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Baji

Cinco años después

"En el maravilloso recuerdo, esta lloviendo mientras bailo solo" sonreí amargamente, cantando suave y apretando el volante del auto. 

"Para cuando esta niebla se despeje, correré hacia ti con los pies mojados, abrázame fuerte entonces" seguí, disfrutando de los tonos que se escuchaban fuertes por haberle subido mas el volumen.

"Detrás de la tenue sonrisa mirándome, dibujare un hermoso purpura" a lo lejos mire como Kazurota estacionaba su auto frente al edificio de dos pisos en el que trabajábamos.

"Nuestro ritmo en marcha no podrá estar en sincronía" Estacione mi auto a un lado del suyo, lo apague pero seguí con mi cántico ya que la música no pararía de sonar hasta que abriera la puerta "Pero quiero caminar este sendero contigo... Still-"  la puerta se abrió y yo voltee a mirar al de mechas rubias molesto por cortarme la canción justo en la mejor parte.

"Joder, busca ayuda de nuevo amigo, ya escuchaste esa canción mas de mil veces" 

"Tora, venia la mejor parte" le reclame, hice una mueca con mis labios y mejor tome mi bolso.

"Si, si. Anda vamos que hoy tenemos dos operaciones programadas, te necesito concentrado"

Entramos y saludamos Stella, la recepcionista. Fuimos a nuestras oficinas por separado, cuando entre a la mía, me desvestí en el baño de esta para cambiarme a mi uniforme de dos piezas azul marino. Me mire en el espejo, sujetando mis cabellos y asegurándome que ninguno de los mechones teñidos se vinieran hacia mi rostro.

"Listo, a trabajar" me dije aun observando mi reflejo en el espejo.




( ... )




"¿Qué tal va la vida de casado?" pregunte al salir de la sala de operaciones, empujando la mediana camilla donde reposaba un gran Golden retriever que había sido operado. 

"Increíble, Naoto ya pidió las vacaciones para nuestra luna de miel. Lo que me recuerda que te tendrás que quedar tu solo con los practicantes" menciono riendo entre dientes.

"Ya ni me lo menciones" reproche, entramos a la sala donde habitaban animales en recuperación y dejamos al no tan pequeño Hiro en la colchoneta de una de los apartados, me encargue de acomodarlo bien y al acabar el de mechones rubios cerro la reja. 

"Me parece que te tomaste muy apecho aquella vez que olvidaron cerrar bien la reja de la serpiente"

"Tu también te hubieras asustado si un reptil de un metro se hubiera aparecido en tu baño" 

"No comprendo como te graduaste de medico cirujano veterinario, teniéndole miedo a las serpientes"

"Es que me generaron un trauma cuando hacia practicas, vi como una le mordía a un compañero" sentí un calosfrió cruzarme toda la espalda al recordar aquello.

Después de aquello nos separamos para encargarnos de nuestras consultas individualmente, la mañana se me paso volando por el trabajo, apenas y había tendió tiempo de almorzar. Llegando la tarde ya con todos mis pendientes acabados, salí de la clínica cansado y hambriento. Pase por mi loca favorito para devorarme un platillo de Katsudon. 

𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora