[POV Narradora]
Kokomi trago saliva en seco, casi se le olvidaba que tenía ese asunto pendiente con Gorou, la verdad es que no sabía muy bien como le explicaría sin revelar tanta información.
Un silencio incómodo inundó la habitación, Kokomi se veía pensativa hasta que la saco de su burbuja el movimiento de las orejas de Gorou, parecía atento y eso le dió una idea.
Esta suspiró profundamente preparándose para explicar y Gorou parecía preparado para escucharla ya que se inclinó levemente hacia ella.
Kokomi: "Lo trataré de resumir de una forma simple para no alejarme mucho del tema, si le parece bien."
La pelirosa miro al chico de los ojos celestes cual parecía emocionado, este asentía con la cabeza rápidamente, esto le causó un tanto de ternura a la Sacerdotisa cual prosiguió con lo que estaba explicando.
Kokomi: "Huuum.. se podría decir que son como sus orejas, solamente que yo no las puedo mover a voluntad o involuntariamente, es como un cuerno sin serlo, es algo medio complicado de explicar para ser honesta, sí puedo sentir cuando alguien las toca y eso sería todo."
Gorou que escuchaba todo con detalle la miró emocionado, su colita se movía de un lado al otro haciendo notar su felicidad con facilidad.
Cuando el silencio reino la habitación nuevamente Gorou agarro del brazo a Kokomi, abrazándola de una forma gentil.
Gorou: "Gracias por decirme y por no haberse enojado conmigo, pensé que me iba regañar por haberla presionado."
La gentileza del General hizo que la Sacerdotisa se estremeciera, eran pocas las veces que alguien la trataba de esa forma tan gentil que la dejó sin ideas que hacer, no esperaba esa reacción del General, no pudo hacer nada más que abrazarlo devuelta con la misma gentileza que este lo hacía. Pudo sentir como la colita del General se movía hasta con más velocidad para luego quedarse estática.
El abrazo fue duradero y el silencio no era incómodo, incluso se sentía una paz entre ambos que el silencio solo impulsaba a que fuera más gustoso, pero pronto se escucharía que alguien tocaba la puerta, haciendo que se separaran.
Thoma: "¿Puedo pasar? Señorita Kokomi se dejó está bolsa de compras con las demás, supuse que la querría devuelta para que no la mezclaran con las otras bolsas."
La Sacerdotisa se apresuró a pararse de la cama, poniendo su mirada característica de "Serenidad" para así rápidamente ir a atender al chico de pelos naranjas que yacía parado en el marco, agarrando la bolsa y dándole las gracias por su consideración al cerrar la puerta se giró al General que aún se encontraba sentado en la cama, parecía observarla esperando algunas palabras de su parte.
Kokomi: "Ya deberíamos ir a descansar, es bastante tarde.."
[Salto de tiempo]
Cuando ambos yacían en sus respectivas prendas para dormir la Sacerdotisa se le acercó al General con un cepillo, parecía un tanto nerviosa.
Kokomi: "¿Me podrías ayudar con mi pelo?"
No se esperaba que Kokomi me pidiera eso, pero no se lo negó, sino que la agarro de la mano mientras que la sentaba en su cama para así poderle peinar, soltando su cabello de su coleta y pasando sus dedos entre su suave cabellera, se podía ver que el General le gustaba la suavidad del cabello de la Sacerdotisa, mientras que la Sacerdotisa disfrutaba lo suave y gentil que era el tacto de Gorou en su pelo. Las manos del General viajaron hacia aquella "diadema", está vez acariciándola los pequeños roces con la yema de sus dedos, pareció que la Sacerdotisa lo disfruto ya que inclinó la cabeza hacia atrás.
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«La Princesa y el General» ♡︎
Fanfiction¡Holaaa! Esta es mi primer historia de Wattpad. Espero les guste la historia y se la pasen genial leyendola. ¡La historia está orientada en el Genshin actual, no es un AU como tal pero si tiene alguna que otra de mis teorías incluidas! Trataré de pu...