temblaban, justamente cuando sonó su teléfono ella estaba lavando los trastes y dejó caer el plato, su amiga se asustó y preguntó que ¿Que pasaba? Y ella solo pudo responderle: Ya lo sabe! Aún no había abierto el mensaje, era tanto lo que lo conocía que sabía.
— - La persona que estabas conociendo se llama Thomas?
— -Si! Solo eso pudo responder. Ya no tenía que abundar sobre el tema pues el sabía los detalles.
— -Necesitó tiempo para asimilar esto, el es como mi hermano. Fueron las palabras de Alberto para ella.

Ella entre tanto no podía imaginar cómo serían las cosas. Él le pidió tiempo, después de que tuvieron una conversación.

— - Es imposible continuar con esto, el es cómo un hermano para mi, todo lo que se y soy se lo debo a él, no tendré cara para mirarlo de nuevo.
— -Se Que unas disculpas no borran lo que estés asintiendo, no se que decirte? Pero si se que las cosas no iban bien y lo sabías, y esa noche que Thomas contó que ustedes se conocían yo te ríen de cortar cualquier vínculo que nos uniera, porque me importabas tu. También sabías cómo eran las cosas entre nosotros.
— - Si, pero ahora no se lidera con todo esto. No se cómo hacerlo, solo te pediré que no hablemos las cosas que habíamos ni toquemos temas, mientras todo esto pase.
— - Será como tú quieras, pero solo recuerda que no hicimos daño a nadie con esto. Lamento no habértelo dicho cuando tuve la oportunidad pero no sabía cómo hacerlo, esto me sobre pasó! Fue algo con lo que no contaba. Sabes que estaré aquí para cuando quieras hablarlo y d e igual forma sabes donde encontrarme.

Decidieron darse un tiempo. Los mensajes dejaron de llegar, pasaban días y días no se sabía nada él uno del otro, se volvieron fantasmas con recuerdos. Ella cada que encontraba una imagen quería compartirla con él, al final del día quería contarle cómo le fue y preguntárselo a él, pero respetaba su espacio. A veces se le olvidaba y le escribía sobre lo qué pasó pero él estaba renuente.

Un día le pasó una imagen de esas calientes que solían pasarse y él le reaccionó diciendo que estaba muy bien, pero que no podían seguir haciendo lo que antes hacían por lo sucedido.

Pasaron meses así, hasta que un día el le escribió a ella para que se vieran ese fue el primer día donde estuvieron juntos cara a cara, y no por un teléfono, donde consumaron esa pasión que les mataba cada vez que hablaban. Esa noche fue mágica, ese hotel fue testigo de todas esas ganas que se tenían, el se la disfrutó en todos la extensión de la palabra. Recorrió su cuerpo lentamente cuál si fuese una cucharada de helado, ese que es tu favorito y no quieres que se acabe, ese vino que se vuelve más delicioso en tu boca con cada sorbo.

Hicieron el amor hasta cansarse y no poder más, estaban extasiados de tanto. Ese día se dejaron de lados los perjuicios y gozaron del más cálido e inigualable placer de dos cuerpos que se gustan a tal forma que no podían explicarse qué tanto.
Todos los nao entendidos se acabaron después de ahí. Ese día fue único para Arienay y Alberto, casa cuál llegó a su casa con el extasis más alto del placer.

Los mensajes se encendían cada vez más, las llamadas y esos videos para compartir, eran estupendos esos días y noches para ellos. Allí fue cuando Alberto una sola vez le confesó que no podía dejarla ir y que debía haber hecho algo antes, pero que no sabía cómo después de todo.
Arienay por su lado, no se la creía que después de tantos años eso al fin pasara de verdad y no a través de un teléfono  por una video llamada pero mensajes de texto.

La vida se les fue poniendo más cómoda. Los encuentros fueron más a menudo entre ellos.

Amor de Una Noche y Toda la Vida!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora