𝐎𝐍𝐄 𝐃𝐀𝐘, 𝐎𝐍𝐄 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 [𝐘𝐄𝐎𝐍𝐇𝐘𝐔𝐍]

F L O R D E A L M E N D R O

Era lindo cómo cada día las cosas parecían marchar mejor, se sentía completo rodeado de flores en aquel jardín atrás de la floristería.

Podía respirar profundamente dejándose llevar por las distintas fragancias del lugar.

Su vista se clavó en un pequeño arbusto que no recordaba haber visto, su ceño se frunció levemente al inspeccionarlo, no parecía tener ningún brote, ninguna flor, sólo eran hojas, pequeñas, delicadas y verdes. Hojas.

¿Qué hacía allí entonces?

Con curiosidad se acercó más a la planta, continuando con su examinación, no se parecía a nada allí, su mano se dirigió hacia ella, tocando suavemente la textura de las hojas.

Al instante sintió un pequeño hormigueo, pero no de los agradables, sino de aquellos que no sabes cómo quitar una vez llegan.

Quitó su mano con prisa, tomando su muñeca con la otra dejando salir ligeros gimoteos por la molestia.

—¿Taehyun? ¡No! Dime que no tocaste eso— Yeonjun se acercó preocupado una vez fue capaz de ver la pequeña planta frente al cuerpo del menor.

Taehyun no era capaz de formar una respuesta decente, tratando de calmar el ardor en su palma, el mayor lo levantó guiándolo al baño del lugar dejando su mano bajo el agua del lavabo, observando cómo la piel estaba teñida de rojo, señal de la irritación que el contacto con esa planta le produjo, suspiró con pesadez.

Estirando sus brazos alcanzó un pequeño botiquín de primeros auxilios que tenían en caso de algún accidente.

Se aseguró de que la tapa del inodoro estuviera abajo e hizo que Taehyun se sentara allí, mientras él se puso de cuclillas frente a este.

Con las yemas de los dedos tocó alrededor de la herida, el menor apretó sus dientes siseando por el dolor.

—¿Por qué tenías una planta así en tu jardín?— Se quejó.

—Es un crataegus, es bastante común, aunque suele causar este tipo de reacciones alérgicas a los niños, no sabía que tu piel sería tan delicada como para quedar así de dañada— Apretó sus labios en una línea sintiéndose culpable.

Con cuidado puso una pomada sobre la zona irritada para luego cubrir su mano con una venda, soltó un suspiro reprimido antes de mirarlo a los ojos.

Taehyun giraba los ojos en otras direcciones, tratando de evitar el contacto visual.

—Lo siento por no avisarte, realmente no creí que te ocurriría nada, de ahora en adelante cuando veas una planta que no conozcas ven a preguntarme sobre ella— Un débil asentimiento fue todo lo que Yeonjun obtuvo por respuesta, poniéndose de pie sacudiendo un poco su pantalón. —No creo que puedas seguir trabajando por unos días con la mano así, desaparecerá pronto, no te preocupes por eso— Su mano rascó su nuca, disponiéndose a abandonar el lugar al notar que el menor no tenía intenciones de hablar.

Apenas logró dar unos pasos cuando la melodiosa voz algo baja lo detuvo.

—¿Eso quiere decir que debo irme?— Preguntó con el ceño fruncido poniéndose de pie, caminando hasta llegar nuevamente al lado de Yeonjun.

—Por ahora sí, tu mano necesitará un pequeño tiempo de cuidados, tal vez unos días o una semana, no creo que mucho, pero si te quedas aquí armando ramos, cortando flores y trabajando podría entrar una infección, y eso sumaría aún más tiempo de recuperación— Taehyun nuevamente asintió comprendiendo la situación por completo.

—Entonces, me prepararé para irme a casa, hyung— Dio una pequeña reverencia antes de partir a buscar sus pertenencias.

Yeonjun caminó hacia el mostrador, dando una mirada fugaz a su reloj. Aún no era la hora a la que acostumbraba cerrar, sin embargo, ese día había estado particularmente lento y su clientela había sido reducida.

Sin detenerse a dar más vueltas al asunto tomó su abrigo y las llaves, posicionándose al lado de la puerta, esperando la aparición de Taehyun.

—Ya me voy, hyung— Anunció en voz alta, deteniéndose abruptamente al notarlo junto a la salida.

—Te acompañaré, el día de hoy ha sido un poco largo y es mi manera de compensarte el daño de tu mano, a no ser que no quieras mi compañía— Taehyun abrió de sobremanera los ojos apresurándose a negar con las manos.

—Claro que disfruto de su compañía, hyung— Confesó con las mejillas sonrojadas.

—Entonces, ¿Qué estamos esperando?— Preguntó abriendo la puerta, esperando que el menor finalmente se decidiera a salir.

Cerró la puerta asegurándose de que no quedara abierta, para evitar algún tipo de percance.

Comenzaron el camino uno al lado del otro, siendo en extremo silenciosos, solo disfrutando de la compañía contraria.

Los ojos de Taehyun recorrían inquietos la calle, sobresaltándose en el momento en que la mano de Yeonjun tocó su cabello.

—Tenías esto— Le habló extendiéndole una pequeña flor blanca.

—¿De dónde salió?— Preguntó frunciendo el ceño, provocando una risa en el mayor.

—Taehyun, es una flor de almendro— Señaló con obviedad, Taehyun lo miró con confusión por lo que Yeonjun nuevamente rió. —Y eso que está junto a nosotros es un almendro— Señaló ahora al costado.

—Oh— Sus mejillas se colorearon, diablos, debió haber quedado como un idiota. —Dijiste que todas las flores tienen un significado, ¿Esa también la tiene?— Preguntó tratando de desviar el tema.

Yeonjun con dulzura antes de asentir, tomando las manos de Taehyun entre las suyas, provocando que este fijara su vista allí, donde también estaba la pequeña flor.

—Las flores de almendro tienen muchos significados, relacionado con distintas creencias, ¿Cuál quieres escuchar?— Cuestionó con una ceja alzada.

—Cualquiera— Contestó con rapidez, un poco ido por el ambiente íntimo que se formaba a su alrededor.

Yeonjun estiró una de sus manos hacia su rostro, acunando una de sus mejillas, repartiendo suaves caricias en esta.

—Tienen varios significados, pero mi favorito es un amor que lo supera todo, incluso la muerte. Un amor eterno— Terminó por decir, su voz un poco más profunda que de costumbre.

Los latidos de Taehyun se descontrolaron y sus mejillas adquirieron un color aún más intenso.

La mirada de Yeonjun estaba teñida de algo que no supo interpretar, su sonrisa confundiéndolo aún más.

Esa mirada.

¿Qué significaba?

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