🔫 13

1K 92 7
                                    

– Necesito un baño... –comentó Tn. Karma rió.

– Bueno, puedo acompañarte a tu casa y luego irnos a la mía...

– No te llevaré a mi casa.

– ¿Por qué? Tu madre ya dijo que te dejaba salir conmigo, ¿No? Apuesto a que investigaron a toda mi familia.

– No importa, no te llevaré.

– Oh, vamos.

– No.

– Mala –rió.– Bueno, bueno. Vamos a mi casa y te bañas ahí, te prestaré ropa.

– De acuerdo.

– ¿Aceptas ducharte en la casa de un chico y no llevar a tu novio a tu casa?

– No contestaré a eso.

– ...Qué traviesa resultaste ser –rió. Ella se sobresaltó, sonrojándose.

– ¡No malpienses las cosas, idiota!

Karma se carcajeó, divertido. Tn hinchó sus sonrojadas mejillas, avergonzada.

[Residencia Akabane]

Ambos entraron a la casa, se quitaron los zapatos e ingresaron; tras dejar los bolsos en un sofá, el pelirrojo guio a su novia hacia el baño.

– Aquí puedes ducharte. Te traeré ropa y luego lavaré la tuya y la secaré, tengo una secadora.

– De acuerdo.

– Espera un minuto.

Karma fue a su cuarto, buscó ropa para la chica, y regresó hacia el baño, le dejó aquella sobre el lavado y salió cerrando la puerta.

Tn suspiró, abrió el agua de la ducha y se quitó la ropa, para luego meterse bajo el agua.


Tras varios minutos, Tn salió del baño tras usar la secadora de cabello, vistiendo su ropa interior y una camiseta de su novio. Los pantalones que le prestó le quedaban bastante grandes, así que no pudo usarlos; de todos modos, estaba acostumbrada, vivía con dos chicos.

– Karma~ –llamó.

Karma salió de la cocina, vistiendo una camisa roja y otros pantalones negros, cargando una bandeja con tazas de té y un plato de galletas caseras.

– Justo a tiempo, preparé té –sonrió.

– ¿Ya te duchaste?

– Sí. Hay dos baños, uno arriba.

– Oh.

– Ten, lleva esto a la sala –se acercó a ella y le entregó la bandeja.– Yo pondré a lavar la ropa.

– De acuerdo.

– No tardo.

El pelirrojo se dirigió al baño donde había estado la chica. Mientras, la fémina fue hacia la sala y dejó la bandeja en la mesa de centro.

– Galletas de chocolate –sonrió, tomando una.– Oh, está caliente todavía.

La joven le dio una mordida a aquella galleta con chips de chocolate, tomó su teléfono de su bolso, y se dejó caer en el sofá, dándose la vuelta para quedar boca abajo.

«Me pregunto qué estará haciendo Sándor ahora...», pensó.


Karma colocó en la lavadora su uniforme y el de su novia, la encendió y salió del cuarto de servicio, yendo hacia sala. Al entrar, se detuvo de golpe y su rostro se enrojeció por completo cuando vio a su chica, notando que ella estaba en ropa interior y sólo usando la camiseta que le prestó; balbuceó, tratando de buscar las palabras para formular una frase coherente.

Illegal 🔫 Karma AkabaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora