«La Princesa y el General» ♡︎

«La última sonrisa y la flor» ❀

«POV Narradora»
Después de aquel descubrimiento impactante de que los soldados de la resistencia habían adquirido engaños de los Fatui, Sangonomiya Kokomi tomo las debidas medidas y tomo responsabilidad por todo aquello.

Al finalizar la guerra entre el Shogunato y la Resistencia la sacerdotisa fue a visitar a los afectados, atendiendo en lo que podía, su mirada aún estaba un poco ¿Nublada? ¿Perdida? Está mantenía su característica mirada de serenidad pero en realidad su mirada era una completa enredadera de emociones que no encontraban su lugar, todo eso empezó desde aquel día lleno de eventos.

Ese día fue cuando gracias al viajero y capitán se percataron del uso de engaños entre sus filas; Kokomi aún se acuerda cuando el viajero fue a visitar a aquel hombre, ya en edad avanzada, en una de las casas de los soldados.

[Pasado]

Sangonomiya los miraba de lejos sin ser vista como una intrusa mientras que comandaba a el General Gorou que tomará la tarea de quitar los engaños de los soldados de la forma más discreta posible para que el enemigo no se percatara que sus filas se habían debilitado y se impulsarán en un ataque. Su Excelencia tendría que volver a hacer estrategias completas tomando en cuenta esta gran baja, está murmuraba bajo su aliento antes de salir de su burbuja al ver al viajero dirigirse a la ciudad de Inazuma, este estaba lleno de ¿Odio? O ¿Tristeza? En cualquier caso Sangonomiya Kokomi tendría que mandar a un escuadrón especial pero sus pensamientos fueron nuevamente interrumpidos por un quejido.

La sacerdotisa miro hacia la fuente de ruido, era la casa de donde el viajero había salido furioso. Los quejidos continuaron así que Kokomi se encaminó a la casa, no antes de ser detenida por una pequeña niña que le dió una hermosa flor azulada.

"Ten ¡Es igual de linda que usted princesa sirena!" Dijo la pequeña niña mientras se ponía de puntitas, tratando de ponerle la flor en el cabello, la sacerdosita se percató de esto y le sonrió mientras que se agacha a la altura de la niña.
"Gracias" Dijo Kokomi antes de que la niña se fuera de aquel lugar, la sacerdotisa siguió su camino hasta la casa, subió cuidadosamente la escalera hasta que vio una persona de mayor edad que le parecía curiosamente familiar.

Esta persona se percató de la presencia de la sacerdotisa, un poco tenso pero a la vez relajado habló: "Saludos Su Excelencia"

Sangonomiya Kokomi reconoció la voz de esa persona, era Teppei, la sacerdotisa miro a Teppei con los ojos como platos antes de relajarlos a su mirada de serenidad característica y habló "¿Eres tú, Teppei?" Aquella chica de mirada serena se seguía sin creer que este mismo hombre que reposaba contra una pared con pelos grises era el mismo chico energético que había logrado destacar.

Teppei tosió un poco y se tapó la boca con el antebrazo antes de volverlo a poner en el piso, con una dulce mirada le sonrió y habló "Sí, soy Teppei, Su Excelencia" al finalizar dicha oración la cara de la sacerdotisa de serenidad se mantenía en su rostro pero los ojos de esta vieron fijamente su antebrazo donde yacía una mancha de sangre, Teppei se percató de esto y dijo "No tiene el porque sentirse preocupada o molesta Su Excelencia" esas palabras impactaron a Kokomi, era la primera vez en mucho tiempo que alguien lograba ver más allá de su mirada de serenidad.

Hubo un pequeño silencio, pero era un silencio reconfortante para los dos, pero este se desaparecería en un abrir y cerrar de ojos.

Teppei volvió a toser pero esta vez se escuchó más fuerte, Kokomi lo miro fijamente antes de que se percatara que Teppei se estaba desvaneciendo, esto la asustó bastante y la entristeció pero mantuvo la compostura, y lo miro con una mirada de serenidad. Teppei se percató de lo que pasaba y no pudo hacer nadamás que sonreír de una forma gentil mientras que las lágrimas recorrían su rostro.

"Quédese conmigo, porfavor.." Dijo Teppei mirando a Kokomi, la sacerdotisa no pudo negarse y se sentó en sus piernas, enfrente de Teppei, agarró la flor que tenía en el cabello y se la extendió, queriendosela dar, Teppei miro a la flor antes de con su mano agarrarla y volversela a poner en el cabello, este acto sorprendio a la sacerdotisa, aquel chico de pelo canoso le dijo "Se le ve bien a usted, además no me queda mucho tiempo aquí al parecer" Kokomi le sonrió e hizo una pequeña reverencia y la mantuvo hasta que escucho una pequeña risa por parte de Teppei.

Su Excelencia se reincorporo y observó en silencio como aquel chico se desvanecía, volviéndose polvo, las manos de la sacerdotisa temblaban por la impotencia y tristeza que inundaban su corazón y mente. Nuevamente la sacerdotisa hizo una reverencia hasta que sintió como el viento se volvió más fuerte, llevándose con este su flor, está levanto la mirada para ver que Teppei ya no se encontraba enfrente suyo, se levantó e hizo una última reverencia antes de suspirar, volvió a poner su cara de serenidad para ocultar su tristeza y se encaminó donde se encontraban Gorou, Kazuha y algunos soldados para avisarles que siguieran al viajero a la ciudad de Inazuma.