Como era su primer día de trabajo, estaba emocionado, no era el trabajo en sí lo que lo emocionaba, sino, con quien compartiría su tiempo a partir de esa tarde.
Comprobó la hora una vez más en su celular mientras esperaba delante de las grandes ventanas de vidrio, aquellos mostradores apenas perceptibles en su interior y la manera tan hermosa en la que las flores llenaban de vida el lugar.
Había llegado un poco temprano, pero no podía estar más tiempo en su hogar, sus piernas rogaban correr hacia la floristería y pues, ¿Quién era él para negárselo?
Se encogió en su lugar cuando una leve brisa apareció, recorriendo su cuerpo y haciéndolo tiritar levemente.
Claramente no pensó en el frío que haría fuera cuando partió para allá.
Se abrazó a sí mismo tratando de mantener el calor mientras esperaba, tal vez una hora antes de lo acordado no había sido una buena idea.
Pasados unos minutos fue cuando lo vio, Yeonjun apresuró el paso apenas lo vió, consiguiendo estar cerca de él en pocos segundos.
—Taehyun, llegaste temprano— Taehyun encogió sus hombros restándole importancia mientras Yeonjun sacaba las llaves de su bolsillo para ingresar al lugar.
—Qué cálido— Dijo el menor apenas cruzaron la puerta, su cuerpo encontrando una temperatura estable poco a poco.
—¿Tienes frío? No acostumbro a tener mantas o ropa extra aquí, pero puedes tomar esto— Con rapidez se deshizo del abrigo que tenía puesto para ponerlo alrededor del cuerpo contrario.
—No hace falta que hagas esto— Mencionó con la mirada baja, sus mejillas algo coloradas por el frío adquirieron un color mucho más potente que el de antes, provocando una pequeña sonrisa en Yeonjun.
—Está bien, pero quédate con él puesto hasta que se te pase el frío, acabo de contratarte, no quiero que te enfermes en el primer día— Dio unas suaves palmadas en la espalda de Taehyun, para luego ir hacia la parte trasera de la tienda.
Pasados unos segundos Taehyun salió de su ensoñación, notando que la presencia ajena no le estaba haciendo compañía, dejó salir un largo suspiro, pudiendo volver a respirar otra vez con normalidad.
Dio otro vistazo a su alrededor, perdiéndose entre tantas flores, de tantos colores y clases, él debería aprender todo aquello si quería trabajar allí.
Eso era.
Trabajo.
Había estado tan distraído con Yeonjun que había olvidado que fue allí en primer lugar para trabajar.
Era el peor empleado de la historia, estaba seguro.
Con pasos inseguros recorrió el mismo camino que Yeonjun, tratando de encontrarlo, cuando ya pensaba darse por vencido el viento que venía de afuera empujó una puerta que no había visto minutos atrás.
Con cuidado se asomó por ella quedando totalmente impresionado por la vista que le ofrecía.
¿Dentro de la tienda habían muchas flores? Pues les aseguro que en ese lugar habían muchas más.
Con ojos curiosos caminó hasta internarse completamente en ese lugar.
Sus manos picaban por querer tocar cada una de las flores que veía, cada una con una apariencia más encantadora que la anterior.
—Woah— Fue lo único que pudo decir, el lugar le robaba cada palabra, la calidez que el aroma de las flores le entregaba era inigualable.
—También me siento así cada vez que vengo aquí— La voz suave de Yeonjun lo sorprendió, dando un pequeño saltito por la impresión.
—Es hermoso.
—Lo sé, por eso me preocupo de cuidar hasta la más pequeña de ellas— Sintió el cuerpo contrario cada vez más cerca del suyo, provocando que los nervios lo comenzaran a invadir.
—Debe ser difícil— Dijo atreviéndose a mirarlo a los ojos, el mayor le sonrió gentilmente logrando que su interior se removiera.
—Lo es, pero vale completamente la pena, cada una de estas flores son hermosas y día tras día llegan muchas personas para comprarlas, sirven para expresar muchas cosas, nunca sabes si la siguiente persona vendrá a buscarlas como un regalo para su madre, un arreglo floral para un velorio o una gran boda, sirven para mostrar tristeza, amor, amistad e incluso ira y despecho, cuidarlas para que luego vengan por ellas es mi labor y próximamente también la tuya— ¿Era eso lo que llamaban sentir pasión por su trabajo? Yeonjun parecía tan feliz con lo que hacía, aunque no fuera un negocio muy rentable a él le hacía feliz, porque amaba lo que hacía.
Una sonrisa apareció en su rostro, había tanto que debía aprender, pero estaba seguro de que si era Yeonjun quien le enseñaba, todo iba a salir bien.
—¿Qué deberé hacer yo?— Preguntó, aún desconociendo lo que haría allí, Yeonjun revolvió su cabello.
—Hoy sólo observarás, tienes que ver cómo es trabajar aquí— Con una pequeña seña le indicó que lo siguiera.
Yeonjun le dio una silla junto a él en el mostrador, para que no se perdiera detalle de lo que ocurría, durante toda la tarde vio fascinado la desenvoltura que tenía el mayor para hablar de flores, cómo aconsejaba a quienes se lo pedían por el arreglo más conveniente, cómo conocía al detalle cada flor que había.
Habían quienes compraban semillas o pequeñas plantas que pronto se transformarían en bellos arbustos o prominentes árboles floreados.
Las horas pasaron volando y cuando menos lo pensó Yeonjun estaba retirando el letrero que indicaba que el lugar estaba abierto.
—Espero que no te hayas aburrido mucho— Habló mientras terminaba de acomodar algunas macetas.
—Claro que no, es genial, no puedo esperar para comenzar a trabajar— Mencionó con entusiasmo, viéndose adorable a los ojos de Yeonjun.
—Mañana lo harás, por hoy ya puedes irte a casa— Taehyun se puso de pie comenzando a tomar sus cosas con extrema lentitud, ¿Estaba mal querer tardarse un poco más en irse?
—Mañana lo veré, hyung— Con una leve reverencia se dirigió a la puerta abriéndola un poco para salir, cuando su mano fue tomada deteniendo su avance.
Se volteó con el corazón en la mano encontrando el perfecto rostro de su amor imposible a centímetros del suyo.
—Ten esto— En sus manos fue depositada una pequeña y hermosa planta de rosas blancas, miró de nuevo a Yeonjun preguntándole a través de sus ojos el por qué de la planta. —Vas a trabajar aquí, tienes que familiarizarte con las flores.
Con un leve asentimiento de cabeza se despidieron, renunciando a la cercanía que mantenían, Yeonjun no apartó sus ojos en ningún momento de la figura de Taehyun alejándose, la sonrisa en su rostro sin desaparecer.
Sabiendo que Taehyun ignoraba totalmente lo que aquel gesto significaba.
Rosa Blanca
«Representa la dulzura, la pureza, el romanticismo, la inocencia y la fidelidad».
Todo lo que Taehyun representaba para él.
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𝐎𝐍𝐄 𝐃𝐀𝐘, 𝐎𝐍𝐄 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 [𝐘𝐄𝐎𝐍𝐇𝐘𝐔𝐍]
Fanfiction«Yeonjun, un florista tan hermoso como las flores que acostumbra a vender tiene un nuevo ayudante. Taehyun sólo quería saber qué se sentía trabajar con su amor imposible de los últimos meses. Cada día Yeonjun daba a Taehyun una flor para que llevara...