꧁𝔻𝕠𝕤꧂

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La chicharra finalmente había sonado dando paso al tan esperado receso, después de dos horas seguidas de martirio, el profesor de Matemáticas se levantó y se retiró del aula despidiéndose formalmente de sus alumnos.
Los jóvenes inmediatamente se levantaron y prepararon, sintiendo liberación al momento de por fin poder levantarse de sus asientos después de todo ese tiempo sentados.

Kirishima llegó de nuevo con el cenizo, acercándose con la misma emoción y alivio que le produjo liberarse del anterior profesor de edad avanzada, se abalanzó sobre él recargándose en la espalda del contrario.

—¡Aah! ¡Libertad por fin! Creí que nunca acabaría la clase del profesor Ishiyama
—Quítate antes de que te rompa la cara—sentenció el cenizo con el peso del contrario encima de él. El pelirrojo inmediatamente se quitó, aunque no se tomara ninguna de las amenazas del rubio enserio, ambos se recompusieron y Bakugou siguió ordenando una que otra cosa de su mochila.

—¡Chicos!¿Listos ya para ir a la cafetería?

La voz de la fémina tomó la atención de ambos, reconociéndola al instante mientras se posicionaba enfrente de ellos, Mina saltó hacia el pelirrojo con entusiasmo, jugando con las mejillas de su amigo de cabello puntiagudo mientras éste se quejaba y reía al mismo tiempo.

El tercero solo suspiró rodando los ojos, aunque por dentro se alegraba que esta vez no fuera él la víctima de las travesuras de la peli rosada, solía tener la manía de jalar la mejilla de todos entre el grupo, por lo que ninguno de ellos se podía salvar de los pellizcos y jalones sin intenciones más allá de su propia diversión. Kirishima apartó las manos de su amiga sintiendo finalmente el dolor que provocaba los pellizcos de la chica, se quejó aún dolido mientras sobaba su mejilla izquierda y la contraria reía.

—Entonces, ¿vamos?
—Sip, claro, oh, ¿Dónde están Denki y Sero?
—Ellos se adelantaron, el pobre de Denki tenía que ir al baño
—Oh, bueno esta bie-
—¡Por cierto! Tengo que comentarles algo— interrumpió Mina antes de que Kirishima siquiera diera un paso al frente— Pues... espero y no les importe pero... invité a alguien más a comer con nosotros.
—¿Eh? ¿A quién?

La chica de ojos ámbar volteó hacia la entrada trasera del salón señalando a una persona en concreto con la palma abierta.
El muchacho peliverde se encontraba recargado sobre la puerta corrediza, jugando con sus manos posicionadas cerca de su pecho, la posición de perfil en la que se encontraba dejaba ver su mirada cabizbaja y perdida sobre su propio mundo, el menor ni siquiera se daba cuenta de las tres miradas posicionadas sobre él.

—¿Enserio...?—comentó Bakugou rompiendo el silencio
   —¡Vamos Kats! ¡Es un buen chico! ¡Fui la única que pudo convencerlo de salir con alguien y es demasiado tímido! Sería triste que su primer día en nuestra clase lo pase solito
   —¿Qué? Hubo muchos que se le acercaron, pensé que Ochako lo invitaría, se veía muy emocionada
—Oh no, ella tenía que estar en su club de jardinería o algo así—contestó la de ojos ámbar.
   —¿E Iida?
   —Sabes que siempre está metido en la sala de profesores, haciendo todas esas cosas aburridas de delegados de clase...—se quejó ella.

Bakugou frunció el ceño.

—¿Y a fuerza debe ir con nosotros? No es cómo si le fuera a suceder algo si se queda solo un maldito día...
   —¡Oww! ¡Vamos Kats, por favooor! ¡Es un buen chico, te prometo que te caerá bien, lo juroo!
   —Anda Bakubro, ¿qué podemos perder?

Ambos ojos se posicionaron frente al rubio cenizo, la joven pelirosa insistía con ojos de cachorro y su mejor amigo buscando una mirada de aprobación de su parte. El cenizo chasqueó la lengua dándose por vencido con la petición de ambos.

𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚍𝚎𝚜  ఌ𝙱𝚊𝚔𝚞𝚍𝚎𝚔𝚞ఌDonde viven las historias. Descúbrelo ahora