Investida de Gloria

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Los dioses y otras razas que estaban viendo el evento estaban incrédulos ante lo que sucedió.

Prymr -¡No puede ser! ¡¿Esa humana acaba de lastimar a nuestra querida Freya?!

Freya se limpia la boca y observa la sangre que ella había expulsado.

Freya –Jejeje.-se empieza a reír para sorpresa de todos. –Al final sí ibas enserio con esto, Brunilda.-mira a su oponente. –Me sorprende que hayas esquivado mi ataque.

Tomiris -¿Qué puedo decir? No iba dejar que esto acabe así de rápido, al menos no con mi muerte.-los humanos gritan victoriosos ante lo sucedido, pero el único que permanecía callado miraba al cielo con nostalgia.

Ciro –Hace tiempo que no te veía luchar así, querida.

En el siglo VI a.C., gran parte del continente asiático había sido conquistado por el ejército persa, el cual era dirigido por un sangriento rey que solo quería saciar su interminable sed de sangre, de los pocos reinos que aún no había conquistado, se encontraba el Reino de Masagetas, a pesar de ser una pequeña ciudad en la región que actualmente es Irán, este reino era famoso por su cultura guerrera, todos eran entrenados para la batalla, hombres, mujeres, hasta los jóvenes eran educado en el manejo de la espada; para desgracia de sus habitantes, su rey había muerto por una grave enfermedad, y el príncipe asumió el trono muy joven, por lo que su madre se encargó de educarlo para que fuera un buen rey; Ciro el Grande, al enterarse de la muerte del rey, decidió enviar a un mensajero.

Mensajero Persa –El emperador Ciro el Grande ofrece no lastimar a su gente si la reina acepta casarse con mi señor.

Tomiris –Ese salvaje solo desea tomar el trono que por derecho le pertenece a mi hijo, yo no pienso entregar fácilmente todo por lo que mi marido, el Rey Rustam, y yo hemos trabajado tanto.

Mensajero Persa –Mi señora, sea sensata, su pequeño reino es nada comparado con el Gran Imperio Persa, mi señor les ofreció una alternativa pacífica, deberían sentirse honrados.

Tomiris –Nuestro reino no piensa someterse ante un sanguinario como lo es tu rey, dile al Rey Ciro que se aleje de nuestras tierras, porque no sabrá si valdrá la pena arriesgar tanto por nuestro pequeño reino, que gobierne su propio país y deje que mi hijo gobierne la tierra que le entregó su padre; pero si decide hacer caso omiso a mi advertencia, pues si tanto deseas probar la fuerza de los masagetas, que venga a nosotros o nosotros iremos a por él.

Al oír el mensaje, el Rey Ciro entró en cólera.

Ciro -¿Quién se cree esa mujer para darme órdenes?

General –Señor, ¿y si nos retiramos y esperamos a que nos ataquen? Así los sorprenderíamos aprovechando que conocemos bien nuestras tierras.

Creso [Rey de Lidia] –Eso es una terrible idea, los masagetas son fieros guerreros, un descuido y podrían tomar nuestro territorio, dejando expuestas a las demás naciones del imperio.

Ciro –Además, jamás hui de una batalla, ¡y no voy a empezar ahora huyendo de una mujer!

Los persas siguieron avanzando y atacaron al ejército de masagetas, la fuerza del príncipe y su ejército era abrumadora y logró acabar con gran parte del ejército de Ciro, pero cuando su rey entró en acción, éste logró derrotar y secuestrar al príncipe, provocando la retirada de los masagetas; Tomiris, al enterarse de todo, envió a un mensajero al campamento persa.

Mensajero Masageta –Rey Ciro, la reina le envía un mensaje que dice lo siguiente "Tu sed de sangre es insaciable, y esta falsa victoria no te dará ninguna satisfacción, devuélveme a mi hijo y váyanse de aquí, o me encargaré de ti yo misma".

Shuumatsu no TenshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora