Capítulo 7

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Emma...

A las diez treinta decidimosir al club con mis amigos de clase.

—¡Hoy vamos a emborracharnos!— grito Félix

—Sí, quiero beber y bailar hasta que no me acordé ni mi nombre— añadió Eva

Todos lograron animar el ambiente. Ese no era mi estilo, todo lo de las fiestas era influencia de Mila quien siempre fue muy social.

Dejamos el auto en el estacionamiento y nos pusimos en la fila para entrar. El cartel de luz era muy grande y llamativo. Dean salió con su sonrisa carismática y nos hizo una seña para que pasáramos, nos puso unas pulseras color rojo y entramos.

El lugar era grandioso. Las paredes eran blancas y estaban llenas de luces que formaban palmeras y alas de ángel. La barra de tragos era enorme y con muchos bartender agitando vasos y decorando bebidas coloridas y muy estéticas. La pista estaba llena, era temprano pero la gente bailaba como loca. Apartado para un costado había una zona más alta, con sillones blancos y pequeñas mesitas ratonas; tenía una estructura decorada con telas blancas que simulaban un tipo de carpa y lucecitas colgaban del techo. Habían guardias en la entrada: así que esa era la zona VIP.

—Y... ¿qué piensas hermanita?

—¡Quedó increíble! Me encanta como lo ambientaste. El nombre le sienta bien.

White Parodise hacía honor al lugar. Ni hablar de los tragos, eran exquisitos lo que te incitaba a tomar más y más.

Nos sentamos en la zona VIP degustando diferentes bebidas y cuando la música se puso más buena empezamos a bailar.

Entre toda la gente era dificil no chocarte con alguien. Me encontré a varios conocidos, amigos de mi hermano y hasta unas primas que vivían lejos.

Cuando el lugar estuvo colmado de gente empezaron los problemas. Los guardias tuvieron que separar a unos cuantos chicos que habían bebido demasiado y causaron fuertes discusiones.

Me aparte hacia un costado y seguí bailando con un chico que se me acercó.

Caleb...

Ver bailar a Emma era jodidamente sexy, no sé si me sentía excitado por tanto alcohol o por ella pero mis ojos la veían desde lejos, me sentí algo celoso cuando un chico se le acercó y empezó a bailar con ella. Sin embargo mi mente no dejaba de pensar en quien era ella.

No era una chica normal, a la que conoces por casualidad, ella era una Royer.

Los Royer eran muy buenos amigos de mis padres, creo que desde que iban a la secundaria, pero luego se alejaron y no sé cuál fue la razón.

Me di cuenta de que Emma era la hija de Catalina y Edouard cuando llegue a su casa y la reconocí de inmediato. Con mis padres íbamos seguido y ellos iban a la nuestra. Nos veíamos mucho y eran como unos tíos para mi.

A ella siempre la vi de otra forma, de niños nos dimos nuestro primer beso... que incomodo.

Volviendo a mis pensamientos le hice fondo a mi trago y me acerqué a ella. Lo que sea que estaba tomando hacia un efecto rápido.

Fui por atrás y miré al chico que estaba con ella de modo que se alejó, ella quedó desconcertada así que aproveché el momento. La agarré de las caderas apartandola a un costado –ya que de a poco había vuelto al centro de la pista– y la acerqué a mi, podía sentirla, y darme cuenta de que eso la incomodaba me hacía sentir más animado, con ganas de jugar.

Le hablé al oído e inmediatamente supo que era yo porque se puso tensa.

Emma...

Olas de Malibú 🌊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora