Capítulo 12

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Estamonos conscientes que ésta es mi cuenta, al igual que ésta es mi historia y escribo lo que quiero.


Por lo tanto tengo el libre derecho como todos a escribir sólo lo que quiero y lo que me gusta.

No me gusta el Giyuushino, probablemente a alguna de ustedes que hacen el favor de leer mis historias si, y eso lo respeto, así como agradezco que aún así lean esta historia que habla sobre Tanjirou x todos, en su mayoría GiyuuTan al cual prefiero por sobretodos.

Como no me gusta el Giyuushino no voy a donde escriben de ellos y hablo mal del shipp, como no me gusta las historias relacionadas a ellos ni las pelo.
Aquí soy libre de escribir como me da la gana, y describir a cualquier shipp como quiera, por eso...

| GIYUUSHINOZZZZ |

jsjsja...   En serio, si son giyuushino de hu3so Colorado váyanse, porque aquí hablaré de ese shipp como quiera, en unas historias Shinobu será una hermosa ángel y en otras una perra maldita, así como el Giyuushino lo haré aborrecer de la manera a cómo lo escriba.

aprecien un hermoso shipp
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Yoriichi x Muzan
besto shipp


Cap:  No es lo que parece.
¿O Si?...

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Rengoku tuvo que acomodar su mandíbula luego de que ésta se le desencajara al ver el tremendo beso que Mitsuri, la linda y tierna cocinera de la cafetería del Hospital le plantó a un muy sonrojado Obanai.

¿Pero qué está pasanda?

¿Acaso no le interesaba Kamado?

¿Por qué Mitsuri lo besa?

¿Por qué le sale sangre de la nariz?

¿Por qué...   por qué se cubre la entrepierna?


Rengoku sacudió su cabeza mientras negaba con ambas manos.

"A-alto ahí." llamó la atención de la pelirosa, Obanai agradeció internamente pues ya se le estaba parando.

"¡Oh!  Rengoku-san, no le vi, lo siento." la chica se disculpó."  ¿Cómo ha estado?." preguntó educadamente.

"B-bien, supongo..." arqueó la ceja confundido." ¿Qué fue todo eso?." señaló con su índice a ambos.

La chica se sonrojó como un tomate, inclusive le salía humito por las orejas.  Negó varias veces con sus Palmas al frente, tratando de formar palabras pero la vergüenza le ganó, al final se desmayó y el pelinegro tuvo que cargarla y sentarla en una silla a su lado.

Obanai suspiró con una alegre sonrisa mientras acomodaba un mechón rosa detrás de su oreja, adoraba a su prometida.

"¡Tú!." Rengoku le señaló.

PERDÓNAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora