Basado en el libro de Infernal Power Academy Histories, llegan las historias propias de sus protagonistas, aquellas personas que construyeron su poder desde los cimientos, forjaron su voluntad desde la nada y alcanzaron la cima desde lo más bajo, es...
Con las batallas y los problemas pareciendo alejarse súbitamente, un chico nuevo entraría a la academia, el muchacho parecía no tener apariencia de alguien calmado, de hecho, justamente no lo era, su nombre era Maxwell, parecía ser alguien qué no le importaba más que su propia seguridad, pues, eso era algo que consideraba primordial, aún más que sus compañeros de clase o amigos, por su comportamiento, se le ordenó ir hacia un reformatorio, pero la academia Infernal tuvo otros planes y lo acogió, aunque tenía un extenso registro de violencia:
- Asalto con arma blanca.
- Vandalismo.
- Robo a las autoridades bancarias.
- Persecución.
- Destrucción de propiedad privada; entre otras.
El chico parecía ser el caos encarnado, a pesar de no tener más allá de 19 años, ya llevaba un registro demasiado extenso para gusto o disgusto de muchos, pero en la academia parecía que se llevaría bien... O eso esperaba el sub director y el director.
Héctor: - Recuerda, si destruyes algo aquí, lo pagas con una cosa... tu sangre... es broma, pero si te golpearé duro hasta que te disculpes, nos vemos después para ver tu habitación.
Maxwell: - Lo entiendo, supongo que usted me mantendrá bien vigilado... pero no me asuste así. Nos vemos señor... {Idiota, no me puede controlar}.
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Lo contrario al carácter destructivo de Maxwell era la alumna Emma, una niña muy delicada y bastante reservada, incluso para el combate, no era de estar tanto en la acción, pero no tenía miedo de defender a cualquiera de sus compañeros, normalmente se la pasaba tocando su violín o con su amiga, Nanami, con quién pasaba mucho tiempo conversando de lo que sea. En esa tarde en especial, la chica estaba tocando alegremente su violín mientras miraba afuera de la academia, como entrenaban algunos compañeros.
Emma: - Espero jamás tener problemas con uno de ellos, no soy buena en las peleas.
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En el patio, Maxwell se encontró con el que parecía ser uno de sus compañeros, era el joven Yato, entrenando su Modo Histeria para poder mejorarlo, en eso, Maxwell decidió interrumpirlo para saludarlo, por lo que comenzaron una breve conversación.
