Todo Fluye

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Los meses fueron pasando y esos encuentros eran bombas de tiempo entre ellos. Solo existían ellos, esas ganas de cogerse y darse todo eso que tenían el uno al otro, tener los momentos mas únicos y verdaderos, en esa habitación que se convertiría en su más fiel amiga para consumar ese tórrido y hermoso romance en secreto.

Los encuentros cada ves eran más fuertes, lo que se hacían, lo que decían, cómo se recorrían el cuerpo con las lenguas y sus dedos, eran obras de arte que hacían cada movimiento de sus cuerpos encima del otro, ese deseo era cada vez más y más fuerte, esas ganas aumentaban cada día, esa intensidad de querer más y más el uno del otro era incontrolable, siempre querían más.

Cada encuentro entre ellos, Arienay quería más y mas de él, era insaciable el deseo hacia el. Compartían porno, criticaban los videos, compartían fantasía, hacían algunas realidad al transcurrir el tiempo, ese morbo nunca bajó. Eran el uno para el otro pero sin poder ser más que eso.

Hubo un tiempo que las cosas medio se apagaron, no fue que cansaron el uno del otro, solo que las circunstancias limitaron las veces en verse y cuando lo hacían cada vez era menos tiempo pero de igual forman tenían sexo salvaje que disfrutaban entre sí.
A él le encantaba cómo ella era mientras le hacía sexo oral, y le miraba a la cara con esos deseos malvados que pasaban por su cabeza, ella disfrutaba cuando el la cogia de espaldas por el pelo, y abrazaba su cintura de ambos lados con esas manos, que presionando fuerte y leve en repetidas ocasiones, cómo la ponía debajo y delante de el, cómo gozaba sus jugos mientras la escuchaba gemir de placer, cómo le pegaba en las nalgas cada vez más fuerte y la tomaba por el cuello mientras la penetraba cada vez más rápido.

Esas noches eran esperadas como cuando sabes que vas a disfrutar de esa que es tu comida favorita acompañada de un vino que sabes que no tendrá desperdicio alguno. Esos momentos no eran solo de cogidas y mucha pasión, eran de platicas y risas, de jugueteos y abrazos, y aunque él era seco y ella tímida, siempre buscaban la manera de hacer el balance perfecto entre sí.

Él decía que no era detallista y ella amaba serlo pero con él no podía. Pero pese a todo eso, él siempre se acordaba de cosas que ella le contaba, le daba obsequios que ella atesora como cosas invaluables para si, estaba al pendiente de otras que él sabía le importaban. Eran ese yin yan que hacían el match perfecto entre sí.

Alberto se convirtió en parte fundamental para Arienay. Ellos sabían darse todo sin pedirlo, converger de una manera majestuosa y hacer de cada encuentro uno inolvidable. Confesiones inmediatas, tristezas contadas y sueños por cumplir fueron unas de las tantas conversaciones entre ellos. Fantasías que hacer realidad son las que aún quedan pendientes y que tarde que temprano se convertirán en realidad.

Cuando las cosas van de la mano de la sinceridad y amistad antes que todo, fluyen de una manera tan inexplicable, que hacen dudar a la mente, pero el corazón encuentra paz y tranquilidad en ello, y es ahí donde te das cuenta de que las cosas tienen un tiempo exacto para suceder, que por más difícil que se vea el camino siempre habrá una salida y si no, es porque todavía no es el final.

Esas cogidas y conversaciones entre ellos eran cada vez más deliciosas y amenas. Esas posiciones que hacían y esa lujuria con la que se tocaban no eran de este planeta, esos besos que se daban eran cada vez más apasionantes, verlo dibujar con sus dedos de pincel sobre su cuerpo no tenía nombre, sentir su lengua recorrer todas las líneas de su ser era increíble. Alberto la estremecía de placer cada vez que la tocaba, le desbordaba la lujuria con mirarla y la extasiaba cada vez que la tocaba.

Cada uno deseaba esas horas no pasaran, pues ya no eran suficientes para tanto cuando se veían, esas noches querrían fueran interminables para entregarse como solo ellos sabían hacerlo.
Si bien es cierto a veces no solo se trataba de sexo, compartían risas y día a día en ese parqueo de la casa donde vivía Arienay que también fue testigo de encuentros únicos entre ellos, de esos momentos en donde esos 10 minutos para pasar a saludarle se convertían en una hora donde ninguno quería que el otro se fuera.

Esas noches que fueron testigo de lo que a solas vivieron quedarán marcadas para siempre entre ellos. Ese deseo de ser solo uno y que lo demás a su alrededor no existiera era incontrolable e inconsciente a veces, hacer de todo sin restricción alguna era el límite, aprovechando esa adrenalina que les proporcionaba el momento era inexplicable.

Así pasaron los meses, los años... Y siguen estando juntos, cada vez que pueden se profesan ese deseo qué hay entre ambos, y aunque se escucha más un me encanta entre ellos, pocas veces se han dicho se quieren. Se lo demuestran que es lo mejor.
Aunque en esa búsqueda nunca estaría demás para ella, escucharlo de él. Ella ha sido fiel a su historia con él después de lo de Thomas, y aunque sabe que no es nada formal entre ellos, y no porque ella no quiera, también reconoce que eso no va a pasar.

Cada día se profesa ese deseo el uno por el otro, se escriben, se llaman de vez en cuando y aunque a veces suela pasar un día sin hablarse cuando lo hacen es como si hubieran pasado minutos. Cada cual está en su vida por separado pero pendiente del otro como siempre. Han tenido bajones "como la pareja que no son" pero nunca han discutido, jamás se han enojado por nada, en lo que Arienay esté consciente. El único mal entendido entre ellos ha sido esa vez, cuando él se entero de lo de Thomas.

De momento todo fluye como toca, el destino ha hecho de las suyas en numerosas ocasiones, pero nunca se han apartado el uno del otro. Fieles a lo que desean y a por todas con lo que quieren hacer. Los mejores amantes de la historia.
Han hecho promesas inquebrantables entre ellos, pactos que por nada deberán romper y que les permiten ser cada día uno solo con el otro.
Juraron nunca dejar de verse aún ella estuviera con una relación estable y pactaron nunca tener un no por respuesta a los pedidos de ambos.

Ahora toca ver si esas promesas y pactos se cumplirán cuando llegue el momento en que Arienay construya la vida que siempre ha soñado y encuentre a la persona que le merezca ella esté perdidamente enamorada por el.
Pues ella es de las que si ama no no va a mitades, va por todas.

Amor de Una Noche y Toda la Vida!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora