Día 4: Abrazo

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Yuzuha observa la casa color abedul desde el asiento del conductor. Algo en su interior se revuelve y aprieta el volante hasta que sus nudillos se volvieran blancos.

Suelta un profundo suspiró tras menear la cabeza, quita las llaves y tras tomar un enorme bolso del asiento del copiloto, abandona finalmente el interior de su auto.

Las muy conocidas escalinatas la reciben y cuando llega a la puerta, sus nudillos tardan mas de la cuenta en tocar la superficie de la hoja de madera.

No pasa mucho cuando esta se abre y aparece del otro lado un chico de cabello negro y ojos claros.  

Los ojos de ambos tardar en apartarse del otro.

—Entonces... vienes por tus cosas — no fue una pregunta, sino más una afirmación.

Yuzuha asintió y el la dejó pasar.

Cuando ingresó, ella espero ver todo diferente. Un indicio sobre que él haya olvidado ya todo.

—No has limpiado Mitsuya — le indicó en un tono que quería aparentar desinterés.

—No he podido, los pensamientos me ahogan y no dejan.  

Yuzuha entendió y recibió como un golpe sus palabras, su boca boqueo con ganas de decir algo, pero la cerró casi de inmediato y sólo dejo que el silencio hablará.

Tomo las escaleras hacia las habitaciones de arriba, y cuando ingresó al cuarto, el lugar donde había vivido tantas cosas con él, sintió que se ahogaba por las emociones.  

Pestañeo para disipar las repentinas lágrimas y avanzó hacia el armario, bajo el bolso y empezó a guardar sus cosas.   Y mientras lo hacia, Yuzuha podía sentir la intensa mirada de Mitsuya sobre sus hombros.  Haciéndola sentir... vulnerable.

Terminó con sus cosas, cerró la bolsa y la tomó de una gaza. 

Al levantar su rostro, sus ojos volvieron a encontrarse con los de Mitsuya. Su mirada llena de dolor le apretó el pecho y de nuevo sintió las lágrimas aglomerarse en sus ojos. 

—No me mires así — espetó Yuzuha, y maldijo al ver que su voz se quebró un poco.

—Solo estoy viendo como el amor de mi vida se me va.

Yuzuha sintió el tormento desatarse en su mente y corazón, pero no dijo nada, y decidio marcharse ahora, porque si no lo hacia... Sus pensamientos se detuvieron de golpe, Takashi la había detenido sujetándola con sus brazos su pecho desde la espalda

Un abrazo. Un gesto tierno a ojos externos. Pero que en realidad se volvió el detonante a lo que siguió después.

Yuzuha no supo en que momento se volteo y rodeo el cuello de Mitsuya con sus brazos. Ni cuando cubrió su boca con la suya. 

Pero como si algo de reaccionó llegara a ella, se echó hacia atrás de golpe, con su pecho agitada.  Takashi frente a ella no estaba mejor.

—No, no, no esta bien...— empezó a murmurar, pero al instante Mitsuya la detuvo cuando la jaló con delicadeza y esta vez fue él quien la beso. Todas las emociones estallando dentro de él como fuegos artificiales. 

Las manos de Mitsuya bajaron recorriendo su espalda. Él sonríe entre el beso cuando siente algo conocido y que añoraba, a ella temblar ante el toque de sus manos.  

Yuzuha en tanto, no podía sentirse mas contradictoria con ella misma. Sus palabras de querer frenar aquello no concordaban para nada con sus manos que ahora no dejaban de recorrer la ancha espalda de Mitsuya y aceptar y gemir gustosa ante sus besos en su cuello.

Sus labios se encontraron de nuevo, sus lenguas se acariciaron en una batalla de voluntades y, en medio de eso, fue ya inevitable no empezar a frotarse el uno contra el otro y desear con fervor tener la ropa menos posible encima. 

—Por favor. — se encontró diciendo Yuzuha, tirando ella misma su vestido al piso. 

Los ojos claros de Mitsuya la observaron con anhelo. Tras patear el pantalón la jaló de nuevo con delicadeza y la alzó por los muslos, ambos cayeron en la cama entre besos.

Shiba jadeo al sentir su mano subir por la cara interna del muslo. Jadeo y gimoteo al sentí sus dedos acariciarla. Haciéndole llegar al cielo.

Mitsuya la acomodó y Yuzuha gritó al sentirlo dentro de ella de una sola estocada. Lo observó feliz y se inclinó para que sus labios se apoderan de nuevo de los de Mitsuya y enrosca sus piernas en su cintura para hacerlo mas profundo.

En medio del vaivén Yuzuha lo miro a los ojos. Y ve algo que extraño, el como su pupila en esos momentos de éxtasis dominan el iris.

Takashi cayó casi arriba de ella y Yuzuha está vez sin pensarlo tanto. Ella y su orgullo, volvió a abrazarlo.

Miro por la ventana un momento.

Una noche que empezó fría y se volvió cálida.

Entre dos amantes que buscaban, sin todavía expresarlo abiertamente, reconciliarse. 

***

Dejó a al imaginación el conflicto que hayan tenido Yuzuha y Mitsuya jajaja 😸

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