La boda ha sido todo un éxito; nunca había visto tan felices a mi papá y a Yunnie.
Luego de diez años de relación oficial, ambos contrajeron esa cosa extraña llamada matrimonio... ¡Ya era hora!
¿Lo mejor de la noche? Nadie me ha visto llorar. Fui muy disimulado y estoy orgulloso de mí mismo por ello.
Si bien todos los invitados desbordaron belleza y elegancia, hubo alguien que se destacó por encima de todos: y esa fue Daejin, porque se veía como un verdadero ángel. Ella lució un vestido beige sin ningún detalle extravagante ni nada que dejara en evidencia los muchos millones que tiene en el banco, pero esa simpleza fue la que cautivó a más de uno.
Y Sunghoon... Carajo, Sunghoon.
Todos en mi familia se sintieron fascinados con la presencia de ambos, pero más que nada, estaban asombrados. Fue algo inesperado. De todas formas, logré apaciguar el ambiente para que no los molestasen demasiado. No quería que Sunghoon sufriera un ataque de ansiedad a causa de la presión.
Sin duda alguna, la gran humillación de la noche ocurrió cuando mi abuelita Minki saludó a mi ex jefe. Ella tomó sus manos y, a punto de llorar, le preguntó por qué carajos me había despedido, si yo era bueno...
La expresión de Sunghoon fue épica, pero aparentemente sus cuerdas vocales le fallaron y no pudo replicar nada. Con ayuda de SoDam, aparté a mi abuelita del hombre millonario y le murmuré —estando rojo como un tomate— una disculpa.
SoDam fue la mejor acompañante que podría haber pedido. Estuvo conmigo durante todo el evento y fue más que simpática con mi familia, se tomó el tiempo de saludarlos a todos. Por supuesto, me vi obligado a aclarar unas ciento veinte veces que ella y yo simplemente somos amigos.
En un momento de la velada, Daejin quiso bailar conmigo... Y a pesar de que estaba paranoico hasta el carajo, no pude negarme. Ni siquiera intercambiamos más de diez palabras, pero el miedo estaba allí, estático en mi mente y amenazando con provocarme una taquicardia.
El resto es puro relleno. Lo importante es que todo salió bien, sin complicaciones ni sorpresas.
Solo me basta con abrir los ojos para comenzar a sentir un punzante dolor de cabeza, producto de la resaca que, seguramente, va a acompañarme por el resto del día.
Puedo sentir una figura pequeña junto a mí y no necesito voltearme para saber quién es.
Una risa se me escapa al recordar que mi aparato reproductor no se divirtió anoche. De hecho, el único que tuvo una fiesta fue mi hígado, pues me encargué de ahogarlo con alcohol. A pesar de que estoy en una tortuosa abstinencia sexual, Soojin y yo preferimos pasar la noche hablando como borrachos en lugar de hacer otras cosas... Quizás un par de besitos, pero nada más.
Escucho que ella bosteza y vuelvo mi rostro hacia su persona. Ni siquiera se ha molestado en abrir los ojos.
Acerco mi dedo índice y lo meto en uno de sus orificios nasales. Soojin reacciona de inmediato y, mientras yo rompo en ruidosas carcajadas, ella me golpea tres veces el brazo.
—¿Qué tal te sientes?
—Como si me hubiesen pateado unos diez elefantes —me contesta, mientras se frota sus ojos con las manos en un intento por espabilarse.
—No haces una buena combinación con el alcohol.
Soojin levanta una ceja y me dedica una mirada cargada de indignación.
—¿Tú sí?
—Puedo decirte todo lo que hice anoche, nada se borra de mi mente aunque tome veinte litros de alcohol —replico, con aire victorioso y una expresión de superioridad.
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TENDENCIA + TORPEZA [Sungsun]
RandomEn donde Sunoo no tolera a su reconocido jefe y Sunghoon está harto de su torpe asistente. →Adaptación autorizada, todos los créditos a @wintaeiscoming←