Comencemos. Mi desayuno fue simple, un huevo cocido junto con una ensalada de mango Manila y lechuga, acompañada de un licuado de fresas.
Y no mi leche de banana.
¡Soy tan berrinchudo! Pero es inevitable no serlo. Mi madre prometió comprar una caja entera de esos pequeños botes donde les vertían el líquido que literalmente eran como una droga. No había ni un día que yo no tomara uno, pero esta vez me las acabe todas.
Después de mi tedioso desayuno, salí de mi hogar y camine directo a la escuela.
La escuela no quedaba muy lejos, así que siempre decido llegar caminando a ella. Mi madre dice que mejor use una bicicleta, ya que últimamente muchos adolescentes han estado desapareciendo de la nada.
Sin dejar rastro.
Solo se esfumaron de la faz de la tierra.
Algunos dormían con la mentalidad de que nos les pasara absolutamente nada en este nefasto mundo. Me daba escalofríos pensar que podría ser yo.
Pero la vida es un riesgo y solo hay una.
No era fanático de estar en grupos como todos en la preparatoria, me gustaba estar solo, sin ninguna voz interrumpiendo mis pensamientos. Soy de pensar bastante y aveces me frustra que alguien rompa mi burbuja, aun así cuento con dos amigos, Woojin y Kwang, ese par que siempre esta pegado a mi como si me tratase de su madre.
Entré a la preparatoria. Mirando a mi al rededor, todos se encontraban con un tenso y sepulcral silencio.
Hace unas semanas un alumno de último grado desapareció luego de tomar el autobús, Park Jimin, ese era su nombre. Muy conocido en toda la preparatoria como el mejor en el atletismo. Muchos rumorean que se teletransporto a otra realidad, otros no se explicaban cómo logró desaparecer a la mirada de tanta gente y otros más como yo, que somos ignorantes, nos mantenemos serenos sin especular nada aunque con la pizca de ese temor.
Después de un par de horas, salí al fin de la escuela y el estómago me rugía y me dolía tanto la cabeza.
¡Odiaba tanto los viernes! En primera, ¡se supone que es día de descanso! ¡Pero no! Mi madre me consiguió un empleo en nada más y nada menos que una tienda de ropa interior.
¡Todos los días pasó vergüenza! Oyendo cómo señoras decían verse tan bien con una tanga y un sostén de encaje. Por lo general no entraban hombres, y obviamente no iban a entrar ¡por que no solo trabajo como cajero! ¡Sino trabajo como cajero en la sección de mujeres!
Pero si pensamos bien, la paga es buena. Mi jefe que es un hombre de cincuenta y cinco años, me ha dicho que tengo buen rostro y llamo la atención de los clientes. Obvio si, soy bastante guapo.
Un rato después, llegue a casa exhausto, en ese instante prendo mi teléfono para conectarme a internet rápidamente. Recibiendo un mensaje de mi madre.
<en la cocina te deje una sorpresa, te quiero hijo>
Sonreí victorioso. Al menos, después de este día tan apretado, tendré una muy buena comida y después irme a trabajar.
Entro a la cocina y frunzo el ceño cuando no había nada más que una manzana en el centro de la pequeña mesa. Me giré sobre mis talones buscando en la nevera, creyendo que la sorpresa eran unos botes de leche de banana, pero tampoco. Cierro la puerta de la nevera y rápidamente mis ojos captan una nota color rosa en la puerta.
<Mira el microondas>
¡Santa mierda hijos de lucifer que me han puesto con una madre tan diabólica que gracias a eso, ahora moriré por una caja que explotará en cualquier momento!.
Mamá, era broma todo...¿PERO COMO SE TE OCURRE METER AHÍ LA COMIDA?.
Con toda mi valentía abrí rápidamente la puerta del microondas y saqué un plato hondo tapado en aluminio. No observaba bien su contenido pero sonreí cuando el delicioso olor a papas francesas inundó mis fosas nasales. No soy exagerado, yo amo las papas francesas.
Me senté en la mesa y agarre un puño de esas papas y las metí en mi boca, no entiendo por qué me atasqué tanto, pero lo disfruté como nunca en la vida.
Terminando limpie mis manos en mi propia ropa y tome una bolsa ziploc para guardar algunas, ya que quiero llevar algunas al trabajo y poder tener para comer en el resto del día.
Iba a seguir caminando cuando un escalofrío pasó por todo mi cuerpo cuando escuché un...
"Tic"
Me giré asustado, cuando veo el microondas prendido, con el foco amarillo encendida, por alguna extraña razón, los números de la pequeña pantalla comenzaron a subir y bajar como locos. Las luces de la cocina comenzaron a parpadear, incluso sentí el piso moverse.
La mesa comenzó a moverse con fuerza e hizo que me tirara al suelo.
Levante la vista y abrí los ojos como platos cuando del microondas salió una luz roja, que comenzó a iluminar todo el cuarto.
—¡VETE A LA MIERDA MALDITO MICROONDAS, CONMIGO JAMÁS! —Grite intentando sostenerme de las patas de la mesa. El miedo me carcomía por completo, no podía parar de temblar cuando el ruido del microondas siendo abierto y cerrado me perturbaba.
Intente salir de la cocina pero nada funcionó ya que el movimiento de la mesa y el suelo moviéndose me regresaban a donde estaba, me tape la cara con las manos por el miedo a todo lo que ocurría a mi al rededor.
¿¡QUE ESTÁ PASANDO!?
Por dios, juro que no era mi intención no cerrar la puerta del microondas, ¿pero por que a tanto odio de ese maldito cubo rectangular hacia a mi?
De pronto, todo fue silencio. Quite mis manos y no había movimiento ni ruido solo la luz roja parpadeando dentro del microondas. La luz comenzó a incrementar y un sonido sordo y me hizo cubrirme con mis brazos.
Me hice pipí, cuando al quitar mis brazos de mi rostro, mire que no estaba en mi casa.
Estaba en un cuarto que lo único que lo alumbraba eran unos focos rojos.

ESTÁS LEYENDO
Run for your life [BTS]
Mystery / Thriller-BACKROOMS- Oh, Jungkook se maldecía por haber comido esas papas francesas que estaban en el microondas. Inspirada en un video de tiktok de Lovely_Bitch_Park