Sour and Sweet || HyunLix

Capítulo 32

Lunes, 25 de marzo.

Sus nervios estaban a flor de piel y el que sus amigos estuvieran ahí diciéndole que lo haría genial lo hacía sentir peor.

—Esto no estaba planeado —le dijo Félix a Chris cuando observó al peli rojo llegar a su lado.

El Alfa sonrió y le tendió una raqueta.

—Eres el mejor jugando, Lix.

Minho y Jeongin asintieron de acuerdo.

—Además llevas entrenando toda la semana —le recordó Taehyung—. Eres apto para jugar.

—Pues sí, pero no contra otra universidad en un evento a nivel estatal, yo solo quería un pasatiempo.

—Lo harás genial, Lixxie —Yang le aseguro dándole un abrazo reconfortante—. Todos confiamos en ti.

«Yo no confío en mí, esto fue muy apresurado por parte de Chris» pensó con disgusto, pero solo sonrió. Unos brazos lo rodearon por atrás y rápidamente se giro para refugiarse en su Delta.

—Quiero vomitar y me tiemblan las piernas —musito bajito. El azabache les sonrió a los chicos y tiró de Félix a un lugar apartado donde la multitud de estudiantes no les estorbaran.

—¿Quieres abandonar? —preguntó alzando la cabeza de su novio para que le mirara—. Ayer por la tarde te preguntaron si estabas seguro y dijiste que sí.

Félix se quedó en silencio mientras HyunJin acomodaba su bandana y su cabello, cuando el Delta lo miró fijo comenzó a balancearse sobre sus pies mientras rozaba la tela de sus medias una con la otra.

—Me intimidas —susurro mirando a otro lado.

El mayor ni siquiera le contestó, solo se agachó para atarle las agujetas de su tenis izquierdo. El omega se sonrojo y llevó una mano a sus muslos para apretar la falta que traía contra su piel. Antes de enderezarse el azabache se tomó la molestia de acomodar los bordes de las medias de su omega que estaban torcidas.

—Te ves precioso —le dijo cuando se puso de pie. Félix se sostuvo de las caderas del mayor cuando este se acercó para darle un beso pequeño—. El juego comienza en cinco minutos, pero si no estas seguro nadie puede obligarte a participar, apenas empezaste a entrenar la semana pasada.

—Ellos quieren que juegue.

—¿Pero tú quieres hacerlo?

Félix se aferro al torso del Delta inhalando su aroma para tranquilizarse.

—Sí, pero tengo miedo de hacerlo mal... Si lo arruinó todos se enojaran conmigo.

—Es un juego amistoso, son dos sets y cambias con Yuna. Es para que te familiarices.

La pareja miró hacia la cancha cuando escucharon el pitido del silbato anunciando el juego.

—Si pierdo-

—Si pierdes te daré mimos toda la tarde y si ganas también. Todo irá bien, bebé.

Recibiendo un beso en la frente como suerte, Félix corrió para quedar al lado de Chan y empezar a jugar.

(...)

El sudor escurrió por toda su espalda cuando escucho que tendrían un tie-break por empate. A Félix le temblaban las manos porque si había juego decisivo era porque él había fallado un tiro, eso lo estaba abrumando.