Fracasos

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La adolescente de 18 años se mantenía en silencio, sentada en el sillón de la sala principal con el teléfono en su oreja escuchando lo que la otra persona le decía. Admitía que estaba confundida y algo sorprendida, jamás imaginó a su hermano mayor en una situación así.

-¿Sigues ahí, Nezuko?- preguntó el pelirrojo preocupado.

-S-sí, hermano, sigo aquí.- afirmó ella sonriendo aunque él no pudiera verla en ese momento.

-¿Y no vas a decirme que es una locura?

-Sabes que voy a apoyarte en lo que sea que elijas si es lo que te hace feliz.

Tanjiro sonrió mirando arriba con cierta ironía.

¿Lo que le hacía feliz? ¿Era esto realmente?

Dicen que si la persona que amas es feliz, entonces tú también lo serás. Ahora vería que tan cierto es.

-¡Tanjiro!- el aludido volteó a ver a Zenitsu quien lo llamaba alzando una mano, junto a él estaba Inosuke con expresión aburrida tomando una soda con popote.

-Ya tengo que colgar, Nezuko, saluda a papá, mamá y los demás por mí, ¿Sí? Diles que los quiero.

-Hablas como si fueras a irte a Vietnam.- la menor soltó una risita. -Nosotros también te queremos.

Tanjiro sonrió y después de colgar alcanzó al par que se encontraba en la entrada de una sala del cine, esperándolo para ingresar.

-¡Hey, no empieces a comerte las palomitas hasta entrar!- le dijo Zenitsu al de puntas azules intentando arrebatarselas.

-¡Cállate!- le gritó el ojiverde alejándose.

El pelirrojo suspiró, ¿Exactamente cómo es que las cosas habían acabado así?

*Remontandose un día atrás*

Después de su clase de arte Zenitsu había llegado agotado a su casa luego de que su odioso profesor le hiciera hacer 50 bocetos, ya que al parecer su primer trabajo estaba del asco y no incluiría sus trabajos en la exhibición que se haría dentro de unos meses hasta que dibujara algo más o menos decente.

Llegaba preparado para quejarse de lo lindo, mas no esperaba que al abrir la puerta lo que se iba a encontrar serían un par de pupilas con iris similares a dos esmeraldas observandolo sentado en el sillón mientras el dueño de esos ojazos se llenaba el estómago con flan de vainilla.

Cuando se acercó para tocarlo y confirmar si era real éste lo frenó estampandole su pie descalzo en la cara.

Sí, era real.

-Bienvenido, Zenitsu. Llegas tarde, íbamos a esperarte para cenar pero Inosuke se comió la comida antes y tu flan, lo siento.- decía el pelirrojo acercándose.

-¿Eh? ¡Alguien expliqueme que está pasando aquí! ¡Siento que me perdí de algo importante!- exigió el rubio.

-Oh, tienes razón, disculpa por no explicar nada de entrada.- Tanjiro sonrió. -Hablé con Inosuke y decidimos intentarlo.

El pelirrojo esperaba una reacción de parte del Agatsuma, tal vez una sonrisa de felicidad o que empezara a saltar, pero al no ver nada de eso se preocupó, hasta que el rubio se abalanzó sobre él.

Un corazón hecho para dos [KNY - TanInoZen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora