~Confesión~

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Después del encuentro bajo la lluvia Uraraka ya tenía 2 chaquetas del rubio y él tenía la de ella, claro que no le quedaba, pero la lavó junto con su ropa, la dobló y dejó sobre su mueble con la intensión de entregársela después, pero ya no se acercó a ella para nada, ambos disimularon perfectamente pero ella se moría por besarlo y él por que lo hiciera. Lastimosamente eso no iba a pasar porque él la ignoró; pasó el viernes y el sábado, que era el día libre y todos estaban en los dormitorios, algunos salían a pasear o a visitar a sus padres, otros jugaban, veían películas o se quedaban a leer o estudiar; siempre había mucho ruido en los dormitorios los fines de semana; pero este sábado estaba lloviendo así que estaban todos encerrados y Bakugou solo salió de su habitación para comer o bañarse. Y esto, por supuesto, causó pánico en la castaña que de alguna manera consiguió culparse del distanciamiento del chico; creyó que ese intento de beso que no se concretó fue la gota que derramó el vaso para con un chico con novia y de nuevo se veía afligida. 

Después del almuerzo estaba desparramada en el sofá del área común con el teléfono en la cara y vistiendo descaradamente la chaqueta del rubio; no la negra sino la de UA; algunos se preguntaron porque parecía que le quedaba grande, pero nadie le preguntó nada porque ella no parecía tener intensiones de conversar gracias a los audífonos rosas que portaba. Pero sólo había una persona que podía hablar con ella y justo se sentó a su lado, teniendo todo el sillón vacío, se sentó junto a ella obligándola a girar el rostro. 

- Deku kun. - Dijo quitándose los audífonos de los oídos y pausando la música en la pantalla. 

- Uraraka san, quería hablar contigo. - 

- ¿Aquí? - 

- Si. - 

- ¿Es sobre... tú sabes? - Preguntó girando el rostro para ver si alguien los escuchaba pero los demás estaban lejos.

- Si, sobre Kacchan. -

- Por favor Deku kun, ahora no. - Y quitó la cara para que el chico no notara la mueca extraña que le afloró. 

- Yo hablé con él. - 

- ¿Eh? - Y así se vio obligada a regresar el rostro. - ¿Cuándo? - 

- Después de la clase de deportes que se suspendió por la lluvia. - Más certero no podía ser pero esa fue la última vez que ella también habló con él. 

- ¿Y qué te dijo? Porque... de pronto está... callado. - 

- Lo sé y lo único que te puedo decir es que hables con él. - 

- Si él no quiere, yo no tengo por qué hacerlo. - 

- Pelea por lo que quieres. - Y sólo contuvo el aliento sobresaltándose. 

- ¿Que pelee? - Lo primero que se le ocurrió fue tomar a la rubia de los cabellos y echarla al suelo, pero pronto apartó esa idea de su cabeza. - No por Dios, yo no haría tal cosa. - 

- ¡Jejejeje! No de esa manera que estás pensando, más que contra ella, contra él. - 

- ¿Por qué me dices todas estas cosas? - 

- Porque Kacchan siente algo por ti Uraraka san, no sé que es o cómo pasó, pero me lo dijo. - 

- ¿Te lo dijo? - 

- No explícitamente, pero lo conozco. - 

- Eres adivino... - 

- No, pero crecí con él y sé cómo es. - 

~Los Juegos del Destino~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora