La Verdad sobre el Volund

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Teodora –Bien, basta de preámbulos, el público está expectante y no debemos hacerlo esperar más.-da unos giros con su listón y NuWa empieza a sentir una ligera brisa.

NuWa -¿Pero qué?

Teodora –No se despeguen de sus asientos ni aparten la mirada, porque esto les volará la cabeza.

De vuelta en el jardín, Atenea y Buda tenían una pequeña conversación.

Buda -¿No gusta tomar asiento?

Atenea –Gracias, pero estaré de pie, solo quería preguntarte algo.

Buda -¿Zeus te envió a interrogarme?

Atenea –Eso es lo de menos, mira, desde que empezó este torneo, hemos visto a los arcángeles transformarse en armas, y debo admitir que los resultados de dicha técnica son impresionantes, pero a la vez me vino a la mente una cosa, los humanos no solo obtuvieron el poder de los dioses, sino que también pudieron usarlos para arrinconarlos, y más impresionante aún, lograron matar a dos de nosotros.

Buda -¿Y todo eso tiene que ver con qué?

Atenea –Si tomamos en cuenta que fue la valquiria Brunilda la que desafió a los dioses en primer lugar, ella seguramente fue quien descubrió la forma de crear dicha técnica.-mira a Buda. –O quizás alguien le enseñó a usarla, de hecho, lo más parecido al Volund es algo proveniente del budismo, según dijiste una vez, si dos personas pierden mutuamente la vida y la ponen en un mismo cuerpo, se puede sacar a la luz todo el potencial del ser, algo que tu religión llama el Samavadhana.-apunta con su dedo a Buda. –Ese es el origen del Volund, un poder con el que los humanos son capaces de contrarrestar a los dioses, a cambio de la vida de los arcángeles, solo de ese modo puede existir dicha técnica.-Buda solo se queda callado. -¿No dirás nada?

Buda -¿Perdón decías algo? Tu conversación era tan complicada que no presté atención.-dice mientras se come una paleta. -¿Te molestaría decirme por qué me buscabas?

Atenea –Siempre tan despreocupado, pero bueno, seré directa.-respira hondo y lo ve fijamente. -¿Eres cómplice de Brunilda, Buda?

Buda –Jeje.-se ríe un poco. -¿Y si lo soy que harás? Porque sé que no vienes por orden de tu padre.-Atenea se sorprende. –Lo sabía, ahora dime en serio, ¿qué quieres?

Atenea –Bueno, ¿quiero saber por qué lo hiciste? ¿Por qué decidiste traicionarnos?

Buda –Yo no lo llamaría traición, se supone que los dioses hacemos lo que se nos antoje, ¿no? Pues se me antojó darle una pequeña ayuda a Brunilda, solo no esperé que los arcángeles se involucraran, me pregunto cuáles serán sus motivos.

Atenea –Pues espero que sean más sensatos que los tuyos, te matarán si se enteran.

Buda –No se enterarán, a menos que cierta diosa abra la boca.

Atenea –Te diré la verdad, toda esta situación me parece un sin sentido, estamos arriesgando el alma de gente importante solo para satisfacer el orgullo de los nuestros, pero bueno, espero que después de esto los dioses tengan algo de humildad, así que descuida, no diré nada.

Diosa griega –Sabía que pensabas así de nosotros, hermana.

Atenea -¿Eh? ¿Eris?

Atenea -¿Eh? ¿Eris?

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Shuumatsu no TenshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora