Capítulo 8: ¿Te acuerdas?

315 37 177
                                    

¿No os pasa que, aunque estéis dormidos, notáis si alguien os está mirando?

Algo dentro de mí parece darme un aviso de que tengo a alguien observándome, y abro los ojos sobresaltándome viendo al idiota de mi amigo Finn con su puto móvil a centímetros de mi cara.

Cuando ve que lo he pillado, comienza a reírse, pero intenta mantener la voz baja y no sé por qué. No sé por qué hasta que miro hacia el peso que noto en mi brazo izquierdo y veo la preciosa cara de Danielle apoyada en él, durmiendo plácidamente.

Sonrío como un idiota pero se me borra al devolver la mirada a Finn.

—¿Qué haces? —susurro para no despertarla.

—Le estaba mandando una foto a los chicos. Quería contarles lo increíble que es que hayas dormido así abrazadito a una chica. Todo el mundo sabe que Marlon Miller no quiere compañía para dormir.

Ruedo los ojos.

—Espero que ella no salga en la foto —digo serio. No me apetece que mis amigos tengan una foto en sus galerías de Danielle durmiendo.

—Tranquilo, sale de espaldas.

Asiento y devuelvo la mirada a Danielle. Está tan mona...

Pienso en lo de anoche y en lo borracha que estaba. Y todo por culpa de Zack. ¿Cómo es posible odiar tanto a alguien que no conoces?

—Voy a bajar a desayunar, ¿te vienes? —pregunta Finn mientras se ata los cordones de sus zapatos.

—No. No quiero que Danielle esté sola cuando se despierte.

Finn asiente, comprensivo.

—Oye, no hicisteis nada antes de que yo llegara, ¿verdad? —me pregunta.

—Claro que no, ¿estás loco? Estaba borracha.

—Ya, ya lo sé. Es solo que... ¿el plan no era que ella durmiera en tu cama y tú y yo en la mía? ¿Por qué habéis dormido juntos?

Suspiro.

—Ella me lo pidió. Tenía miedo.

Finn vuelve a asentir y yo sonrío, divertido.

—Si querías dormir conmigo solo tenías que decirlo, tontorrón —me burlo.

A Finn se le escapa una carcajada y me mira.

—Me has pillado —responde—. Voy a desayunar, nos vemos luego.

Mi amigo desaparece de la habitación y el sonido de la puerta hace que Danielle se mueva levemente, incómoda.

Abre sus preciosos ojos con lentitud y me quedo embobado al ver el sol reflejarse en ellos. Son más azules aún con esta luz, si es que eso es posible.

—Buenos días —la saludo.

—Miller —dice frunciendo el ceño, como si desconociera el motivo por el cual se encuentra durmiendo abrazada a mí.

Aun así, no se aparta.

—¿No te acuerdas de qué haces aquí?

Se queda unos segundos en silencio, hasta que comienza a masajear su sien.

—Me duele la cabeza —responde ignorando mi pregunta.

Yo río.

—Normal. Te bebiste todo lo que encontraste y más. Después de desayunar tómate una pastilla.

Ella asiente.

—Bebí mucho —piensa en voz alta.

—Demasiado —contesto riendo.

MILLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora