Capítulo 4

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| Giyuu>Tan | GiyuuShinozzzz xd |

(Yoriichi x Muzan)
besto shipp

Cap:   Ganas de Vivir

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Ya habían pasado meses desde aquel día en el que vió a quien le juró amor eterno, jurarselo a alguien más.
No lloró como otros lo harían, no se lanzó al altar a impedir su boda, no se humilló, no rogó, si él pensaba que su felicidad ya no estaba con él y si con esa mujer, que se vaya, no lo necesitaba.

Puso su mejor cara y se visitó elegante para asistir a esa unión, y comprobar que el maldito realmente se casara.
Entonces él podría dejar atrás ese amor y empezar de nuevo.
Le sorprendió toparse con quien fuera la pareja de esa mujer, y más que también hubiese sido abandonado como él.

Tal para cual

Semanas después el hombre le visitó es su trabajo, y le invitó un café mientras hablaban. Le pareció triste todo lo que él le contó acerca de su ex.
Por lo que escuchó, ella era alguien materialista que le importaba los lujos y la buena vida, lo trataba como un inútil pese a que él se esforzaba trabajando arduamente para darle lo mejor, le humillaba pues decía que con su trabajo no llegaría a ningún lado, y él no deseaba dejarlo ya que desde niño siempre soñó con ser un gran escultor de hielo.

Kamado había constatado el trabajo del rubio, y era espectacular ver como trabajaba con el hielo, creando esas magníficas esculturas, ya sea en miniatura o tamaño real, pero sobre todo, lo que más admiraba era ver la entrega y la pasión con la que lo hace, porque demuestra que está echo para eso, y que llegará muy lejos si se lo propone.

Se le había echo costumbre pasar una tarde con el hombre, platicando acerca de como les había ido en su día. Se habían vuelto grandes amigos en poco tiempo, y así mutuamente se ayudaban a olvidar a aquellos que los lastimaron.

 Se habían vuelto grandes amigos en poco tiempo, y así mutuamente se ayudaban a olvidar a aquellos que los lastimaron

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Kamado se detuvo al vislumbrar el hospital del que sus padres eran dueños, aunque no solía ir a menudo, sólo a revisiones semestrales, pues su padre Muzan insistía en revisarlo, temiendo que el inútil e inepto de su ahora ex-yerno, le contagiase de algo.

Entró al enorme e imponente edificio, siendo recibido amablemente por las enfermeras que atendían la recepción. Las mujeres lo saludaron amablemente, no sólo por ser el hijo de los dueños, tampoco por las claras amenazas de Muzan con que si no trataban bien a su retoño pagarían caro, sino porque el chico era alguien gentil y amable, nadie podría tenerle repelús si ese chico te recibía con una sonrisa calida y un saludo de mano.

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