Sentimientos Silenciosos - Tú X Manjiro Sano

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Su vista estaba perdida en el bosque que pasaba rápidamente por la ventanilla del auto en donde estaba. Aquellos hermosos y frondosos árboles que tanto adoraba escalar, ahora solo serían un recuerdo. No estaba segura cuando volvería a verlos o siquiera si podría volver.

Escuchaba la voz de su madre de fondo hablando por teléfono con aquel hombre que ella tanto detestaba. Soltó un suspiro y bajó la vista, su pequeño hermano de 8 años dormía abrazado a ella, él era lo único bueno que había traído aquel hombre. Su mirada cambió de dirección, una jaula de un tamaño pequeño estaba al lado de su hermano, ella sin despertar al menor, introdujo uno de sus dedos entre los orificios de esta y al instante alguien comenzó a lamerlos. Aquello le causó cosquillas y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, por lo menos su mascota y compañero de vida se iría con ella. 

 — Ryoku ni se te ocurra dejar salir a King. Ya vamos a llegar — regaño la mujer mirando a su hija por el retrovisor. 

 La mencionada giro los ojos con molestia, solo quería acariciar al pequeño animal por un rato.

Dio un suspiro y volvió a dirigir la mirada por la ventana, el bosque había quedado atrás y las largas paredes del aeropuerto se hicieron visibles, dándole a entender que su tiempo viviendo en ese lugar había llegado a su fin, pero ¿qué podía hacer?Su madre, su esposo y su medio hermano se mudarían a una casa más pequeña, por lo que tenían que ver la forma de economizar gastos, además su verdadero padre había estado años tratando de volver a vivir con ella y al fin tuvo la oportunidad. Él había perdido la custodia después del accidente y ahora después de 8 largos años, su madre se la estaba devolviendo.

El recuerdo de su padre era muy vago, después de todo la última vez que se vieron ella apenas tenía 4 años. Por más que ambos habían vivido juntos y unidos durante ese corto período de tiempo, ahora él era un completo desconocido para ella. El auto se estacionó en un espacio vacío y Ryoku supo que era hora. 

Con cuidado despertó a su pequeño hermano moviéndolo.— Mm ¿Ryo? ¿Ya llegamos? — Pregunto mientras bostezaba.

La mencionada asintió y abrió la puerta del auto para bajar, con ayuda del pequeño dejó la jaula de King en el piso, su madre fue a traer un carrito para que fuera más fácil llevar sus cosas ayudándola a poner sus maletas encima de este y arriba la jaula.

 — Taiki, dale la mano tu hermana — dijo la mujer mientras empezaba a empujar el carrito. 

El niño restregó sus ojos para luego obedecer a su madre. Los tres caminaron en completo silencio hacia la entrada del aeropuerto. La relación de Ryoku con su madre no era mala, de hecho la quería bastante, aunque había veces que no sentía lo mismo de su parte, por otro lado, todo era diferente con su hermano, ambos eran muy unidos y es más, era quien mejor la entendia, ya que desde muy pequeño aprendió como podía hablar con su hermana sin problemas. 

 Una vez estuvieron frente a las cabinas que tenían las aeromozas para recoger el equipaje, ella se acercó a la jaula de su mascota mientras su madre se quedaba hablando con la aeromoza. Metió su mano entre la rejilla de la jaula y acarició la cabeza del animal con cariño~ Nos vemos del otro lado King, no causes problemas ~ pensó mientras que el hurón recibía los mimos de su dueña con felicidad. 

 — Te extrañaré mucho King, por favor cuida de mi hermana — dijo el niño mientras también acariciaba al huron.

Su madre se acercó y coloco las maletas para qué pasarán al otro lado, al igual que la jaula del animal, que solo se quedó viendo a su dueña con duda entre las rejillas.

 Madre e hijos comenzaron a caminar por el aeropuerto, rumbo a la puerta que indicaba el boleto de la menor — No se preocupen por King, estará bien. Puse un tranquilizante en su comida para que durmiera durante todo el viaje.