Belleza de ojos verdes

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Mientras Tanjiro iba camino a la cafetería sugerida por Genya, su amigo de la universidad, éste le contaba que la verdadera razón por la que quería ir a dicho lugar era porque estaba interesado en una de las meseras.

Decía que era perfecta, que tenía unas curvas de ensueño, un tono de piel claro y que desde lejos se podía apreciar era muy suave, además de unos grandes ojos verdes con un brillo sin igual.

-Aún no he tenido la posibilidad de hablar con ella, siempre me atiende la otra chica grosera. Pensaría que le gusto si no fuera tan apática.- dijo el más alto haciendo una breve pausa viendo al frente pensativo. -De todas formas aunque así fuera la otra es más linda.

Cuando entraron a la cafetería se hicieron con una de las mesas junto a la ventana y enseguida una chica con dos coletas se acercó a ellos.

-¡Ah! ¿Tú otra vez?- preguntó con el ceño fruncido al ver de quien se trataba.

-¿Te parece que esa es forma de tratar a un cliente recurrente? Pierdete.- respondió Genya con la misma cara de fastidio que ella.

-Lo haría con gusto para no tener que ver tu cara, pero resulta que estoy trabajando. ¿Y tú qué? ¿No hay otras cafeterías a donde puedas ir?- preguntó con las manos en su cintura.

-Lo siento.- interrumpió Tanjiro discúlpandose en nombre de Genya.

-Bueno, no importa. ¿Van a ordenar o no?

-Sí, yo quiero un...- antes de seguir hablando a Tanjiro lo golpeó un pequeño paquete de sal en la cara.

-Vamos a esperar a que nos atienda otra mesera con mejor carácter, ya pierdete.- repitió Genya.

La chica lo miró con el ceño más fruncido que antes, mas luego sonrió con burla.

-Está bien, de todas formas das unas propinas terribles.- dijo retirándose alzando el mentón.

-Eso fue grosero, Genya, no debes hablarle así a las chicas.

-¿Y qué no viste que ella empezó?- se quejó rodando los ojos, su mala cara cambió en cuanto su vista dio a parar justo con la persona que esperaba ver. -Mira, ahí está.- señaló a la chica que estaba tras la caja, con el ceño ligeramente fruncido mientras le cobraba a otro cliente. -¿No te parece impactante?

Tanjiro no respondió, limitándose a mirarla, para él era como cualquier otra chica.

-Cierto, olvidaba que tú juegas para el otro equipo.- soltó una risa el más alto. -¡Hey, tú! Ahí en la caja.- ella alzó la vista. -¿Puedes venir aquí?

La chica rodó los ojos y caminó hacia ellos de mala gana con una libreta en mano y lápiz.

-¿Qué no los estaba atendiendo la enana molesta?- preguntó la chica hermosa con voz de camionero.

Ambos chicos se quedaron de piedra con los ojos como pelotas. Ahora que la veían más a detalle, a diferencia de las otras muchachas, la joven de las puntas azules no traía la falda bordó del uniforme sino un pantalón del mismo color. Además su pecho era demasiado plano y sus brazos más anchos que los de una chica normal.

-¡¿Y bien?! ¡¿Van a pedir algo o van a seguir viéndome con esas caras de imbéciles que tienen?!- les gritó con tres venitas acentuandose en su cara.

-A-ahh... Por supuesto.- dijo Tanjiro tomando el menú otra vez con el sudor brotandole a borbotones.

Cuando terminaron de ordenar y el mesero anotó su pedido con un rostro bastante molesto se fue, estaba irritado ya que esto le pasaba a diario en el poco tiempo que llevaba trabajando allí, los clientes por alguna razón que no entendía pedían atenderse con él y luego sólo se le quedaban mirando como si fuera algún tipo de fenómeno.

Un corazón hecho para dos [KNY - TanInoZen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora