Yuzuha sacó la mano de la protección del paraguas y sonrío cuando los pequeños copos de nieve tocaron la palma de su mano.
—¡Lo siento, Yuzuha!
Guardó su mano ante el llamado, y miró a la persona que se había ubicaba a su lado de forma exaltada.
—Mitsuya, es de mal gusto hacer esperar a una chica — le regaño, aunque la sonrisa divertida bailo en sus labios al ver la expresión en apuros del chico.
—¡Enserio lo siento, no tenía con quien dejar a Mana y Luna, hasta que la vecina acepto cuidarlas por un par de horas!
—Esta bien, esta bien — pronuncia la joven, y termina por guiñarle un ojo. — ¿Vamos?
Takashi siente con esa típica sonrisa suave suya.
Tras caminar por varias calles, ambos ingresan a un pequeño centro comercial. Esa tarde se habían reunido para comprar cosas para las fiesta de cumpleaños de Mana. Mitsuya le había pedido el favor de acompañarlo.
Su hermana Mana ya no eran tan pequeña, y él creía necesitar ahora urgentes concejos de otra chica para poder darle un obsequio.
Si se lo preguntase a Yuzuha otra persona, ella creía que sin duda Mitsuya podría saber que regalar a su hermana, sabía lo muy atento que era con ellas. Pero estaba igual muy dispuesta y emocionada de ayudarlo.
—¿Qué tal maquillaje? — preguntó Mitsuya dudoso.
—Maquillaje —repitió Yuzuha mientras miraban un estante con estuches coloridos—. No cree le atraiga ese tipo de cosas. La veo mucho mas entusiasmada con otro tipo de cosas. Claro, ahorita que sigue sin interesarse en chicos como Luna.
Yuzuha río cuando Takashi puso mala cara.
Y es que su primera hermana menor ya andaba en esa etapa de enamoramiento adolescente.
Yuzuha tomo del abrigo a Mitsuya y lo jalo hacia otra tienda, donde habían todo tipo de artículos escolares. Ella tomo algunas cosas y se las extendió — Veo le gusta mucho dibujar, hace unas semanas me mostró unos fanarts muy lindos que hizo, así que ¿qué tal este paquete de 42 colores y un par de blocks de dibujo?
Takashi miró los objetivos, luego a Yuzuha y sonriendo agradecido asintió. Tras pagar, su amiga volvió a empujarlo hacia otro local.
—Y yo le daré esto.— Sonrío cuando miro un peluche Akamaru, un personaje del manga popular de un ninja rubio y ojos azules.
—Porque siento que fue tan fácil — comentó Mitsuya consternado minutos después, mientras comía pizza junto a Yuzuha.
Shiba río.
—Es normal sentirse perdido al momento de regalar algo. Pero sin duda, aun así no me hubieras pedido ayudarte, se que hubiera sabido que regalarle a Mana.
—¿Eso crees?
—Si, eres muy buen hermano Mitsuya.
Mitsuya mastico un trozó de pizza, tratando de fingir que eso no le había hecho alterar un poco los latidos de su corazón.
—Enserio, gracias Yuzuha.
Y se quedaron mirando a los ojos, hasta que una sonrosada Yuzuha desvió la mirada y disimulo tomando un poco de su bebida.
Últimamente le era difícil quedarse viendo a Mitsuya a los ojos.
Y, si era sincera, le aterraba saber la razón.
Tras terminar de comer y salir del centro comercial, notaron aun estaba nevando. Mitsuya no había llevado paraguas, y Yuzuha comento de compartir el suyo. Durante el trayecto se dedicaron una que otra sonrisa.
Hasta que se despidieron en la estación del tren, alzando sus manos y la nieve aun cayendo al fondo.
Cuando Mitsuya ingresó a su casa, sus hermanas lo sorprendieron arreglando y decorando el lugar para la fiesta de cumpleaños de Mana.
—Oh, regresaste hermano ¿Si me usaste como excusa para salir con Yuzuha? — Mana sonrío de forma picara.
Luna carcajeó divertida.
La primera reacción de Mitsuya fue de sonrosare de forma violenta.
—Ahora no te daré tu regalo. — Se vengó Mitsuya socarrón tras reaccionar de la chanza.
Mana saltó asustada.
—¡Hermano mayor, no seas así!
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#MitsuYuzuweek2022
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