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Desde temprano, el movimiento dentro de la mansión Bourgeois parecía nunca acabar.

Buffet, decoraciones. Afinar cada detalle para la ceremonia que se llevaría a cabo dentro de un par de horas.

André Bourgeois caminaba a paso acelerado hacia la habitación de su hija menor. Al llegar, abrió la puerta con brusquedad, haciendo notar su molestia.

– hola, papi – saludó la rubia, quien se encontraba maquillándose

– ¿Qué es esto? – preguntó enseñando unas hojas que tenía en sus manos – ¿Cisnes en el lago? ¿un dj de Canadá? ¿Una fuente de agua a mitad del jardín? ¿Un...?

La rubia se volteó hacia su padre, se cruzó de brazos y alzó una ceja.

– me dijiste que tenía que parecer real – respondió

– pero todo esto se esta pagando con MI dinero – reclamó el mayor

Chloe rodó los ojos.

– valdrá la pena, lo prometo – dijo Chloe con una sonrisa en sus labios

El mayor soltó un suspiro.

– contraté un equipo de espionaje, cuando demos inicio a la celebración ellos se adentrarán en casa de los Agreste, eliminarán el software que infiltró Félix y además toda la información que recopiló de nosotros. Si todo sale bien terminarán antes de que el casamentero pregunte si alguien se opone – dijo André con orgullo – de ser así, disimuladamente te haré una señal y dirás que te opones, que no te puedes casar y problema resuelto – dijo con una sonrisa en sus labios – la típica novia que se arrepiente

– wow, parece que siempre sabes cómo salirte con la tuya – comentó Chloe con sarcasmo

– termina de alistarte, ¿Si? – dijo André antes de dar media vuelta para salir de la habitación

– espera – dijo ella, sacando unos papeles de su escritorio – necesito que firmes esto – dijo ella ofreciéndolos

En ese momento, el móvil del mayor comenzó a sonar y él contesto rápidamente. Una vez colgó, volvió la vista hacia su hija.

– no tengo tiempo ahora, lo que sea tendrá que esperar – sentenció para luego salir de la habitación aceleradamente

La rubia soltó un suspiro.

– siempre estás cuando te necesito, papi...– dijo con ironía

Una pequeña lágrima logró escapar de su ojo izquierdo y rodar por su mejilla, la cual borró en seguida al sentir que alguien tocaba su puerta.

– ¿Puedo pasar?

La rubia caminó hacia la puerta y la abrió, encontrándose con su hermana mayor, a quien dejó pasar en seguida

– ¿Cómo estás? – preguntó temerosa, mientras cerraba la puerta trás de sí

– ¿Cómo se puede estar cuando estás a punto de desposar a un hombre que fingió interés por tí cuando sólo quería usarte y manipularte? – cuestionó Chloe cruzándose de brazos para luego soltar un suspiro – Zoe, ¿Puedo pedirte un favor?

– el que quieras

La rubia le entregó los papeles que momentos antes le había ofrecido a su padre.

– sé que papá te había ofrecido un puesto hace un tiempo...

Zoe asintió y firmó en seguida.

– ¿Tienes un plan? – preguntó mientras le entregaba los documentos ya firmados

– sólo esto – dijo enseñándole un acta de matrimonio – pero necesito que controles a papá, de seguro su operación de "espionaje" tomará más tiempo de lo que cree. Necesito que la ceremonia concluya con éxito y hasta que Félix y yo no firmemos los prenupciales, que papá no interfiera

– de acuerdo – dijo Zoe decidida – por cierto, ¿Quién es? – preguntó curiosa

– pronto lo conocerás – aseguró la rubia con una sonrisa

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– ¿Querías verme? – preguntó un rubio de orbes esmeraldas y semblante amable, adentrándose en la habitación de la hija menor de André

– así es – dijo la rubia con una sonrisa, haciendo una señal de que el rubio se sentara a su lado – tengo algo para tí

Hurgó bajó su cama y sacó una pequeña caja decorada con un bonito lazo color turqueza, ofreciendóselo a su amigo.

– ¿Para mí? – preguntó sorprendido – no debiste. Tú eres la novia, la que debe recibir obsequios eres tú

La rubia negó con la cabeza.

– es sólo un pequeño detalle, por ser mi padrino de bodas – dijo ella sin borrar la sonrisa de su rostro

Por su parte, el rubio abrió la pequeña caja, de la que sacó una fotografía enmarcada de ambos cuando aún eran niños.

– siempre estuviste a mi lado – dijo la rubia – incluso cuando mi madre se marchó y nos abandonó, incluso cuando no fuí la mejor de las amigas, siempre estuviste conmigo y te lo agradezco mucho, Adrien. No sabes lo bien que se siente tener un amigo sincero y verdadero. Tener alguien en quien confíar – dijo mirándolo atentamente, como si esperase alguna reacción por parte de él – sé que jamás me mentirías...

El Agreste bajó la mirada ante aquellas palabras. La culpa lo carcomía por dentro.

– Chloe, yo...

– ¿Qué? – preguntó ella con interés – ¿Tienes algo que decirme?

Chloe esperaba que Adrien fuera capaz de ser sincero, sin embargo no sucedió.

El rubio sólo bajó la mirada avergonzado y negó con la cabeza, para luego alzar su vista y fingir una sonrisa.

– creo que ya se hace tarde – comentó poniéndose de pie y caminando hacia la puerta – deberíamos ir a tomar posición

La Bourgeois vió a su amigo desaparecer de la habitación y soltó un suspiro. Ella no era tan ingenua, sabía que Adrien estaba involucrado en el plan de Félix, esperaba que el fuese sincero o al menos le dijera algo. Pero nada había sucedido.

¿Realmente eran mejores amigos o sólo lo fingían?

Con esa pregunta rondando su cabeza, caminó por última vez hacia el espejo, acomodó su vestido y su cabello, para luego caminar hacia la puerta y salir de su habitación para dirigirse al salón en donde se llevaría a cabo la ceremonia.

Antes de adentrarse soltó un gran suspiro, esperando que todo saliera de acuerdo a lo planeado.

"No te olvides de sonreír, Chloe". Se dijo a sí misma antes de comenzar a caminar al compás de la marcha nupcial.

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 Oui J'accepte (Feliloe/Lukloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora