María Pitts ha vivido encerrada desde muy pequeña en la cárcel llamada la Comisión, lugar donde se ajusta el caos que genera la línea del tiempo.
Lo que no sabe es que su vida nunca tuvo que ser así, todo se fue al caño por culpa de una sola persona...
En cierta parte no era mentira, ellos no debían de enterarse de mí de esta forma tan patética y poco profesional, pero de igual manera funcionó, aquí estoy, secuestrado en un sótano. Pero no podia remediarlo, más bien no tenía tiempo. O simplemente era menos aburrido.
Los hermanos Pitts... había escuchado varias cosas sobre ellos. Por parte de la mayor, María Pitts, una joven seria, reservada, encantadora a primera vista, y muy buena en su trabajo; pero era muy confiada en sí misma, si se puede decir que llega al extremo de lo narcisista, lo cual no sale bien.
Lo digo por experiencia.
(Cinco tipo: mis traumas, mis chistes.)
Por otro lado, tenemos a Zack Pitts; gran peleador cuerpo a cuerpo por lo que pude apreciar, y también que es muy carismático, muy fresco sin importar la situación, y también se le puede decir inmaduro, pero eso no le resta lo listo.
Esos eran algunos prejuicios que había escuchado con anterioridad de ambos, lo único que si decían era que son muy buenos cuando trabajan juntos. Pero aún no quiero comprobarlo.
-No debo porqué contar mi historia, pero si necesito que me saquen de este lugar.
- ¿Que planea hacer afuera de este manicomio? - Me preguntó el muchacho terminándose de cambiar.
-Eso es... confidencial.
-Este está mintiendo, míralo, esta todo raro, está mintiendo claramente.
Ellos empezaron a discutir, si creerme o no, si ayudarme y ellos salir, o si mejor delatar mis intenciones.
-El mundo se va al carajo - dije interrumpiendo la productiva charla.
La primera en escucharme fue ella, sus grandes ojos estaban abiertos mirándome incrédulamente, como si fuera algo ridículo.
Zack paró de hablar para mirarme de igual forma que ella, como si hubiera dicho lo más estúpido del mundo.
- ¿Tiene cómo probarlo?
- Querida, puedes revisar mi expediente- me mira con los ojos entrecerrados, como si fuera un robot, escaneándome- No tengo por qué mentir sobre eso ¿nunca había escuchado sobre mí? que ofensa.
-Lo único que se dé usted es que es un anciano en un cuerpo joven, amargado, y por lo que veo, con el ego por los aires.
-Usted misma dijo, soy el mimado de la encargada.
-Que asco escuchar esa porquería -no sé qué pudo interpretar con respecto a la encargada- ¿puede ir al grano? necesitamos información para así sacar provecho, y por favor, deje de mirar así a mi hermana.
- En dos mil diecinueve se acaba el mundo, aun no sé cómo remediarlo, pero se quien tiene que ver o quien sabe sobre eso, así que solo pido que me ayuden a buscar información sobre el fin del mundo en los archivos de la comisión.
- ¿Porque quieres prevenirlo?
Dice la señorita Pitts cruzándose de brazos mientras alterna su mirada entre su hermano y yo.
-No... Eso es algo personal, digamos que es por, un acto de heroísmo - dije, pasando saliva, tratando de borrar esas imágenes de ese día tan perturbador.
-
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HOLAAAAAAA!!!!! Bueno, aquí otro capítulo, espero que disfruten tanto como yo lo hago, y por favor, voten, comenten y así para sentir ese bonito apoyo, graciasss!!! linda noche <3
