PERDÓNAME

Capítulo 13

| Giyuu>Tan | Giyuushinozzzz |

Yoriichi x Muzan
besto shipp

leve mención del Akaza x Koyuki
(quizá más adelante aparezcan más)

Cap:  ¿Soy feliz?

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Giyuu se había sorprendido enormemente cuando su jefe le había dicho que su plaza como docente seguía intacta, que nada de su vida personal afectaría a su trabajo.
Le sorprendió más sobretodo porque su jefe era tío de su ex-esposo, Kagaya era hermano gemelo de Muzan, aquel antipático y petulante hombre que se creía por encima de los demás.

Pensó que su ex-suegro haría algo para destruirle la vida, por haber lastimado a su hijo, pero durante todo este tiempo a tenido una vida pacífica y tranquila a lado de su esposa, Shinobu.   No a habido problemas en lo que respecta su trabajo, tampoco amenazas por parte del pelinegro de orbes rojizos, todo a estado en absoluta calma, y eso en cierto modo...    Le aterra.

Ahora mismo se encuentra en un pequeño restaurante, esperando a su esposa para comer juntos.
Ella aún tenía algunas cosas pendientes en el trabajo, por lo que se adelantó a reservar un lugar.
Ordenó un café mientras esperaba, su mesa estaba de frente a la entrada del restaurante, por lo que podía ver quien entraba.

El café estaba algo caliente por lo que le sopló un poco para poder darle un trago el cual terminó por escupir cuando posó su vista al frente.
Verlo después de un año le sacudió un poco, estaba tan cambiado, tan diferente, irradiaba belleza y sensualidad, y eso le hizo sonrojarse ligeramente.    Le vio caminar en dirección contraria y detenerse un momento, y él pudo apreciar mejor su cuerpo, estaba un poco más alto, y su cabello era algo más largo de lo habitual.

Algo dentro de él le impulsó a querer acercarse, hablarle, volver a sentirlo cerca, ver esos ojos carmín y apreciar el brillo que estos tenían.  Se levantó dispuesto a acercarse al pelirrojo cuando vio a éste girarse y sonreírle a alguien, un hombre de peculiar cabello rosa, con líneas azules tatuadas en manos y rostro.

Volvió a sentarse lentamente sin quitarle la mirada de encima a ambos, sintiendo su estómago revolverse al ver a aquel tipo posar su mano en la cintura del pelirrojo y guiarlo hasta una de las mesas al fondo.   Desde donde estaba tenía una vista de ellos, aunque estos no podrían verlo pues había un muro en el medio en el que podría fácilmente esconderse con sólo hacerse hacia atrás.

Miró con molestia como el tipo con pinta de delincuente se portaba con el pelirrojo, como le acercaba la silla para que tomará asiento como todo un caballero, como él nunca lo hizo.
Ahora que lo pensaba, nunca se portó como caballero con el menor, siempre que iban a un lugar a comer, era el primero en tomar asiento sin molestarse de acercarle una silla al ojicarmín, aunque éste nunca mostró molestia alguna, fue por eso que nunca le dio importancia.
Ahora, ver la sonrisa tímida y ese sonrojo en el menor le hizo sentir que tal vez él deseaba ser tratado de esa manera, pero por no molestarle jamás lo dijo.

Volvió su vista al par y no pudo evitar sentir celos al ver la sonrisa que Kamado le dedicaba a ese pelirosa, y como el otro con cualquier escusa tocaba el cabello, la mejilla o la mano del menor, y lo que más le molestó fue que Tanjirou lo permitía.
Entonces escuchó al tipo reírse como loco, y todas las miradas incluso la de él se centraron en el par.

Estuvo tentado a levantarse y alejar las sucias manos de ese tipo de su pelirrojo cuando trastabilló en sus pasos y casi cayó al suelo.

Un golpe de realidad le hizo ver las cosas, él ya no tenía derecho de reclamarle nada al menor, tampoco de ser posesivo y sentir celos por quien sea que se acerca al ojicarmín.
No debería molestarse por quien toca al pelirrojo ni a quien le sonríe éste.
Hace un año, no...  mucho antes de divorciarse había perdido ese derecho, cuando engañó al menor con Shinobu, cuando sin importarle que éste se  pasara toda la noche esperando por él, él se revolcaba sin culpa alguna con la mariposa.