nunca abras la puerta de la sala 3 una vez que la función haya comenzado.
Algo simple, ¿verdad? Bueno, esta regla y el momento en que casi la rompo fueron las primeras señales de que este cine no era para nada normal. incluso siendo consciente de ello, te sentirás muy tentado de entrar. La sala misma es inteligente y tratara de engañarte de cualquier forma, posiblemente escuches un ruido desde adentro y luego a alguien pidiendo ayuda tras la puerta, pero nunca, NUNCA debes de hacerlo.
La primera vez que casi entro en la sala tres, fue apenas una semana después de haber sido contratado para mi puesto. Había leído las reglas, claro que sí y me habían confundido, sin embargo no las cuestioné, necesitaba con urgencia el trabajo y si tenía que soportar unas cuantas extravagantes y misteriosas reglas, así lo haría
Me encontraba limpiando el vestíbulo principal, más exactamente el pasillo donde se encuentran las puertas de entrada a las diferentes salas, cuando lo escuché; el golpe seco contra una superficie dura, venia de la sala tres. No lo dude ni un segundo, corrí hacia la puerta, claramente algo andaba mal en su interior, una pequeña columna de humo salía del espacio de abajo y los golpes se sintieron mucho mas fuertes, como si alguien estuviera a puño limpio contra dicha entrada desde dentro. Las manijas de las puertas temblaban y traqueteaban intensamente mientras la gente del otro lado se desesperaba por salir.
"¿Hola?" dije al tiempo que pegaba mi oído contra la superficie de la puerta
"Déjanos salir, por favor ¡ayúdanos!" clamaba una mujer desde adentro con un terror profundo en cada palabra, y desde debajo de la puerta un silbido, como una fuerte corriente en un túnel. Me tomó unos segundos darme cuenta de qué se trataba, llamas expandiéndose.
"Es un incendio. La puerta no se abre, está atascada. ¡tienes que ayudarnos!" gritó la mujer desesperada, el humo que salía por debajo se tornó en un tono oscuro y acre, provocándome una fuerte tos cuando paso por mi garganta hacia mis pulmones. El batir de muchos puños se reanudó desde el otro lado "¡Déjanos salir! déjanos salir, por favor". No soporté más y tomé una de las manijas, cualquier otro pensamiento sobre las reglas había desaparecido de mi cabeza, gente ahí necesitaba mi ayuda, entonces una mano se extendió desde mis espaldas y me tomó del brazo antes de que pudiera moverme, me sobresalté en estado de shock, girando la cabeza sobre uno de mis hombros; Yoongi, mi jefe y el gerente del lugar. Apenas había intercambiado unas palabras con él en la entrevista, donde me había parecido un hombre tranquilo pero distante, ahora estaba furioso, la furia tallaba cada una de las líneas de su rostro.
"Regla no. 1, nunca la olvides" dijo con seriedad
"Pero...hay un incendio, Yoongi. La puerta está atascada, tenemos que ayudarlos"
"jaja... ¿un incendio? Que inteligente, esa es una muy buena estrategia." Yoongi rió para si mismo, luego se puso serio otra vez "Hay una razón para cada una de las reglas, deja la sala tres en paz. Todo está bien ahí dentro" apenas podía creer lo que estaba escuchando, la mujer gritó una vez más, se le escuchaba ahogándose con sus propias palabras, el humo invadía sus pulmones.
"Por favor, Jimin. No puedo respirar, auxilio. Dejanos salir" Yoongi se carcajeo esta vez.
"Tú también los escuchas, Yoongi, ¡Están muriendo!" grité, incrédulo de como este hombre podía ser tan despiadado, bueno, no iba a permitir que la gente muriera por él y sus estúpidas reglas sin sentido; estiré el brazo una vez más, Yoongi se quedó a centímetros de mi rostro y me observó con una expresión de severidad "¿Cómo supo tu nombre?" preguntó.
Me quedé detenido en seco, ¿le había dicho mi nombre? Claro que no. Volví a mirar la puerta, sin señales de humo o golpes de puño, toqué yo mismo con cautela un par de veces y nadie respondió y entonces, Yoongi puso una mano en mi hombro
"Mira, Jimin..." dijo pacientemente "la sala número tres permanece cerrada pase lo que pase, escuches lo que escuches. En veinte minutos terminará la función y todos saldrán de ahí ilesos, lo prometo"
"P-pero...lo escuché, vi el humo...¡T-tú también!" balbucee. La confusión se apoderó de mi.
"Viste, lo que ella quería que vieras. Créeme Jimin, la sala tres siempre hará todo lo posible por que abras sus puertas, pero no ha tenido éxito en trece años y...con un demonio, no lo tendrá mientras yo sea el gerente aquí, no permitiré que vuelva a suceder." Concluyó al tiempo que me alejaba con gentilieza de la puerta apoyado en mi hombro.
Cuando la película terminó, menos de veinteminutos después, una multitud de personas salieron ilesas, tranquilas ycharlando alegremente. Luego revisé todo el lugar, no había señales de fuegopor ninguna parte.