𝐃𝐀𝐘 𝐅𝐎𝐔𝐑: Birthay gift

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𝐁𝐈𝐑𝐓𝐇𝐀𝐘 𝐆𝐈𝐅𝐓
🎁

"Te espero, te ansío y te amo, pero eres un tonto, el más grande de todos los tontos

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"Te espero, te ansío y te amo, pero eres un tonto, el más grande de todos los tontos."

Es el último mensaje de texto que recibo de parte de mi novio cuando abro mi celular para checar las notificaciones que me han llegado desde que activé el modo avión al subir a mi vuelo.

Son demasiadas, y todas pertenecen a una sola persona, ¿acaso eso puede ser posible?

Sé que a medida que esto pasa es cada vez más inestable, difícil de manejar, las peleas son constantes y caóticas, provocan que yo termine durmiendo en un hotel o en casa de Obito, y no es una experiencia que me guste mucho.

Es mil veces mejor estar con mi "pequeña comadreja" como yo suelo llamarle, ya que cuando éramos niños ese era el apodo que yo le concedí; deseaba poder consolar su llanto, susurrarle al oído, pedirle, quizás casi rogarle que no suelte lágrimas por un desgraciado como yo.

Sé que lo dejó todo por mí, a su familia religiosa y conservadora, a su pueblo de origen, todo lo que lo formó por comenzar una nueva vida conmigo en una ciudad en la que estamos casi solos, por eso, a pesar de que la casa que tenemos está a mi nombre, y yo ya la tenía antes de que él llegase a vivir en ella, le permito ser él quien se quede y yo ser el que se va, más que nada por su seguridad, lo amo tanto como para dejar que algo le pase, y le pido a Kakashi que esté con él y vaya con Rin para platicar los tres, que no se mantenga en soledad, que le cuente nuestros problemas, no me importa si me hace ver como el malo, lo soy y lo admito.

Hace unos meses pensé en la idea de proponerle matrimonio, todas las palabras que existan en el universo no bastan para expresar lo mucho que lo amo, él me encanta, llevamos saliendo casi ocho años, todo empezó como un romance de adolescentes en preparatoria, yo ya lo conocía desde antes, desde hace mucho atrás en realidad, me empezó a gustar en los últimos años en secundaria, pero no le dije nada por temor a sus padres, son de esas personas devotas que piensan que la homosexualidad es la peor amenaza que pueda existir, y que por personas como nosotros el final está cerca.

No los culpo por sus creencias ni nada, pero me gustaría explicarles que ya no vivimos en la Edad Media.

Fue en nuestro último año en el bachillerato que me animé a decirle todo, ambos iríamos a la universidad y ya no nos veríamos tanto como antes, nunca imaginé que él sintiera lo mismo y correspondiera, a tal grado que se escapó de casa para que la mía fuera su nuevo hogar

Pero eligió vivir con alguien que trabaja en Marketing, un trabajo que exige muchos viajes, y a él no le agrada mucho que yo estuviera lejos de casa, peleábamos debido a ello, por lo tanto, pedirle que sea mi esposo puede llegar a ser una muy mala idea ahora que las cosas están así de mal.

Antes arreglamos los problemas un poco más fácil, saliendo al parque mientras platicábamos y nos disculpábamos mutuamente, yendo a cenar, o haciendo cosas sin sentido, eso nos ponía un poco más contentos al día siguiente, pero ya nada de eso servía mucho que digamos, no dejaba que lo tocara o le hablara en días, me estaba matando porque lo sentía cada vez más lejos de mí aunque no estuviera en un avión rumbo a un destino en el que cientos de kilómetros nos separaban, no era tanto a comparación de su desprecio.

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