"Hotel Fairfield. Se necesita personal en recepción de oficina principal; contestar llamados, confeccionar comprobantes electrónicos y efectuar pagos..."
Mi rostro parece iluminarse.
—Puedo hacer eso.
Sigo leyendo.
"... Un año de experiencia previa en el área. Sin excepciones."
—Vete al carajo.
Con el marcador rojo tacho el anuncio y continúo con mi lectura en la sección de clasificados.
Soy un maldito desempleado. Un joven, lindo y triste desempleado.
Me encuentro en mi sillón, leyendo esta mierda sin un poco de suerte y comiendo galletitas. Me convertí en todo lo que juré destruir luego de graduarme.
Un suspiro cargado de frustración se me escapa, pero me obligo a continuar buscando en el periódico. Debo encontrar algo, lo que sea.
Cuando leo la palabra «moda» en uno de los avisos públicos, los recuerdos invaden mi cabeza rápidamente. De pronto, me encuentro acorralado en un mar de memorias estresantes, irritantes, divertidas... Felices.
Pienso en Sunghoon, y automáticamente mis ojos se cierran.
Ha pasado un día y medio desde la última vez que lo vi, y no hubo contacto alguno entre nosotros. Aunque en estas pasadas horas no dormí mucho, no consigo huir de él ni en la privacidad de mis sueños. Sus ardientes y expresivos ojos oscuros, su mirada penetrante, su cabello castaño y brillante... Todo me persigue y hace que la grieta en mi corazón se ensanche.
¿Me extraña? Seguramente no, pero yo lo hago... ¿Me odia? Quizás, es más que probable. ¿Ha encontrado a una nueva –o nuevo– asistente? Ah, carajo. Esa idea me hace tanto daño que la descarto de inmediato.
El sonido del timbre me expulsa violentamente del océano de pensamientos en el que me encuentro divagando y siento que el corazón me da un brinco.
Me levanto del sofá y voy hasta el interfono para contestar. No esperaba visitas.
—¿Diga?
—Hola, sí, buenos días. Estoy buscando a mi torpeza.
Sonrío por primera vez en treinta y seis horas al reconocer la voz de SoDam del otro lado. Sin decir nada más, presiono el botón correspondiente para que pueda ingresar al edificio.
Le doy un vistazo panorámico a mi departamento, comprobando que esté vagamente ordenado. Luego, voy a la puerta a esperar a mi compañera... Ex compañera.
Carajo. Hasta eso duele.
Un minuto transcurre hasta que las puertas del ascensor se abren en el piso y SoDam sale del mismo. Vuelvo a sonreír. Ella, por supuesto, se ve preciosa, elegante y jovial como siempre, y consigo ver una pequeña mueca dulce en sus labios rojizos.
—¿Vienes a hablarme sobre Jesús? —Pregunto, cruzado de brazos y con mi peor tono de seductor—. Porque con lo bella que eres, podría escucharte todo el día.
Ella me analiza con la mirada y arruga la nariz divertidamente.
—Te ves terrible —me dice.
—Lo sé, mi vida es una porquería.
SoDam suelta una risa y nos abrazamos brevemente antes de invitarla a pasar.
—Perdona por no haber venido ayer.
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TENDENCIA + TORPEZA [Sungsun]
RandomEn donde Sunoo no tolera a su reconocido jefe y Sunghoon está harto de su torpe asistente. →Adaptación autorizada, todos los créditos a @wintaeiscoming←