A M O R

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Taehyun con una sonrisa corría por aquella calle vacía, respirando el aire fresco que la mañana le ofrecía.

Su espera había terminado, por fin podría volver a aquella tienda de flores que él tanto amaba, su corazón latía con mayor rapidez al tomar en cuenta de que también volvería a ver a Yeonjun. ¡Después de una semana completa!

Podría ser insana la manera en la que lo había extrañado los últimos días.

Cada uno de ellos tornándose más eterno que el anterior.

Sus pasos se detuvieron súbitamente al llegar frente al lugar de su destino, con su respiración agitada pasó una de sus manos por su frente retirando un poco de la fina capa de sudor que se le había formado.

Sus manos ansiosas hormiguearon por empujar la puerta y así lo hizo, su interior se sintió más cálido cuando al recorrer el lugar con la mirada sus ojos se encontraron con los de su jefe.

—He vuelto, hyung— Dijo Taehyun acercándose con timidez.

—Y no tienes idea de cuánto te extrañé, pequeño— Con una radiante sonrisa el mayor puso una de sus manos sobre sus cabellos, acariciándolos lentamente para luego desordenarlos como acostumbraba a hacer.

Taehyun apartó la vista sonrojado, dejando que Yeonjun jugase con su cabello, tensándose al instante en que sintió la mano ajena deslizarse por su cuello y brazo, para terminar tomando su mano.

Su cuerpo tembló, pero su semblante de emoción decayó al notar que sólo estaba revisando su mano por la reciente herida que había tenido en esta.

Aún así no pudo evitar la sonrisa boba que se instaló en su rostro cuando el mayor comenzó a trazar pequeñas figuras imaginarias en su mano mientras repartía caricias.

¿Era eso normal?

La duda repentinamente atacó al menor, desde que su tía había estado en su hogar había querido ignorar la idea de que Yeonjun sintiera algo por él, no quería ilusionarse, pero era simplemente inevitable.

Si lo pensaba, las bases que habían usado para llegar a esa conclusión eran muy vagas y si se lo preguntaba directamente podía quedar como un idiota.

Apartó su mano rápidamente causando una mirada confundida del mayor.

—Mi mano ya se encuentra mucho mejor, puedo volver a trabajar ahora— Habló, tratando de ser lo más directo posible, para que no se le notara lo ansioso que se encontraba.

Con un gesto de manos, Yeonjun trató de restarle importancia al asunto, aún un poco turbado por la repentina acción del menor.

—Ven, hay algo que quiero que veas— Dijo de pronto, tomando su mano nuevamente para guiarlo hacia el jardín que Taehyun ya conocía bien. Un acto completamente innecesario, pero una excusa para que sus cuerpos retomaran el contacto.

—¿Qué ocurrió?— Preguntó Taehyun antes de que la puerta que daba al jardín se abriera dejando que ambos se internaran en este.

Sus ojos curiosos recorrieron el lugar deteniéndose en una sección en específico, una que hace una semana estaba vacía y ahora estaba decorada por flores de colores que no había visto antes.

—Cuando te fuiste tuve que pasar más tiempo en este lugar de nuevo y pude notar que debía ampliar un poco más la variedad de flores que tenía, ¿Te gustan?— Preguntó con una sonrisa, observando el rostro embelesado de Taehyun al contemplar el lugar.

—¿Qué si me gustan? Me encantan, son muy bonitas, hay tantas flores nuevas y... y estas, ¿Cómo se llaman esas? ¿Puedo tener una de esas?— El ceño de Yeonjun se frunció al ver las flores amarillentas que Taehyun le apuntaba mientras preguntaba si podía tenerlas.

𝐎𝐍𝐄 𝐃𝐀𝐘, 𝐎𝐍𝐄 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 [𝐘𝐄𝐎𝐍𝐇𝐘𝐔𝐍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora