Joaquín es un omega que está a punto de casarse con Andrés, un hermoso Alfa hijo del dueño del bufete de abogados más famoso de la CDMX, tras las locuras de su rubio amigo y diciéndole que éste necesitaba una despedida de soltero, terminará conocien...
"¿Entonces estuvo aquí?" Dice Niko con la boca llena de las sobras de comida china que trajo Emilio en la madrugada.
"Sí, me trajo comida" El rubio deja de comer y lo mira sorprendido.
"¿Ésto era para tí?" señala la caja blanca con rojo con un dragón en el centro.
"Creo que sí y también me dijo que fuera cuál fuera mi decisión con el bebé, él me vá a apoyar" Niko suspira, con su brazo libre rodea a Joaquín en un cálido abrazo.
"Me alegra terrón, sabes que igual tienes mi apoyo" Joaquín se siente un poco melancólico por sus padres y por haber tenido que dedicar la mañana entera a devolver regalos y sobre todo llamar a la familia de Andrés para pedir disculpas.
Sus ex futuros suegros fueron demasiado groseros con él, le dijeron que es un omega ofrecido, que nadie lo ha marcado y él ya está en estado. Lloró cómo media hora después de eso.
"¿Tú crees que me deba deshacer del bebé?" Niko quiere decirle que sí, pero no es su cuerpo y después de todo el único que lo recordará por siempre es Joaquín.
"Bueno si te sientes mal con eso, puedes simplemente hacerlo y si no pues puedes conservarlo" Y aquí está Nikolás Caballero hablando de un futuro bebé cómo si fuera una mascota. Joaquín niega con la cabeza ante las ocurrencias de su amigo.
"No me siento mal Ni, digo no fué lo que planeé, pero me siento 90 % preparado para hacerlo" El rubio entiende la situación, aún siendo un padre experto nadie nace preparado para criar a un bebé.
"Pues creo que seré un gran tío" Joaquín dá una carcajada.
"De seguro serás aquel que cumpla todos sus caprichos si no te conociera"
"Me ofendes Joaquín" Ambos ríen, mientras Niko comienza a buscar algo que ver en la televisión.
"Creo que volveré al trabajo" Dice de repente el ojimiel
"¿Estás seguro de eso?" Pregunta Niko preocupado.
"Si, se suponía que cuándo me casara me iría de Luna de miel y luego Andrés me llevaría a conocer su nueva casa"
"Joaco yo..."
"Ya hablamos de eso Ni, aún siento pena porque le fallé a mi familia, pero ahora que lo pienso, prefiero estar aquí"
La Bella y la Bestia comienza a reproducirse y después de eso sólo se dedican a ver un montón de películas más. Hasta que otra vez en la madrugada, Emilio aparece por la puerta con una caja de donas de chocolate, los ojos de Joaquín se iluminan y ésta vez no desprecia aquel delicioso postre, acto que hace al Alfa sentirse orgulloso, muy orgulloso.
Emilio observa en silencio cómo Joaquín lame sus dedos y sonríe tomando una servilleta, limpia los labios del omega, quién no puede evitar sonrojarse, su pecho dá un brinco al ver esos inocentes ojos.
Es hermoso.
Sí que lo es.
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