9 Día 2

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Después de la plática de
Alea y Sebastian

POV Alea:
Después de que termine de hablar con Sebastián y desaparecer de su vista, me eche a correr nuevamente tras esa rata, ¿Qué no tenía algo más que hacer?. Solo escucho sus molestos chillidos cada vez más cerca, y esta vez tengo éxito atrapando a Aluca en su forma de murciélago agarrándola por las patas traseras, -te atrapé~- le dije a modo de burla y ella solo empezó a aletear logrando cubrir mi vista para librarse de mi agarre y tomar forma humana con intenciones de huir; instantáneamente, corro hacia ella tomándola del cuello contra la pared, -parece que te gusta que te tomen del cuello, Aluca, ¿A caso de has vuelto masoquista?- le dije emitiendo una risilla que solo aumento mas su enojo empujándome para que la soltara, -eres una estúpida...¿Qué es lo que intentas hablando de esa forma con Sebastián y el mocoso?- me dijo mirándome con desprecio, -por algo Sebastián te a excluido de las conversaciones, pero tal parece que decidiste escurrir te por tu cuenta- le dije ya sería, ninguna dijo palabra, únicamente nos miramos, como si comenzáramos un duelo de miradas que terminó Aluca, -es porque el sabe que no quiero a ese niño aquí- me dijo apartando la mirada, -¿Por qué?- le pregunté sería y ella no dudó en voltear a verme con brusquedad y sobresaltar se, -¡Porque solo vino a estorbar!, Llegamos con Sebastián por la fama que ganó; durante el tiempo que estuvimos con el no dejo de recolectar almas sin importar cual fuese, aún así el recurría a nuestro cuerpo para obtener energías, ¡Nunca hubo nada más que un estúpido deseo carnal y una "necesidad" forzada para el!- me dijo llevando sus manos a su pecho en una expresión de desespero, -aun así me conforme, aún sabiendo que para el no éramos nada, pasaba las noches con él y contigo, dejábamos que devorará nuestro cuerpo como la bestia que es, y solo me fue enganchando más con esa mirada cargada de lujuria que esa "necesidad" me permitía tener- me dijo con un tono de decepción que duró poco para volver a tener ese característico tono furioso, -¿Y todo para qué? ¡Para que regresara con una maldición que tendrá que cargar si tú sigues con esas estúpidas palabras! ¡¿No lo entiendes!? ¡¿Tu maldito cerebro de niña no logra comprender?! Todo antes de ese contrato dejara de ser para nosotras- termino de decir con la respiración agitada y mirando a la nada; únicamente me dediqué a mirarla fría mientras pensaba en que todo lo que acababa de gritar, era dirigido a ella misma, inevitablemente solté una ligera risa sarcástica que me provoco una mirada de confusión de su parte, -ha ha...a lo que temes, es a dejar de revolcar te con Sebastian, únicamente piensas para ti, y si lo que te importa es seguir siendo la puta zorra de la noche, entonces preocupate, porque Sebastian y Ciel estarán juntos...y tal vez no por el contrato que hicieron- le dije sin quitar mi sonrisa y dando me vuelta con intenciones de irme, -aun así, no te quedará más que obedecer y revolcar te, pero con tu miseria si no cambias tu pensar- le dije empezando a caminar, sin que hubiese respuesta o acción de su parte, pero podía sentir claramente su aura furiosa, lo último que llegue a escuchar fue un golpe en la pared evidentemente provocado por ella, y sus pasos correr en sentido contrario al mío; inevitablemente voltee para ver cómo se alejaba y esbozar nuevamente una sonrisa sarcástica cerrando los ojos para retomar mi camino, -Hermanas...eh-.

Por la mañana del
siguiente día.

POV Ciel:
Ya eran aproximadamente las once de la mañana y me encontraba recorriendo está mansión, ya que desde que llegamos no dejaba de encontrar una nueva habitación, era como un misterioso y escalofriante laberinto, en donde curiosamente, no me incomoda.
Por la mañana cuando Sebastián fue a despertarme y cambiarme, se portó sumamente extraño, no dijo nada más de lo necesario, ni tampoco comento nada sobre lo que ha estado haciendo; su mirada estaba perdida, le costaba trabajo concentrarse y varias veces parecía que se le olvidaba lo que estaba haciendo, no pude evitar estar confundido y sorprendido, era sumamente extraño que estuviese de esa forma, y pude que no solo en ese momento, desde que llegamos, fuera del papel del "mayordomo perfecto", parece no ser el...
En ratos me odia, y en otros...¿Qué se supone que le pasa? El otro día, ayer por la tarde, y...lo que pasó en el baño...¿Por qué lo hizo? No logro comprender lo que le pasa o del porque de sus acciones, y el no entenderlo, solo provoca que me sienta frustrado ante la situación.
Durante mi recorrido, llegó a una sala familiar, precisamente, la de ayer en donde Sebastian...me besó, sin pensarlo, me adentro en ella y me vuelvo a colocar en el mismo lugar; me da vergüenza y no puedo evitar sentir que se me sonroja la cara, pero al pensar en lo que hizo, aparte de haber sido mi primer beso, inevitablemente empiezan a surgir mis deseos de que lo repita, maldita sea, ¿Desde cuándo me importan este tipo de cosas? Me recriminó yo mismo por pensar en eso, por no aver echo nada, y en su lugar, intentar imitar sus movimientos invitándolo a que continúe, y también...por haberlo disfrutado.
Inconscientemente, subo mi mano a mi rostro posicionando mis dedos sobre mis labios presionando los, recordando la sensación que me dieron los de Sebastian; siento como los colores se me suben a la cara, evidentemente debo de estar mucho más sonrojado que antes, frunzo mi seño ante eso, el corazón comienza a latir me desesperadamente, me siento confundido, molesto y ansioso por algo que desconozco.
-Ciel...- escuche a la vez que sentí algo presionando mi hombro, instantáneamente mi primera reacción es de susto, al estar tan hundido en mi pensar, no me percate de la presencia de Alea a mi lado, -¡Maldición! ¿Es costumbre suya llegar sin avisar?- le dije llevando mi mano a mi frente y recuperándome de esa taquicardia provocada por el susto, o por lo que estaba pensando...-lo siento, te había llamado, pero al ver que no respondías me acerque- me dijo sentándose a mi lado, -¿En qué piensas?- ¿He?- Bueno, debiste de estar tan concentrado en algo como para no notar me...¿Estás bien? Tu cara esta roja- en cuanto mencionó eso, desvíe la mirada, mierda, ya van dos malditas veces que ella me ve en este estado, lo peor es que se puede estar imaginando cosas que no, -¿Es por, Sebastian?- me preguntó a mi aparente silencio; precisamente es eso lo que pensé que dijera, -¿Por qué el insistir con meter su nombre en cualquier momento?- le pregunté ahora yo algo molestó, la muy estúpida volvió a reír un par de veces después de lo que le dije, -tu mismo inconscientemente contestaste mi pregunta con un "si" - me dijo con una sonrisa, no le tome importancia y solo mire hacia la ventana, -¿Qué es lo que le pasa?- le pregunté sin verla, -lo mismo que a ti, está confundido, y con una lucha interna que no te imaginas- me respondió en un tono entre alegría y burla, cosa que no me agradó mucho al tomar a la ligera el estado en que nos encontramos, yo ya no le respondí, -¿Qué opinas del sello?- me preguntó igualmente con su mirada en la ventana, -no puedo opinar nada de algo que desconozco, únicamente por el nombre tan obvio y la decisión de Sebastian, pienso que sólo estaré como en el momento que me convertí en demonio, solo como un cadáver para el...no le veo sentido al tener únicamente mi cuerpo dormido, sería mejor irme con los demonios- le dije algo calmado que poco duro al recordar todo lo que había hecho en el baño, -realmente nada tiene sentido en el, ni sus acciones, ni sus decisiones, ni sus palabras...- le dije sacudiendo mi cabeza; ella guardo silencio unos segundos, -como dijiste, el sello del sueño es precisamente eso, no serás un cadáver, eso solo es temporal, a menos de que sea retirado antes- ¿Y cuanto tiempo dura?- le pregunté y ella me sonrió pero de angustia levantando la punta de sus cejas, -he...bueno, el tiempo puede llegar a...emmm...más...de quinientos años...-¡¿Qué?! ¡¿Y aún así me dices que no seré como un cadáver?!- Bueno es que para los demonios quinientos años no es nada- me dijo y yo llevé nuevamente mi mano a mi cabeza con un gesto molesto, -¿Por qué decidió ponerme esa basura?- le pregunté con el mismo gesto, -porque... necesita tiempo, ambos realmente- ¿Tiempo?-...-si, solo basta con que se den cuenta de su situación, se odian, pero también se desean- me dijo con su cara hacia la ventana mientras cerraba sus ojos, -son cosas opuestas, pero que se atraen, como una rosa blanca y una negra destinadas a estar juntas, pero por su orgullo, su miedo y sus dudas a que si este bien o no, si deberían o no, enredarse entre ramas con espinas evitando su alcance y poco a poco hundirse volviéndose víctimas de sus propias trampas-
Me fue inevitable no mostrarme confundido ante lo que dijo, nuevamente la manera en la que lo dijo, fue como si lo sintiera; el hecho de que le dé paso a hablarme y yo me abra con ella, no quiere decir que confíe del todo, pero en las ocasiones en las que he hablado con ella, sus palabras de alguna forma hacen que solo me sienta más confundido y estresado por no comprender la situación, pero también, hacen que me sienta calmado, como si no necesitará saber nada más.
No despegue mi mirada de ella durante unos segundos, después solo regrese a ver el paisaje que dejaba ver esa gran venta, nuevamente perdiéndome dentro de mi pensar, haciendo un gran enjambre en donde no hay orden, evidentemente como si todo fuese un caos que no puedo evitar pensar en que soy responsable del mismo, y a la vez de darle solución, una que ni para mí mismo encuentro; más extraño no podría sentirme, al ponerme a pensar en todo, podría ser fácilmente un sueño o una pesadilla, tan ilógica, pero posible.
-¿Quieres salir a caminar?- me preguntó ya dirigiendo su mira hacia mí y extendiendo su mano en dirección a la ventana, -No pensé que se pudiera salir, no hay nada- le dije cruzando me de brazos y piernas, -ahora vives aquí, no estás secuestrado; además, claro que hay un lugar a donde podemos ir- ¿Donde?- le pregunté y ella me tomo del brazo para que nos levantara mos y llevarme a quien sabe done,
-ven-.

✧Mi hermosa maldición✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora