Oui J'accepte (Feliloe/Lukloe)

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– ¿Qué carajos hace ella aquí? – cuestionó la rubia de coleta –¿Tú la invitaste? – cuestionó mirando a su padre

– ¿Por qué la invitaría? – cuestionó de vuelta con indignación

– es un evento privado, ¿Cómo se enteró? – cuestionó devuelta la de coleta – se supone que estaba fuera del país, ¿No?

Preguntó mirando fugazmente a su hermana mayor, la que sólo se encogió de hombros y desvió la mirada. Chloe rodó sus ojos ante aquel gesto.

– ¿Ahora qué? – preguntó la de coleta mirando a su padre nuevamente

Antes de que el Bourgeois mayor pudiera contestar, la mujer de cabello rubio cenizo se apareció en aquel pequeño cuarto en donde se habían encerrado.

– vaya, aquí estaban todos – dijo ella esbozando una enorme sonrisa

– Audrey...– siseó André entre dientes – ¿Qué haces aquí?

– hola, madre – saludó Chloe con molestia

– Zoe, cariño ¡Qué pálida estás! – dijo la mujer tomando el rostro de su hija mayor, ignorando la pregunta de André y el sarcástico saludo de Chloe – te hace falta vitamina D

– si, que importan los años de terapia por abandono, ¿Cómo está tu vitamina D? – cuestionó con sarcasmo la rubia de coleta

– parece que tu lengua sigue siendo tan venenosa como siempre, Chloe – comentó la mujer haciendo un desdén a su hija menor

– Audrey, quiero que te vayas de aquí ahora mismo – dijo el Bourgeois mayor con autoridad

La mujer soltó una pequeña carcajada.

– y tú, ¿Sigues creyendo que puedes controlar la vida de lo demás no es así, cariño? – pregunto Audrey con la vista fija en André

– sólo vete a casa y déjanos en paz – espetó André antes de salir de aquella habitación, seguido por sus dos hijas

Zoe miró por última vez a su madre antes de salir de ahí.

Audrey por su parte, mantuvo fija la vista en ellos hasta quedar en completa soledad. Esbozó una sonrisa de medio lado.

– como gustes, cariño

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– ¿Estás bien? – preguntó el azabache al notar la tensión en la rubia que estaba a su lado

– no, claro que no. ¿Cómo podría estarlo? –cuestionó con molestia – ¡nos abandona sin decir adiós, se aparece de la nada 14 años después y actúa como si sólo se hubiera ido de viaje por pocos días! – dijo bebiendo de un sólo trago toda su copa de champagne – es un ser despreciable al que nunca le importamos...

El azabache quitó la copa de sus manos y la dejó sobre una charola, para luego tomar las manos de la rubia entre sus manos.

– sé que nuestro matrimonio es una farsa pero, si me necesitas estoy aquí – dijo esbozando una sincera sonrisa – y si de algo sirve, estaba preparado para odiar a mi suegra – bromeó, logrando sacarle una pequeña carcajada a la de coleta

– siempre sabes qué decir, ¿No? – dijo ella esbozando una pequeña sonrisa – y con respecto a nuestro acuerdo...tal vez, no sea tan de tu agrado tener una relación falsa, así que pensaba en que dure sólo unos tres meses más...