Prólogo

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Ángel, mi ángel.
Tú, que aunque a veces no pueda verte siempre estás presente en mis pensamientos día y noche. Rondas mi mente y mi corazón como alma en pena.
Tú, que me miras en la distancia así como yo a ti.
Vivo por ti y para ti, mi ángel que a veces dudo que seas uno por tu fría indiferencia hacía mi.
Tú, que me congelas y me derrites a la vez.
Tu indiferencia me tortura y anhelo tú regreso a lo que hace años fue algo plácidamente hermoso.
Te escribo y no contestas mis cartas, te busco y no te encuentro, te llamo y me ignoras.
Y a pesar de eso todo eso, eres mi ángel.

Cartas a un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora