M A R G A R I T A

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¿Era normal estar tan emocionado por su segundo día de trabajo?

Quería creer que sí.

Ya lo había podido comprobar, Yeonjun era una persona maravillosa, pero ahora no era solo por eso que quería ir allí.

Ese lugar tenía un aspecto mágico y le transmitía calma, nunca entendió por qué a su abuela le gustaban tanto las flores, pero ahora podía verlo.

Se fue a un horario un poco más prudente, para no esperar tanto tiempo en el frío de la ciudad, caminó a paso calmado admirando lo silenciosa que podía ser la calle a esas horas, casi nadie estaba por allí.

Al llegar a la tienda de flores notó que Yeonjun ya había llegado, se apresuró a abrir la puerta e ingresar, viendo detenidamente cómo su mayor permanecía de espaldas a él preparando algo.

—Yeonjun-hyung, ya estoy aquí— Dijo con una tímida sonrisa.

El recién nombrado se apresuró a voltear para mirar a Taehyun, quien jugaba con sus dedos por el nerviosismo que aún le producía estar cerca de él.

—Hey, ¿Listo para tu segundo día?— Inquirió con entusiasmo.

—Claro que sí— Yeonjun le hizo una seña con sus manos para que lo acompañara tras el mostrador.

—¿Ves esos ramos?— Señaló los grandes ramos de flores que tenía expuestos. —Hoy aprenderás a hacer uno.

Taehyun abrió sus ojos emocionado, por fin aprendería algo, frotó sus manos algo ansioso causando una risa de parte de su hyung.

—¿Me enseñarás ahora? ¿Es muy difícil? No creo que los pueda hacer de una manera tan linda como los que haces tú— Dijo rápidamente, estirando sus labios en un puchero cuando terminó de hablar.

—Lo lindo de las flores, es que puedes combinarlas como tú quieras, dependerá de ti la identidad y significado que quieras darle a tu ramo, te doy permiso para que tomes cualquier flor que te guste del jardín, te enseñaré cómo quitarle las hojas de manera correcta para que no dañes demasiado el tallo— Taehyun asintió, ambos se dirigieron al amplio lugar con flores.

Tan solo al llegar allí Taehyun inhaló profundo, en serio se estaba transformando en su lugar favorito.

—¿Qué tal esas?— Señaló unas pequeñas flores color púrpura. Observó con atención cómo Yeonjun las cortó y se dirigió a un mesón que allí había, deteniéndose a cortar las hojas con cuidado y también acortando un poco el tallo para que no se le complicara demasiado trabajar con ellas.

—Es así como debes hacerlo, presta atención a no rasparlo mucho, si el tallo se adelgaza demasiado se quebrará y ya no servirá, toma muchas flores que se complementen unas con las otras, lo que creas que se vea bonito junto— Le entregó la flor que había elegido y dejó una tijera para que pudiera quitar las demás de forma correcta. —Debo ir a atender, tú puedes quedarte aquí el tiempo que necesites, después de todo, es tu primera vez— Con una sonrisa dulce dejó una última caricia sobre sus cabellos, antes de desaparecer por la puerta hacia el interior de la tienda.

Taehyun tocó su rostro, sintiendo sus mejillas a una temperatura levemente más alta de lo usual, sacudió su cabeza tratando de borrar los pensamientos sobre su jefe y concentrarse en cumplir con su trabajo.

Dio unas vueltas por el jardín, analizando las flores, comparando sus tipos y colores, buscando algo que realmente le gustara, sus ojos se detuvieron en unas flores violetas, unas tonalidades más oscuras de las que ya tenía entre sus manos.

Amaba el color púrpura, con todas sus variaciones, Yeonjun había dicho que el ramo debía ser como a él le gustara.

Ya tenía la idea de cómo hacerlo.

𝐎𝐍𝐄 𝐃𝐀𝐘, 𝐎𝐍𝐄 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 [𝐘𝐄𝐎𝐍𝐇𝐘𝐔𝐍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora